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La Red Dorsal de Perú debe ser un modelo a evitar en México
Perú construyó una red fija de servicios mayoristas de telecomunicaciones que no está dando resultados a dos años de su operación. México debe aprender de los errores y aciertos del Estado peruano en ese tipo de proyectos, coincidieron especialistas.
Vace Investment Advisors SC será la encargada de estructurar la licitación internacional de la Red Troncal de México, uno de los planes más críticos de este sexenio en ampliación de cobertura y acceso mayorista a terceros operadores. Con su elección, coincidieron especialistas, deben evitarse errores como los cometidos en Perú con una red de características similares, que a más de cinco años de su diseño hoy parece un "elefante blanco" que no satisface ni al Estado ni al concesionario ni a los proveedores de servicios de telecomunicaciones.
El plan de crear la Red Troncal en México deriva de un mandato constitucional para desarrollar una nueva infraestructura de telecomunicaciones a partir de 25,000 kilómetros de cables de fibra óptica y de otros equipamientos construidos por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por todo el país. Aun con las asimetrías de mercado, territorio y políticas regulatorias, la Red Troncal de México tiene más de una similitud con la llamada Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica (RDNFO) de Perú: ambas son redes de carácter público-privado, intentan conectar a Internet a la población más desprotegida con fibra óptica y sus clientes son los operadores, para que éstos a su vez puedan ofrecer al consumidor final servicios más asequibles y de mejor calidad.
La red peruana se concibió en 2012 como el proyecto de conectividad más ambicioso del Estado peruano en materia de telecomunicaciones. Con su existencia, el gobierno, por un lado, pretendió empujar la inclusión digital y por otro, expandir las redes y desahogar otras ya existentes con la oferta de una nueva vía de transporte de tráfico. El plan consistía en construir una red troncal, nacional, con una extensión de 13,500 kilómetros y que sería administrada por un operador privado; se formaría una segunda red de 29,000 kilómetros resultante de 21 redes regionales de otros operadores para conectar directamente a seis millones de peruanos a los que todavía no llega un servicio de Internet de alta velocidad. Azteca Comunicaciones, del mexicano Grupo Salinas, resultó ganador del proyecto y su misión fue llevar banda ancha a 180 de 196 ciudades, entre ellas 22 capitales de provincia y las inversiones sumarían 323 millones de dólares.
El proyecto que corresponde al “tramo” gestionado por Azteca Comunicaciones se completó en 2016, pero el interés de los potenciales clientes no termina de completarse por cómo fue la concepción del proyecto, ya que algunas redes regionales no se han licitado y otras más han tenido problemas para su implementación, pese a la promesa del gobierno de que conectar a esos seis millones de peruanos significa para Perú un salto de casi 3 puntos en su PIB. La Red Dorsal de Perú “es una buena idea, pero de mala ejecución; se pensó mal desde un inicio y México debe aprender de esa experiencia”, dijo Juan Gnius, director de la firma argentina de análisis en telecomunicaciones Telracom.
“El problema desde el origen fue que la RDNFO y las redes regionales no se planificaron en conjunto y teniendo en cuenta que los contratos de Azteca y de los concesionarios de las redes regionales están desligados unos de otros, existen problemas para integrar ambas redes: los operadores regionales se quejan de que Azteca no desea compartir su infraestructura con ellos, mientras que Azteca solicita que el tráfico demandado por las redes regionales debería ser provisto por la RDNFO”, dijo Javier Morales Fhon, especialista peruano en política pública de telecomunicaciones y TIC. “Cuando el Estado planificó la Red Dorsal, proyectó una demanda para 2018 mucho mayor a la que fue realmente: estimó 93 Gbps para 2018, pero la real es de 37 Gbps. Cuando se diseñó el proyecto no se contempló la aparición de la tecnología 4G, la consecuente adopción extendida del Internet móvil y el posterior despliegue de infraestructura de fibra óptica por parte de los operadores que ocasionaron una superposición con la Red Dorsal”.
Una política regulatoria determina las tarifas mínimas para la Red Dorsal en 23 dólares por Mbps de tráfico transportado, un freno que no le permite a la red adaptarse a otras ofertas comerciales y a Azteca Comunicaciones le entorpece el despliegue de nuevos planes de negocio, informó la empresa mexicana en su reporte a Bolsa del tercer trimestre de 2017.
“La RDNFO trabaja únicamente como red de transporte, pero los clientes usualmente contratan el servicio de transporte y acceso al mismo proveedor, que no sucede con Azteca, e igualmente los clientes deben negociar el tráfico internacional aparte con otros proveedores”, dijo Morales Fhon.
La Secretaría de Comunicaciones, Telecomm y Vace Investment Advisors deberán evitar factores adversos en la Red Troncal de México, coincidieron analistas consultados. “En Perú, la dinámica del mercado y una política no tan sobrerregulada permitió a los operadores a invertir en sus propias redes y éste se presionó por la llegada en 2013 de Entel, el chileno. Aparte, está el espectacular trabajo de Bitel de Vietnam al concentrarse en los más desprotegidos con productos a precios muy bajos”, dijo Jorge Fernando Negrete, jefe en Mediatelecom Policy & Law. “El otro tema está en el tráfico que entra o sale de Perú, donde las redes de los operadores han hecho mejor negocio. Esa sería otra clave”.
En el mismo mapa de las redes ya establecidas por el resto de los operadores, éstas conectan a Perú con Ecuador por un extremo del territorio y con Chile y Brasil por el otro, aprovechando la salida y entrada de tráfico internacional para hacer negocio, ganándoselo a la Red Dorsal.
Osiptel, el regulador de las telecomunicaciones peruanas, convocó a la industria de ese país a opinar sobre una reconfiguración de la Red Dorsal. El órgano recomendó flexibilizar las tarifas de la red, con la condición de que en las zonas donde se apliquen las reducciones no se vean perjudicados los ingresos de Azteca Comunicaciones Perú, al tiempo que indicó que vigilará que el concesionario no disponga de tarifas más bajas que el mercado, propiciando impactos negativos en la competencia.
Existen alternativas para hacer viable a la Red Dorsal peruana: reducir la tarifa única que fue establecida originalmente o establecer una flexibilidad tarifaria, además de establecer una figura de empresa comercializadora que brinde el acceso y, en última instancia, transferir el control de la red al Estado.
“Como Azteca no cuenta con gran demanda como se proyectó en un inicio, apenas recibe como ingresos los costos de su operación y mantenimiento, lo cual es obvio que no le basta. Por su parte, el Estado estaría asumiendo los costos de subsidiar la baja demanda de Azteca, ya que la infraestructura desplegada de la Red Dorsal se ha convertido en un elefante blanco sin utilizar, dada la presencia de otros operadores en las zonas donde supuestamente no deberían haber existido redes”, dijo Morales Fhon. “¿Qué lecciones debería aprender México de esta experiencia? Las proyecciones no deberían hacerse con base en el pasado sino con prospección a futuro: en Perú no se vaticinaron las nuevas tendencias tecnológicas y debido a ello se hicieron proyecciones erradas”.
“Lo difícil para México y los que llevan el proyecto será advertir cómo esa Red Troncal podrá funcionar, hallar su lugar en la industria y potenciarse con otras redes, como la Red Compartida, para aprovecharse ambas y otras en el ecosistema digital venidero. Es la misión”, dijo Juan Gnius, de Telracom.