Facturación 4.0: Los retos que han vivido las pymes

La implementación de la facturación 4.0 ya es una realidad, aunque el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha dado diversas prórrogas, el 31 de marzo del 2023 es la fecha límite y en abril ya será obligatoria. 

Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas (pymes) han visto complicaciones en la implementación. Un estudio realizado por la Agrupación de Empresarios de la Industria del Software (CANISOFT) en noviembre del 2022, encontró que 90% de estas empresas no había migrado a la facturación 4.0. ¿A qué complicaciones se han enfrentado?, ¿qué pueden hacer para implementar la nueva versión?

De acuerdo con Claudio Manuel Rivas, socio del área de Soluciones de Procesos de Negocios en Salles Sainz Grant Thornton, las complicaciones de la adopción de la factura 4.0 no sólo es de las pymes, sino de los contribuyentes en general por los requisitos excesivos, pues ahora se requiere nombre completo o razón social, RFC, régimen fiscal y código postal.

El ingreso correcto de estos datos es lo que ha dificultado la adopción. "Por ejemplo, el nombre debe estar exactamente como se está en el RFC. En ocasiones pones el nombre y tienes que adivinar cómo te va a aceptar el timbrado de CFDI, ello ha entorpecido el proceso".

Uno de los consejos es solicitar la Constancia de Situación Fiscal porque aunque no es obligatorio, es una práctica que puede ayudar. Una vez que se tiene la constancia del trabajador o la empresa es necesario copiar y pegar tal cual viene el nombre, "porque puede haber un espacio de más que no se ve". 

Rivas destaca que en el caso de las pymes, no tener áreas especializadas y los recursos necesarios para contratar asesores fiscales ha complicado la implementación de la nueva versión de facturación, debido a que muchas veces son los dueños o un empleado de confianza quienes realizan los cambios. 

Problemas de no migrar 

Por el momento las dos versiones conviven, pero lo ideal es migrar lo antes posible, de lo contrario se enfrentarán a complicaciones y no tendrán tiempo para resolver los problemas. 

"Hay que empezar a implementar el 4.0 para ver cuáles son las situaciones que están atravesando y poder solventarlas con oportunidad".

Si llega la fecha límite y no se factura correctamente, las empresas pueden tener consecuencias; no se podrán deducir las facturas que ingresen y ello puede generar problemas fiscales, incluso las organizaciones pueden optar por comprar a los comercios que entreguen una factura válida.

Además de perder clientes, las pymes pueden recibir una multa del 5 a 10% del monto de cada factura si el CFDI se cancela fuera de tiempo. También pueden ser acreedoras a una sanción de 400 a 600 pesos por cada factura que no tenga los complementos correspondientes.