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El Empresario

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Larga vida al código de barras

Su trámite es sencillo, pero indispensable para comercializar algún producto en el mercado minorista, dentro y fuera del país

El código de barras va a subsistir varios años más, porque es un sistema sencillo, estandarizado y aceptado a nivel mundial, además de que es relativamente barato. Un cambio tecnológico en este tipo de herramientas tendría que pasar por esas tres condiciones para lograr su masificación, asegura Mario de Agüero Servín, director general de GS1 México.

GS1 celebró recientemente la tercera edición de su congreso Fábrica de Negocios, que reunió a más de 2,000 pequeñas y medianas empresas (pymes) para mostrar sus productos a grandes empresas como Walmart, Chedraui, HEB, Comercial Mexicana, La Comer, Soriana, 7Eleven, entre otros.

El congreso tuvo como objetivo acercar a las pymes con las grandes empresas para que muestren sus productos y logren convertirse en sus proveedoras. Sin embargo, De Agüero Servín indica que este tipo de negocios falla en su intento porque carecen de un producto o empaque adecuados, les falta calidad y en ocasiones el código de barras.

Además de los aspectos antes mencionados, los pequeños empresarios deben hacer proyecciones financieras para poder cumplir en tiempo y forma con la entrega del producto, y tener su marca registrada, abunda el director general de GS1 en entrevista.

“El código de barras es lo más fácil es resolver. Es un trámite muy sencillo, económico. El verdadero reto está en tener el producto adecuado que se pueda comercializar”, expone.

Este código, recuerda, tiene varias funciones. No sólo es la huella de identidad del producto, es un elemento necesario para entrar al mundo de la comercialización formal en México y otras partes del mundo.

“Nadie puede utilizar tu código de barras, es una manera de proteger tu producto. Trae cierta información, como en qué país se emitió del código y quién es el propietario. Como es un estándar global, con él puedes exportar tu producto y no requieres tramitar uno más en otro país”, explica en entrevistado.

Para tramitar el código de barras, los empresarios pueden hacerlo en línea o presencial. En ambos casos se solicita la información del producto, y presentar el Registro Federal de Causantes (RFC), la firma electrónica (FIEL), el acta constitutiva de la empresa en caso de ser persona moral.

GS1 tiene oficinas en la ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Con la información en regla, el trámite tarda un día. La tarifa o membresía para las mipymes (micros, pequeñas y medianas empresas) es de 2,200 pesos por un periodo de cinco años y de 6,500 para grandes empresas.

La compañía tiene 14,500 asociados, de los cuales 85% son mipymes. Cada año suma 2,500 unidades económicas, pero también cada 12 meses dejan de renovar su membresía cerca de 500 empresas, estima Mario de Agüero.

Sobre los avances tecnológicos, De Agüero indica que existen otros códigos como el de radiofrecuencia utilizado con otros fines y el bidimensional o QR, usado en medicamentos, y que ofrece información como fecha de caducidad y serie.

Sin embargo, ninguno de ellos ha alcanzado la masificación del código de barras por ello, confía en que “la sencillez y la estandarización es lo que nos da -al código- muchos años más de vida en el mercado”, concluye.

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