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Consumo hila ocho meses de avances
En febrero el indicador creció 1.3% y se sobrepuso a choques externos, pero el entorno será más complejo en adelante, advierten.
En febrero el consumo privado en México se expandió 1.3% en comparación con enero, con lo que hiló ocho meses de avances y afianzó su tendencia de recuperación respecto de los niveles previos a la pandemia, de acuerdo con cifras reportadas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Al interior de la variable, el crecimiento se expresó en sus dos componentes, siendo el más dinámico el de productos importados (+6.2%), dejando en segundo plano el de bienes y servicios de origen nacional (+1.1%), si bien este último renglón es el de mayor ponderación.
La dinámica del consumo privado –el mayor componente de la demanda agregada– contrastó fuertemente con la de la inversión fija –componente menor en tamaño, pero con mayor incidencia en el crecimiento de largo plazo–, que descendió 3% durante febrero.
“A pesar de una base cada vez más retadora, el entorno para esta categoría ha seguido mejorando, con un sustento especial de: (1) La rápida disminución en los contagios, ayudando a una consolidación de la movilidad; (2) una recuperación del empleo, con las remesas manteniendo fortaleza y el crédito al consumo al alza; y (3) el comienzo de la entrega anticipada de recursos de algunos programas sociales por la veda electoral”, explicó en un reporte Juan Carlos Alderete, director de análisis económico del Grupo Financiero Banorte.
El nivel de consumo privado medido por el Inegi en febrero pasado alcanzó un máximo histórico, con una lectura del índice correspondiente de 119.1 puntos, 1.5% superior a la observada en febrero del 2019.
En forma acumulada, en enero y febrero, con cifras originales, el consumo privado aún arrastra una leve caída, de 0.3%, en comparación con el mismo período del 2019, previo al estallido de la pandemia de Covid-19.
“El consumo interno se posiciona como el factor de crecimiento económico más importante a inicios de 2022, lo que evitó que las debacles en la economía abierta y la inversión se tradujeran en estancamiento o incluso en contracción, como ocurrió en Estados Unidos”, opinó Marcos Arias, analista del Grupo Financiero Monex.
El consumo privado es el componente más importante de la demanda agregada en México y el año pasado representó 64.6 puntos del PIB, un avance de 1.5 puntos con relación al 2020.
En medio de la crispación económica por la guerra en Ucrania y los choques inflacionarios atizados por ese conflicto y por la lenta recuperación de las cadenas de suministro tras el impacto del Covid-19, el consumo ha dado señales de resiliencia, pero el panorama es desafiante.
“Las señales de la demanda doméstica y el resto de la economía se están tornando más retadoras, especialmente con mayores riesgos para la inversión. A pesar de esto, esperamos que el consumo sea más favorable, teniendo un papel más importante en el crecimiento del año”, opinó Juan Carlos Alderete, director de Análisis Económico del Grupo Financiero Banorte.