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Lideran tráileres dinámica de envíos automotrices
En enero-junio, las ventas foráneas de estos camiones crecieron 40%, más que ningún otro segmento en el sector.
Más que ningún otro segmento en el sector, las exportaciones mexicanas de tractores de carreteras para semirremolques (tráileres) tuvieron un crecimiento interanual de 40.7% en el primer semestre del 2012, para alcanzar 3,095 millones de dólares.
Con dinamismos positivos, aunque muy por debajo, se colocaron las exportaciones de automóviles, con un alza de 12.5% y un valor de 14,007 millones de dólares, y las de partes y accesorios para vehículos, con 14.6% y 9,470 millones de dólares.
Los vehículos para transporte de mercancías (sin incluir a los tractores para tráileres) aumentaron 11.2% y sumaron 6,901 millones de dólares.
Entre los vehículos pesados, el principal segmento de composición de las exportaciones mexicanas fue el de tractocamiones, seguido de los camiones, las unidades de construcción, chasises para pasaje y autobuses foráneos.
En el 2011, México alcanzó una producción de 136,678 vehículos pesados, ocupando la sexta posición a nivel internacional, por debajo de China, Japón, India, Estados Unidos y Brasil. La firma de consultoría Business Monitor International estima que la producción de vehículos pesados en México será de 196,800 en el 2016.
Como una debilidad y, a la vez, un incentivo para la producción, México tiene pendiente la renovación de su flota de vehículos pesados. En el 2011, se comercializaron 32,939 unidades. Daimler, International y Kenworth representaron 97.4% de esas ventas, según la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).
ProMéxico destacó como un caso de éxito el resurgimiento de la empresa mexicana Dina, que invirtió en los últimos años unos 120 millones de dólares, enfocados a la consolidación de sus exportaciones al mercado de Estados Unidos y Centroamérica.
Muestra de ello es la exportación hacia Estados Unidos de sus primeros 200 tractores de puerto de un pedido de 5,000 para los próximos 10 años, así como los primeros autobuses hacia Nicaragua, de un pedido de 350 unidades , agregó la agencia promotora del comercio y las inversiones.
El sector automotriz y de autopartes en México ha sido impulsado por 19 empresas armadoras de vehículos (ligeros y pesados), como General Motors, Ford, Chrysler, Volkswagen, ?Nissan, Honda, BMW, Toyota, Volvo y Mercedes-Benz.
Analistas prevén segundo semestre menos dinámico
MAYOR ACTIVIDAD INDUSTRIAL DE JUNIO NO EVITA DESACELERACIÓN TRIMESTRAL
A pesar de que la actividad industrial de México creció 1.28% en junio frente al mes previo -su mejor registro en nueve meses- no se pudo evitar una desaceleración a nivel trimestral, ya que durante el segundo trimestre del 2012 la actividad creció a una tasa de 3.6% anual, la cual resultó menor a 4.4% del primer trimestre del año, según cifras del el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
En su comparación anual, la producción industrial avanzó 3.7% en términos reales en junio del 2012 frente a igual mes del 2011, arriba de 3.4% esperado por el consenso del mercado.
En este escenario, Bank of America Merrill Lynch prevé una desaceleración de la actividad fabril para el segundo semestre del año, producto de un menor ritmo de la obra pública en México debido al cierre de la elección presidencial. Asimismo, vaticina que la discusión en torno de una potencial reforma fiscal podría incitar a las empresas a retrasar algunas decisiones de inversión, ya que involucrará aspectos que van desde los subsidios a la gasolina, hasta el Impuesto al Valor Agregado y el Impuesto Sobre la Renta.
Aunque se prevé que las empresas podrán evitar la eliminación de lagunas jurídicas para algunos sectores con la reforma fiscal (incluso la eliminación del IETU), el mero hecho de que exista esta discusión traería retrasos en decisiones de inversión, según Bank of America.
Dicho banco también prevé que la desaceleración de Estados Unidos afectará las exportaciones mexicanas en los próximos meses, lo cual probablemente influenciará las decisiones de inversión, aunque el impacto podría ser mayor durante el 2013 que en el 2012, debido a los desfases de los proyectos de inversión.
(Con información de Edmundo Sánchez)
rmorales@eleconomista.com.mx