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Firmas foráneas desinvierten en ductos de gas natural

El año pasado, el registro de IED que llega a México en este sector ya había mostrado un dato negativo de US4 millones, la primera desinversión neta anual desde la crisis financiera del 2009.

México registró un saldo negativo de 144.5 millones de dólares en las llegadas de Inversión Extranjera Directa (IED) en el transporte de gas natural por ductos durante el primer trimestre de 2021, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Economía.

El dato implica que las empresas extranjeras desinvirtieron en términos netos en este negocio.

Para todo el año de 2020, este indicador registró también un saldo negativo de cuatro millones de dólares, la primera desinversión neta anual tras la crisis financiera internacional de 2009.

México es un importador neto de gas natural, principalmente por gasoductos desde Estados Unidos, y su demanda de gas natural está aumentando debido a la expansión de la capacidad de generación de energía.

En forma acumulada, las entradas a México de IED dirigidas a su red de gasoductos sumaron 11,502 millones de dólares de 1999 al 31 de marzo de 2021.

A corto plazo, los productores en México no tienen proyectos planificados que aumenten significativamente la producción nacional de gas natural.

Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, los productores podrían desarrollar algunos recursos en la región costa adentro de Burgos en la parte noreste del país, a través de la misma cuenca geológica que continúa desde el sureste de Texas.

Sin embargo, el precio de equilibrio requerido para el pleno desarrollo de dichas reservas es en promedio más alto que el precio del gas natural importado, lo que desafía la viabilidad de estos nuevos proyectos.

Simultáneamente, las necesidades de importación de México están aumentando a medida que la producción nacional de gas natural se estanca conforme Pemex se enfoca en aumentar la producción de petróleo crudo y aumenta la demanda interna, particularmente en el sector eléctrico.

En consecuencia, México sigue dependiendo del aumento de las importaciones por gasoductos de Estados Unidos y de las importaciones de gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos y otros países.

En agosto de 2019, Carso, TC Energía e IEnova, tres de los principales inversionistas en la red de gasoductos de México, alcanzaron un acuerdo para revisar los términos comerciales de servicio existentes con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó entonces que los contratos firmados durante el gobierno anterior eran “leoninos” para el país.

A su vez, el director general de la CFE, Manuel Bartlett, dijo que se bajaron de manera sustancial las tarifas de servicio de transporte de gas, “porque era el punto central de la renegociación”, para que reflejen “costos reales”. Agregó que estas serán fijas, planas y niveladas a través del tiempo.

Las empresas vieron en ese conflicto incertidumbre para sus inversiones por no respetarse los acuerdos firmados.

Las nuevas condiciones pactadas con las empresas privadas permitirán a la CFE comercializar alrededor de 8,200 millones de pies cúbicos diarios, de los cuales 63% serán para las plantas generadoras de electricidad de la propia CFE y el 37% para la industria nacional.

roberto.morales@eleconomista.mx

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