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Las trampas de la vida
La vida es demasiado corta para ser infeliz; en tu trabajo, con tu pareja o donde vives.
Septiembre 2017, es un mes que difícilmente se nos va a olvidar a los mexicanos. Después de vivir un terremoto nos percatamos que la vida es demasiado corta para ser infeliz; en tu trabajo, con tu pareja o donde vives.
La mayor parte de las veces le echamos la culpa a los demás de nuestra insatisfacción, de tener mucho trabajo, vivimos agotados en un stress permanente por escalar profesionalmente, por ganar más dinero, por ser el mejor. Esto afecta nuestras relaciones personales, la familia, la salud y nos provoca una infelicidad crónica.
Nos dañan las noticias, la política, la inseguridad, la velocidad de los cambios, y la inagotable fuente de información que nos llega por facebook, linkedin, twitter, todo esto nos genera incertidumbre.
¿Por qué nos sobre-estresamos?: principalmente es por ambición, tener demasiados compromisos económicos, trabajar duro, por querer ser altamente competitivos y por querer más responsabilidad y poder.
Nos hace pensar que hay que vivir más ligeros, que todo lo podemos perder en un segundo. Pensar que la unión de los mexicanos fue impresionante y logramos muchas cosas. Los mexicanos bien organizados podemos solos.
Aprendimos que es importante volver a disfrutar de las cosas sencillas de la vida, a vivir el hoy, caminar, ver una puesta de sol, tomar vacaciones con la familia, cocinar para la gente que queremos. Calidad en el tiempo, porque el tiempo no te va a esperar a ser feliz. Ser feliz es un tema de actitud, el ser mejor persona hoy.
El estar enfocados de forma permanente a cubrir metas, hiper competitividad y a ganar nos hace dejar de ver el impacto que tenemos con nuestras acciones con los demás y con nuestra familia. Este tipo de comportamiento te hace no trabajar en equipo porque por ganar siempre no te importa perjudicar a alguien más.
Actualmente las empresas buscan empleados que tengan habilidades sociales, de trabajo en equipo, enfocadas al servicio al cliente. Cuando quieres todo el reconocimiento solo para ti el resto del equipo deja de colaborar contigo.
Cuando no cuidas tus relaciones interpersonales y nadie te soporta te vuelves un pasivo para la empresa en lugar de un activo.
Es como el empleado que pide beneficios sobre beneficios: como más vacaciones que los demás, home office en exceso, horario especial, llega un momento que el único camino es despedirlo y contratar a alguien comprometido con trabajar los horarios de la empresa.
Desde el punto de vista familiar la tecnología nos ha rebasado, se ha vuelto una adicción y hoy seguimos pegados al celular o al ipad en la cena familiar, en la comida del domingo o hablando con alguien de trabajo a las 8 o 9 de la noche. El stress provoca también comer más, tomar más bebidas alcohólicas y fumar.
El trabajo cuando te apasiona puede ser una fuente de felicidad real, el cuidar el balance entre la vida y el trabajo. Todos queremos crear e innovar en nuestras empresas, solucionar problemas y mejorar. Por eso es importante aprender, capacitarnos para crecer.