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El Empresario

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Incluir para prosperar, entornos laborales diversos sin caer en el Rainbow Washing

"La inclusión de las y los individuos LGBTQIA+ en el ámbito laboral va más allá de una justicia social, es parte de una imperativa económica y ética que debe ser abordada con seriedad por las empresas en todo momento y no solo en el mes del orgullo".

Ilustración EE: Nayelly Tenorio

Llega junio y con ello la atención por parte de empresas a un tema que ha sido de alta prioridad en las agendas políticas y sociales de gran parte del mundo. Tenemos un momento para reflexionar sobre las acciones de igualdad y equidad de la comunidad LGBTQIA+, y con ello la oportunidad de combatir las diferencias y apostar por la paridad de las personas que pertenecen a esta comunidad.

La inclusión de las y los individuos LGBTQIA+ en el ámbito laboral va más allá de una justicia social, es parte de una imperativa económica y ética que debe ser abordada con seriedad por las empresas en todo momento y no solo en el mes del orgullo.

Toda persona, independientemente de su identidad de género, tiene derecho a laborar en un entorno libre de discriminación y hostilidad. Sin embargo, la realidad muestra que muchos profesionales pertenecientes al movimiento LGBTQIA+ enfrentan barreras que pueden ir desde discriminación por políticas de contratación, hostigamiento e intimidación verbal y/o psicológica. Por ello la premura de crear nuevas políticas dentro de las empresas, así como planes administrativos que sancionen a aquellos que faltan al respeto o se niegan a incluir en sus equipos de trabajo a personas solo por su orientación sexual.

Hoy en día el ser una empresa inclusiva conlleva múltiples beneficios; por ejemplo, mejora la reputación corporativa de la empresa especialmente entre las generaciones más jóvenes que valoran cada vez más la diversidad y responsabilidad social. Mejoran su rendimiento financiero y se disminuye la rotación de personal pues al sentirse en un ambiente seguro, libre de discriminación, prejuicios y, donde además se sienten valorados, los trabajadores muestran su apertura y disposición para aportar sus ideas, talento, y esfuerzo.

Aunque cabe recalcar que las empresas no deben ser inclusivas solo por los beneficios que se pueden generar, cayendo así en el Rainbow Washing. Se requiere de un verdadero compromiso que va más allá de políticas en papel o poner en su logo los colores de la bandera LGBTQIA+ durante el mes de junio. Hay que implementar programas de sensibilización que aborden la importancia de la diversidad, esto acompañado de protocolos claros en contra de la discriminación, acoso y violencia. Así como la generación de canales confidenciales donde se pueda levantar una queja y se le dé el debido seguimiento sin miedo a consecuencias laborales.

La inclusión laboral de la comunidad LGBTQIA+ es un tema de derechos humanos y no de simple “justicia social”. Las empresas que busquen prosperar y eventualmente tener un reconocimiento a nivel nacional y global deben optar por espacios de trabajo inclusivos, y deberán proveer ambientes seguros para lograr la innovación que se busca reflejar en pleno siglo XXI. Estás prácticas ayudarán a posicionarse como un lugar atractivo para crecer profesionalmente y en el futuro se hablará de cómo está del lado correcto de la historia con casos de éxito probados y sostenibles.

Estamos en el momento indicado para transformar los espacios laborales y abrazar la diversidad que afortunadamente día a día se permea en más centros de trabajo siendo posible generar espacios seguros donde predomine la igualdad y el respeto social.

Presidente del consejo de administración y CEO de Salles Sainz Grant Thornton, S.C y miembro del Board of Governors en Grant Thornton International Ltd., también es presidente del consejo del Comité de Presupuesto y Auditoría.

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