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Defender y negociar siempre a favor del trabajador, dice el STRM tras el nuevo esquema de jubilación en Telmex

Francisco Hernández Juárez es desde hace 45 años el líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, un gremio conformado por alrededor de 60,000 trabajadores de Telmex.

Francisco Hernández Juárez es desde hace 45 años el líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana. Ilustración: Nayelly Tenorio.

Francisco Hernández Juárez es desde hace 45 años el líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), un gremio conformado por alrededor de 60,000 trabajadores de Telmex, que lo hacen junto con los sindicatos magisterial, petrolero, de electricistas y minero, el sindicato más poderoso del país y adherido además a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).

Esta semana el sindicato que dirige Hernández Juárez y Telmex llegaron a un acuerdo para resolver un conflicto laboral que duró tres años y que congeló la contracción de nuevo personal por todo ese tiempo, lo que afectó a unas 2,000 plazas y los servicios que reciben los consumidores. El acuerdo incluye que los telefonistas podrán adquirir acciones de Telmex de manera voluntaria y podrán mantener también una pensión digna, esto también posterior a un arbitraje de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), que acompañó un nuevo esquema de jubilaciones.

Para Francisco Hernández Juárez el acuerdo es un logro para los telefonistas sindicalizados, pues confía en que a mediano plazo la situación financiera de la empresa cambie para mejor y la prestación del servicio que recibe el usuario mejore también en su calidad con un próximo proceso de contratación de 1,942 plazas conforme a la Cláusula 149 Quater del contrato colectivo de trabajo. Telmex paga hoy pasivos laborales por 19,870 millones de pesos y tuvo una pérdida neta de 2,731 millones de pesos en el tercer trimestre de 2022, cifras que a consideración del líder sindical deberían cambiar con el tiempo, lo mismo que los sindicatos orientarse hacia los procesos democráticos.

—Dicen que en la guerra uno consigue lo que negocia, no lo que se merece. Siendo así, ¿se siente vencedor en este conflicto laboral?

—Logramos mantener vigente uno de los mejores contratos colectivos del país, esto por el tipo de prestaciones y el nivel salarial que presenta. La nómina de los telefonistas es de las que más protegen al trabajador en este país. Y la jubilación también es de las mejores en este país, con todo y que sufrió una disminución; con todo eso, sigue siendo una de las mejores jubilaciones, muy sólida y muy identificada y muy resultado de la lucha sindical.

Ese resultado y esos niveles de confianza que tenemos se logra sólo si se entiende que el conseguido fue un buen acuerdo. Claro, hubiéramos preferido que no se modificara, pero entendemos que la situación financiera de la empresa es complicada. Entendemos que está pasando por un momento difícil, aunque transitorio y que atañe mucho a decisiones de la empresa, porque han sacado muchos de los negocios más rentables para Telmex, como el manejo de datos. Aun con ello, nosotros, en el sindicato, seguimos estando dispuestos a apoyar a la empresa.

Y por su parte, logramos que el gobierno se diera cuenta que la empresa estaba haciendo algo ilegal: que no quería cumplir el contrato colectivo y el mismo gobierno tuvo que venir a ayudarnos a ajustar eso con la empresa, y así la empresa rectificó y el gobierno también se dio cuenta que nuestra lucha es legal y en defensa de los derechos consagrados en el contrato colectivo de trabajo.

Hubo ajustes, sí. Pero también salimos fortalecidos al hacernos escuchar en el gobierno y mantener activo nuestro contrato colectivo de trabajo con una de las mejores jubilaciones, sí con ajustes y con algunas alternativas de prestaciones. Nos parece entonces que se puede considerar un saldo muy positivo de esta lucha.

—Ese fue el resultado hacia afuera, pero adentro ¿qué radiografía haría de las batallas internas y cómo queda parado su liderazgo allí?

—Quiero decir que en esa materia tenemos un nivel de participación de al menos 85 por ciento. Los trabajadores participan en las consultas, en los procesos y en los acuerdos que se toman en todas las secciones, en nuestras asambleas y de hecho, allí es donde tenemos niveles de participación del 90% y claro que hay siempre que no está de acuerdo con la abrumadora mayoría, pero aquí les digo a los trabajadores que las condiciones del sindicato se sienten muy sólidas y francamente yo creo que esos niveles de confianza sólo se logran si estoy yo en lo correcto, si los trabajadores observan que estoy defendiendo sus intereses y sus derechos, porque eso me permite tener un liderazgo sólido.

—¿Esos niveles de confianza y el acuerdo que deja con Telmex son su herencia en el sindicato de telefonistas?

—Me gustaría, eventualmente cuando llegue esa condición en el sindicato, que se dé un liderazgo con una persona que se mantenga sólida siempre en la defensa de los trabajadores. Que esa sea su prioridad siempre, aun cuando se tengan que tomar las decisiones difíciles, pues como decía usted: defender y negociar siempre a favor de ellos. Si el liderazgo que venga se guía siempre por lo que realmente quieren los trabajadores, no hay riesgo de equivocarse.

Pienso entonces en un liderazgo para el sindicato con esas características, siempre ganándose la confianza de los compañeros y definiendo muy claramente las estrategias con ellos. Sin demérito de apoyar a la empresa y sin demérito de impulsar las cosas que sean buenas para el país, el trabajo fundamental es y ha sido concentrarse en la defensa de los intereses de los trabajadores. Eso es lo que dejaría.

—A tres años de conflicto y con un contexto de reforma laboral distinto y contrato colectivo que pudiera calificarse como diferente, ¿es con todo este un buen momento para contratarte en Telmex?

—A México, recientemente, le habían cerrado mucho la puerta a seguir participando en acuerdos comerciales, porque a otros actores no le parecía correcto que la principal ventaja competitiva de México fuera su mano de obra barata, y parte de eso era lo que hacía posible la política económica entonces, de que el salario estuviera sacrificado a cambio de inversiones y el sindicalismo tampoco tuvo capacidad de responder y además las leyes no eran muy favorables para impulsar un sindicalismo fuerte y democrático.

Lo nuevo e importante con la llegada de este gobierno es que con la nueva ley laboral vamos a tener realmente de un impulso de poder lograr una mayor sindicalización, mayor democracia en los sindicatos para legitimar los contratos de manera que le digo a los compañeros, porque tenemos una nueva generación de ellos en el sindicato de telefonistas, que no se les olvide que no hay mucho hacer frente a empresas y gobiernos si no hay sindicatos fuertes. Por ello hay que impulsar un sindicalismo con democratización y legitimación; hacer sentir siempre la presencia de los trabajadores con ánimos constructivos y ánimos fuertes para que mejore la situación de la empresa y eso es lo que justamente se está ofreciendo hoy en Telmex a los trabajadores que quieran venir.

En estos tres años se cerró la puerta a los trabajadores de nuevo ingreso, pero ya se deberían abrir las plazas. Por lo pronto el martes tengo una reunión con el director general y su equipo y ellos con nuestro equipo para impulsar nuevas contrataciones, y para definir una nueva agenda de trabajo, para dar así una mejor atención a los clientes, porque una democratización con el sindicalismo también atraerá mejores profesionales y eso más que nada se deberá traducir en mejores servicios en línea y calle al consumidor.

—¿Cree usted que la Red Nacional Última Milla atraiga a trabajadores muy calificados en medio de ese amparo que tienen ustedes todavía contra la separación funcional de Telmex?

—Todo tiene que mejorar, la situación de la empresa debe cambiar y eso es parte de la agenda, pues es bien sabido que no estamos de acuerdo con la separación funcional de Telmex y ese amparo pretende revertir esa decisión, para conseguir la posición de Telmex en relación a su capacidad competitiva que merece. Todos esos temas de telecomunicaciones están en la agenda y los vamos a seguir persiguiendo.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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