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Combustibles opacan al crudo en balanza petrolera del primer trimestre
Las exportaciones de crudo subieron 45.1%, pues su precio creció en menor proporción que el de los carburantes más importantes, además de que el volumen de exportación fue menor.
De enero a marzo de este año, el valor de las importaciones mexicanas de productos derivados del petróleo escaló 61.6% a un nivel récord de 8,737 millones de dólares, reflejo de sendos incrementos de precios de los principales combustibles a nivel internacional.
Este aumento fue superior al incremento del valor de las exportaciones del petróleo crudo, que fue de 45.1% a 7,005 millones de dólares, de acuerdo con cifras revisadas de la balanza comercial petrolera reportadas por el Banco de México (Banxico).
El reciente incremento de los precios del petróleo y sus derivados –producto de la reactivación de la economía global y de las tensiones por la guerra en Ucrania– tiene en México un efecto dual, pues nuestro país conserva niveles importantes de exportación de crudo, pero desde el 2015 el país es un importador neto de productos refinados.
En valor, las importaciones de derivados del petróleo representan 60% de las importaciones petroleras totales. El resto se distribuye en productos petroquímicos (23%) y gas natural (17 por ciento).
Paralelamente, el petróleo crudo representa 80% del valor total de las exportaciones petroleras. De enero a marzo, Petróleos Mexicanos (Pemex) exportó 887,400 barriles diarios de petróleo crudo (8.5% menos frente al mismo período del 2021), y el precio promedio de la mezcla mexicana creció 57.4% a 88.91 dólares por barril, informó la petrolera en su reporte del primer trimestre del 2022.
Durante el trimestre, las exportaciones petroleras totales ascendieron a 8,784 millones de dólares y las importaciones a 14,599 millones, por lo que el déficit de la balanza fue de 5,815 millones de dólares.
Esta merma fue 13.9% inferior a la del año pasado, solo que esta última fue histórica y reflejó en ese momento el abrupto incremento del valor del gas natural importado, debido a su encarecimiento sin precedentes debido al mal clima en el estado de Texas.
El alza de las erogaciones en combustibles importados refleja una abrupta subida de precios. De acuerdo con la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), el precio spot de la gasolina del golfo se disparó 60.7% a 2.75 dólares por galón en el promedio del primer trimestre del año.
En tanto, el precio spot del diésel de ultra bajo azufre se expandió 77.5% a 3 dólares por galón.
En volumen, las importaciones mexicanas de gasolina crecieron apenas 5.4% a 447,300 barriles diarios, mientras que las de diésel incluso cayeron 13.3% a 154,700 barriles diarios. No obstante, el valor de la gasolina importada creció 80.2% a 4,681 millones de dólares y el valor del diésel subió 36% a 1,531 millones de dólares.
La gasolina y el diésel son los dos combustibles con el mayor peso en las importaciones de derivados del petróleo, con participaciones de 54 y 18%, respectivamente.
Disminuye dependencia
El impacto por el encarecimiento global de estos combustibles se presenta en un momento en el que, de hecho, México ha bajado ligeramente su dependencia del producto importado para satisfacer su demanda interna.
Durante el primer cuarto del año, la gasolina importada representó 62% del consumo aparente, que fue de 725,400 barriles diarios, esto es, dos puntos porcentuales menos que la participación que tuvo el mismo período del 2021, de acuerdo con cálculos a partir de datos de la Secretaría de Energía.
En tanto, el diésel importado tuvo una participación de 51% del consumo aparente, que fue de 303,300 barriles diarios, esto es ocho puntos porcentuales menos que en el 2021.
Lo anterior, en coincidencia con un aumento de 15.7% de la producción de gasolina de Pemex a 284,300 barriles diarios y otro de 20.8% de la elaboración de diésel a 149,900 barriles diarios, pero también con una menor importación privada de carburantes, en medio de quejas de empresas por obstáculos regulatorios para la introducción de producto, con el objeto de favorecer a la empresa estatal.