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Extorsión y corrupción, los delitos que más sufren las pymes
De octubre a diciembre del 2021, 9% de los comerciantes sufrió extorsión
A principios de año, el negocio de abarrotes de Doña Rosa sufrió un asalto y extorsión, generándole pérdidas y temor por continuar operando. Como ella, millones de pequeños establecimientos han sido extorsionados, pues al primer trimestre de 2022, este delito aumentó 2.3% solo en Ciudad de México, de acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la ciudad de México (Canaco-Servytur).
La violencia a empresas genera un costo de 235,000 millones de dólares, lo que representa 20% del PIB nacional que impacta a las pymes, explicó en charla con el Economista, Perla Liliana Ortega, presidenta de iniciativa Chapultepec “Seguridad por México”.
Detalló que las pymes se enfrentan a “delitos de extorsión, derecho de piso, entre otros, lo que les impide continuar sus operaciones, mientras que los grandes corporativos en diferentes territorios, pueden tomar otras estrategias de seguridad”.
A pesar de ello, dijo, pocas empresas denuncian, solo 10%, una disminución comparada con el 2011, cuando el índice era de 14 por ciento. La razón es la poca credibilidad en el sistema de justicia.
Esto se asemeja a lo observado por la Canaco-Servytur, que indica que entre octubre y diciembre del 2021, 9% de los comerciantes sufrió extorsión o cobro de piso, mientras que para marzo, la cifra creció a 11.9 por ciento.
Los montos que más se solicitaron van de los 1,000 a los 5,000 pesos. Para la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, durante los últimos 18 meses, la cantidad cobrada aumentó en 150% por la pandemia.
Los sectores más afectados son manufactura, agricultura y comercio.
Los delitos
Ortega señaló que las modalidades de violencia varían y los delincuentes aprovechan las circunstancias como la pandemia. Ejemplo de ello son los ciberataques, que aumentaron con el confinamiento y las vías preferidas son redes sociales, mail o WhatsApp.
El crimen organizado también creció, principalmente en zonas donde los cárteles tienen gran presencia como Michoacán con la producción de aguacate o Guerrero con la venta del pollo.
Otra situación es la delincuencia cerca de las zonas de trabajo. “Tenemos gente que llega a los centros de trabajo con niveles de estrés alto porque ya los asaltaron en el transporte público, por violencia hacia las mujeres, entre otros”.
En cuanto a estrategias de seguridad, las grandes compañías suelen invertir más en capacitar a empleados y dar mayor protección, pero las pymes no suelen tener una gestión de crisis porque “hasta que pasa algo, actúan”.