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El Empresario

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Llevar servicios financieros a comunidades apartadas en Oaxaca; el caso de Compartamos Banco

Créditos grupales a mujeres emprendedoras, crédito individual para hacer crecer los negocios, y la opción de ser comisionistas bancarios, son sólo algunos de los que esta institución promueve en localidades a las que no llega la banca tradicional.

Foto EE: Especial

Oaxaca, Oaxaca.- La Agencia Municipal Santa Cruz Etla, es una pequeña comunidad ubicada a menos de 30 minutos de la ciudad de Oaxaca. Es la mañana del lunes. Se ve poco movimiento y uno que otro comercio empieza con su actividad semanal.

En una casa ubicada en una de las empinadas calles que dan a los paisajes del valle central, se reúne una veintena de mujeres de la localidad y de otras aledañas. Las acompañan un par de promotores de Compartamos Banco, especializado en microfinanzas. Después de todo un proceso de análisis, les han sido autorizados sus respectivos créditos y es día de “desembolso”, es decir, de otorgarles una ficha de pago con la que, en un plazo máximo de cinco días hábiles, deben acudir a una de las oficinas cercanas de la institución a recibir sus préstamos.

El destino de los recursos varía, pero todos van en un mismo camino: son para que estas mujeres emprendan o continúen con sus pequeños negocios que ya iniciaron. Algunos ejemplos: cría y venta de animales de granja; oferta de productos por catálogo, o incluso empujar un proyecto de venta y distribución de mezcal y crema de mezcal, bebida espirituosa por excelencia de este estado del sur del país.

Los representantes de Compartamos Banco hacen el pase de lista. Son poco más de las 10 de la mañana y el grupo aún no está completo. “Mándenles mensaje para que se apuren, porque si no están todas no podemos iniciar con el desembolso”, dice uno de los promotores que es el que ha dado seguimiento a este grupo a lo largo del tiempo.

Los créditos grupales funcionan, grosso modo, de la siguiente manera: un grupo, principalmente de mujeres, se forma; cada una de las integrantes tiene un proyecto y un monto en mente; se entrega la documentación -básicamente identificación oficial y comprobante de domicilio-, y después de un riguroso análisis del banco, se les autorizan o no. Después del desembolso, las acreditadas deben cumplir con los pagos semanales acordados, igual, en reuniones grupales semanales. En caso de que una o más no puedan cumplir con su obligación periódica, el resto de las integrantes debe cubrirla. De ahí que a este tipo de préstamos también se les conozca como créditos solidarios.

El grupo finalmente está completo. El personal de Compartamos les entrega una pequeña libreta en la que llevarán un control de sus pagos y otros conceptos. En las primeras páginas está inscrita una pregunta que dice “¿Cuál es tu sueño?”

—“Doña Magdalena ¿Cuánto recibe usted y en qué lo invierte?”, pregunta el promotor a una adulta mayor que es acompañada por un familiar. -“25,000 y en comerciar marranos y (venta de animales)”, responde.

—“Eva Aurelia recibe 22,000 ¿en qué lo invierte?”. -“Yo tengo mi negocio… soy comerciante en el tianguis”.

Así van pasando María de los Ángeles, Laura, Idalia y el resto. Todas, con sueños y montos diferentes. Con ello, se abre el ciclo de crédito número 40 a este grupo de la comunidad de Santa Cruz Etla. La presidenta de la agrupación, lo mismo que los promotores del banco, hacen énfasis a las integrantes en que deben seguir con la responsabilidad -como hasta ahora- de realizar sus pagos puntuales para recibir otros créditos a futuro.

Hacer crecer un negocio de comida

A unos kilómetros de ahí, hay un negocio de antojitos mexicanos denominado “El Gordito”. La parte frontal de un terreno ubicado sobre una avenida principal de la comunidad, hace las veces de local. Es poco más del mediodía, así que, en ese momento, está vacío.

La señora Itandehui Sánchez y su esposo, son los propietarios. Las ventas son buenas, principalmente los fines de semana. Enfrente, un local se acaba de desocupar, así que ven la oportunidad de rentarlo y ampliar el negocio en el que ahora tienen la idea de vender, entre semana, comida corrida tipo buffet, y los fines, carnes y mariscos.

Para ello, “Doña Ita”, como le dice el promotor de Compartamos Banco, ha iniciado la gestión de un crédito individual -diferente a un crédito grupal, ya que son montos mayores-, para buscar alcanzar ese objetivo.

El gestor de Compartamos, ha acudido ese mismo lunes para darle seguimiento. El cubrir algunos requisitos como identificación oficial, comprobantes de gastos en insumos, rentas y demás, y el saber que quien les renta el local, los conoce, ayudarán bastante. Más, que “Doña Ita”, ha sido ya clienta de este banco con un crédito grupal.

El promotor del banco empieza a hacer a Itandehui una serie de preguntas y a llenar los respectivos formularios, además de plantearle diversas opciones de montos y plazos. La información que de ello derive, será llevada al comité de crédito de la oficina de Compartamos en el centro histórico de Oaxaca para determinar si se le otorga o no. Pero seguro también ayudará que el perfil de riesgo de “Doña Ita”, según el gestor, resultó excelente.

Ganancias por ser comisionista bancario

También cerca del centro de la ciudad de Oaxaca, está la localidad de San Lorenzo Cacaotepec. En una de sus calles, Mario tiene una pequeña miscelánea.

Él estudió una ingeniería y antes de la pandemia tenía el plan de irse a trabajar al extranjero, pero por causas del destino, acabó quedándose en México y se instaló en esta comunidad.

Su pequeño negoció lo inició como una confitería a la que fue agregando productos, pero al darse cuenta de que la competencia era fuerte en este segmento, optó por probar como comisionista bancario. Es decir, al ser comisionista de Yastás (red de corresponsales de Gentera), la gente podría pagar y cobrar ahí los créditos de Compartamos Banco, lo cual resulta benéfico para las mujeres con este tipo de préstamos, dada la poca infraestructura bancaria de la zona.

No sólo eso: a través de Yastás y otras plataformas que Mario ha sumado a su negocio, ahí se reciben pagos y cobros de otras instituciones, y de servicios tanto públicos como privados, además de cobro de envío de remesas y demás transacciones financieras, que le dejan ganancias por comisión, parte importante de su utilidad.

Un ejemplo de ello, es que más de 90 grupos de mujeres que cuentan con crédito grupal de Compartamos Banco, acuden ahí a cobrar y pagar sus préstamos. La idea ahora, dice Mario, es sumarle más alternativas al negocio y hacerlo crecer.

Tan sólo en alrededor de una hora de visita a su local, la mayoría de los clientes acudió para realizar transacciones financieras.

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