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Programas sociales son limitados e insuficientes: estudio
El estudio sobre igualdad de género de la Fundación Angélica Fuentes insta al Gobierno federal, al Congreso y al sector privado a reformar leyes y crear mejores condiciones para el empoderamiento económico de la población femenina.
Las políticas y programas sociales del gobierno federal en apoyo a la mujer son importantes, pero resultan insuficientes para brindar verdaderas oportunidades que coadyuven a la autonomía económica éstas. Algunos no sólo no resuelven el problema de la pobreza, sino que son incentivos para no entrar al mercado laboral, señala un estudio de la Fundación Angélica Fuentes.
La investigación “Género e Igualdad, análisis y propuestas para la agenda pendiente” fue presentada por Angélica Fuentes, presidente ejecutiva de Omnilife-Chivas; Juan Ramón de la Fuente, presidente del Consejo del Aspen Institute México, Camilio Galvis, director de la Fundación Angélica Fuentes; el analista Julio Madrazo y la periodista Yuridia Sierra.
En ella se señala que la implementación de leyes, programas y presupuestos destinados a la igualdad entre hombres y mujeres es precaria y éstas siguen siendo vistas como población vulnerable y no como sujeta a derechos. Por ello, la fundación hace cinco grandes recomendaciones en salud, educación, empoderamiento económico, participación política y acceso a la justicia.
“Hemos avanzado muy poco – en igualdad de género- por eso es necesario poner el acento en el tema con propuestas serias, relevantes. Cuando se hacen como se hizo en este estudio el Congreso no puede dejar de considerarlas”, expuso Juan Ramón de la Fuente.
En México existen más de 58 millones de mujeres, que conforman 42% de la población económicamente activa. A pesar de tener un nivel de estudios más alto que los hombres, ganan 30.5% menos en ocupaciones industriales; 6.4 millones recibe menos de un salario mínimo y 3.4 millones menos de cinco salarios mínimos, y apenas 38,000 son empleadores de un total de 204,000, indica el reporte.
Diversos estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y países no miembros, señalan que cuando aumenta la inserción de las mujeres en la vida laboral, las economías crecen más rápido, se modifican los patrones de gasto en los hogares; un año adicional de educación para aquellas en edad reproductiva reduce en 9.5% la mortandad infantil, entre otros beneficios.
INSUFICIENTES
En igualdad de género, la reforma a la Ley Federal del Trabajo del 2012 es limitada e insuficiente y perpetúa la asimetría de poder grupos vulnerables frente a los empleadores, indica el estudio.
“La ausencia de medidas integrales de conciliación entre trabajo y familia, como los horarios flexibles y ayuda para el cuidado de la familia, es uno de los factores que más afecta la incorporación de las mujeres a empleos de calidad. El auge de trabajos de tiempo parcial tienden a ser precarios y con salarios más bajos, por lo que no resultan opción de trabajo decente”, menciona.
Agrega que los programas sociales muchas veces eternizan las condiciones de marginación y el rol que tiene la mujer como cuidadora. Según la CEPAL, los programas de transferencia condicionada de recursos no han resuelto el problema medular: el empleo y las oportunidades económicas de las mujeres en condición de pobreza.
Como resultado de ese análisis, la Fundación hizo 19 recomendaciones en materia económica dirigidas al gobierno federal, al Congreso, sector privado. Al primero promover el acceso a las mujeres a profesiones no tradicionales como la minería y energética; fiscalizar a empresas para prevenir prácticas discriminatorias contra la mujer y revisar las reglas de operación de programas de microcréditos para mujeres, a fin de hacerlos más accesibles y que los montos permitan realmente desarrollar una empresa productiva.
Al Congreso reformar la LFT para que hombres y mujeres tengan por igual derecho a guarderías e incrementar la licencia por paternidad. A la iniciativa privada crear empresas de ocupación temporal en materia de cuidado como estrategia de creación de empleo; profundizar las acciones de conciliación entre la vida familiar y laboral y establecer indicadores que permitan evaluar la integración de las mujeres en todos los niveles de la empresa, entre otros.