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Encontré un AICM en desorden, endeudado y con corrupción: Velázquez Tiscareño

A dos meses de asumir la dirección de la terminal, el marino en retiro tiene el reto de administrar una terminal que sufre una merma sustancial de sus ingresos para pagar los bonos del malogrado aeropuerto de Texcoco.

Es un marino al frente de un aeropuerto civil. Viste de traje y corbata, pero en su oficina hay una chamarra de aviador de cuero estilo Top Gun, que cuelga de un portatrajes. El Vicealmirante Piloto Aviador Retirado, Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, recibió una llamada del Secretario de Marina con la invitación a tomar la dirección del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para meter orden. Estaba retirado, aceptó el reto y encontró mucho desorden. A los pocos días de asumir el cargo comenzó a identificar anomalías y adeudos por unos 7,500 millones de pesos que complican su administración. “Son asuntos graves de seguridad y también hallamos una corrupción muy arraigada. Las sorpresas no terminan, seguimos encontrando muchas sorpresitas”.

En entrevista realizada en la oficina que ocupa desde el pasado siete de julio, el vicealmirante destacó que el aeropuerto vive una situación financiera muy complicada. Los ingresos por Tarifa de Uso de Aeropuerto se van en su totalidad al pago de los bonos del aeropuerto de Texcoco. Los ingresos comerciales no son lo que deberían por el desorden en los contratos y la cobranza. El presupuesto federal que reciben es para los programas de mantenimiento de la infraestructura. “Si logramos cobrar todo lo que se nos debe, será como un tanque de oxígeno”, explica.

En el principal aeropuerto del país hay una estructura administrativa “muy grande y que está corrompida desde hace muchos años, porque trabaja en automático”, en la cual había muchos beneficiados y un gran perdedor, el aeropuerto. Parte del desorden es que cada dirección o subdirección podía hacer compras y otorgar contratos millonarios, con poca o nula supervisión.

Con elocuencia habla de las tareas que ha realizado en poco más de dos meses. Asegura que han identificado personas que laboraron antes en la terminal y aún tenían influencia en la operación, lo que califica como “delincuencia organizada”. Hay investigaciones en curso.

Estima que solamente una tercera parte de los cerca de 1,000 contratos por uso de espacios comerciales que tiene el AICM están dentro de la legalidad, por lo que ya tomó las primeras acciones para atajar las fallas: incorporar a personal allegado a él en dos direcciones estratégicas: Operaciones y Administración. “No son sólo marinos, también hay civiles. Todos son gente de mi confianza. No se puede dirigir un monstruo de este tamaño, si la gente no te responde a ti”, explica.

El director del AICM explicó que tuvo que cesar a unos 20 funcionarios de buen nivel, algunos de ellos con varios años de servicio y con los que seguirá en contacto para deslindar responsabilidades si es necesario, porque en este momento el aeropuerto está bajo una minuciosa auditoría con personal de la Secretaría de la Función Pública (SFP) que solicitó personalmente.

La gente cree que militaricé, pero no es cierto. Tengo dos vicealmirantes de mi generación, expertos en el área que los necesitaba, uno experto en licitaciones, contratos, y otro experto en seguridad, y otros en activo, pero también hay personal civil que conocí en mi vida de retiro, porque antes estuve, por ejemplo, en la Procuraduría General de la República (en la Dirección General Adjunta de Servicios Aéreos Técnicos)”, comentó.

Los millonarios adeudos

En febrero pasado, por instrucción del Presidente Andrés Manuel López Obrador la Secretaría de Marina asignó a unos 1,500 elementos para hacerse cargo de la seguridad del aeropuerto y hacer frente a temas de inmigración ilegal, narcotráfico, trata de blancas, pérdida de maletas y otras tantas problemáticas que ocurren en los aeropuertos de todo el mundo, pero en este, las malas prácticas estaban enraizadas, se informó.

“Fue una cabeza de playa, como le decimos nosotros, una avanzada”, recordó el Vicealmirante. A su llegada, llamaron su atención las deudas acumuladas, inexplicable o injustificadamente, de varios negocios, que, en varios casos, operan sin tener contratos vigentes y deben 20, 30 o 40 millones de pesos por concepto de rentas y no han sido penalizados. En otros casos ni contratos hay.

“¿Se acuerdan del helicóptero que se ´robaron´? Abrieron plan de vuelo como cualquier aeronave, despegaron y se fueron. Como causó mucho ruido y me tiraban que yo tenía la culpa, dije: chécate ese hangar que se renta y donde yo no puedo meter cámaras. Resulta que nos debe dinero y no tiene contrato. Es una muestra”, detalló.

- ¿Cobrar los 7,500 millones de pesos que les deben será aire para la operación del aeropuerto?

-  Es aire puro y ya empezaron a pagar. Estamos recuperando, no tengo estimado ahora, porque además nadie paga cash. Hay que hacerles un programa de pagos. Un restaurante muy famoso debía 28 millones de pesos, les dije me tienes que pagar y respondían que no podían por la pandemia. Me habló un diputado y otras personas. Comenté: dile a tu paisano que pague o le voy a cerrar. Yo no recibo órdenes de nadie ni recomendaciones de nadie. La gente ya se está dando cuenta. No damos privilegio a nadie.

Actualmente, señaló, el AICM tiene ingresos comerciales de 1,300 millones de pesos mensuales, de los cuales cerca del 15% se utilizan para la operación cotidiana (el resto es para impuestos y pagos a Aeropuertos y Servicios Auxiliares, entre otros) y los ingresos de tarifa de uso de aeropuerto (TUA) se destinan a pagar los bonos del cancelado aeropuerto de Texcoco.

Desalojo de Mexicana: mensaje contundente

Desde el momento que se hizo cargo del aeropuerto, Velázquez Tiscareño, solicitó una detallada investigación de la toma de los espacios que ocupaba Mexicana de Aviación en la terminal 1, los cuales había visto antes en su calidad de usuario del AICM.

Como parte de tareas de inteligencia que bien conoce, solicitó información a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social sobre los ex trabajadores de la aerolínea. Preguntaron si podían hacer un desalojo legal y les respondieron que sí, porque no había nada embargado en el aeropuerto. Además, tenían claro que estaban inmiscuidos integrantes de la organización El Barzón Nacional

Así, en la madrugada del dos de septiembre se realizó el desalojo, sin afectar a quienes ocupaban los espacios o usuarios y con la presencia de testigos de Derechos Humanos y de una notaría pública.

De manera paralela, preparaban las condiciones para dialogar con los extrabajadores, siempre y cuando éstos se identificaran plenamente.

“Queríamos mandar un mensaje no nada más a ellos. En su momento no sabía todo lo que había dentro de la administración del aeropuerto. Esto nos servirá también para que los demás se den cuenta de que vamos en serio, para que vieran todos los que nos deben dinero, los que no quieren pagar, los que están ilegales aquí, los que recibieron contratos amañados o que tuvieron privilegios, todos ellos, para decirles: estamos aquí y esto no puede seguir”, agregó el Vicealmirante.

empresas@eleconomista.mx

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