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El Empresario

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Filosofía de agilidad, necesaria para el crecimiento de las organizaciones

Para lograr el cambio, se requieren líderes ágiles que trabajen en su inteligencia emocional y sepan dirigir el camino

En Latinoamérica solo 32% considera tener la madurez para enfrentar situaciones de incertidumbre y cambios.Shutterstock.

Las organizaciones se han adaptado a los cambios de una forma rápida en los últimos años, lo que requiere una filosofía de agilidad (agile); el problema es que en Latinoamérica solo 32% considera tener la madurez para enfrentar situaciones de incertidumbre y cambios, revela el estudio La agilidad en América Latina 2022: de agile hacia Agility, de NTTData y MIT Technology Review en español.

Frank Muñoz, director de la unidad de Agility en NTT Data México, explicó que las empresas están adoptando la filosofía de agilidad y prácticas para tener mejores resultados, aunque esto signifique cambiar los paradigmas previos de cultura, ventas y procesos. Uno de los momentos más críticos donde se requirió esta evolución fue durante la pandemia, cuando las organizaciones, de un día para otro, cambiaron sus modelos.

“Muchas empresas se llenaron de ansiedad por no saber cómo trabajar de manera remota. No verse de frente representaba un problema, pero se logró e incluso se mantiene en muchos centros (36%) por tener prácticas de agilidad que permiten transparencia de resultados, métricas, evolución de productos, entre otros elementos”, dijo durante la presentación del estudio.

Si bien, la agilidad suele relacionarse con la tecnología e innovación (44%), la filosofía se está implementando en otras áreas como Recursos Humanos (32%), marketing (30%), ventas y servicio al cliente (19%) y finanzas (18%). Data & analytics también lo añade (48%), incluso, en algunos casos, se está considerando en la parte legal.

En la atención a clientes externos (los consumidores) se ha observado que la filosofía mejora 28% la experiencia; y en internos (colaboradores) el compromiso en los equipos crece en 27 por ciento.

A pesar de que 40% califica la agilidad con un sobresaliente, 32% tiene la madurez para cualquier otro imprevisto, y la mayoría está en un nivel intermedio alto.

Los desafíos

Al analizar los desafíos para cambiar, destaca la cultura organizacional con 72%, seguido del estilo de liderazgo con 69%, silos entre las áreas con 66%, procesos burocráticos con 62% y resistencia al cambio con 61 por ciento.

“La cultura organizacional sigue siendo uno de los mayores bloqueos en la integración de la agilidad, sobre todo en la velocidad de aceptación, ejecución y adaptabilidad de los nuevos marcos de trabajo”.

Además, para el 57% de las empresas el desafío será la consolidación de un modelo de escalado adaptable, sostenible y autónomo, y 53% la gestión del talento (contratación, desarrollo y retención).

En el pasado, la parte de asignación presupuestaria era uno de los mayores desafíos porque tenían dificultades para diseñar un presupuesto basado en nuevos objetivos, además que suponía un cambio en los procesos tradicionales de las compañías, algo ligado a la resistencia a cambiar. La buena noticia es que se ha avanzado en el tema y cada vez mas se asignan mayor presupuestos al tema.

“En 2021, la mitad de las empresas encuestadas no había cambiado su forma de destinar el presupuesto porque mantenía un enfoque clásico de asignación a proyectos. Ahora, el porcentaje se ha reducido a menos del 40% y si bien estamos aún lejos de incorporar una asignación presupuestaria centrada en valor, estamos abandonando el enfoque clásico de presupuestación”.

Líderes ágiles

Para que la empresa pueda transformare debe dedicar mayores esfuerzos en los líderes.

Cualquier cambio requiere altos niveles de liderazgo, de personas que inspiren y dirijan el cambio. Para ello, deben trabajar en sí mismos y saber cambiar de camino cuando se requiera, y en el proceso, actuar con valor y resiliencia a pesar de que se puedan cometer errores. Esas fallas son lecciones para seguir evolucionando.

A la vez, los líderes deben desarrollar su prudencia y cuidado, saber resolver con ingenio y gracia los desafíos que se presenten, ver toda acción desde una perspectiva humana y saber negociar con los involucrados en la organización, porque así se presentarán mejor los planes y resultados.

A esto, hay que añadir que deben seguir aprendiendo en todo momento, buscar la evolución constante a pesar de obtener los resultados esperados y sobre todo tener inteligencia emocional, donde el líder se conozca, escuche sus emociones, tenga empatía y dominio consigo mismo y los demás.

Coeditora El Empresario. Periodista especializada en temas de emprendimiento, management, cultura laboral, capitalismo consciente, liderazgo, economía circular y sustentabilidad.

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