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Países buscan sacar cadenas de suministro de China

Además del bloque de América del Norte, otros países como Japón y Corea del Sur han anunciado recientemente sus planes para diversificar sus encadenamientos productivos y también fortalecer su proveeduría local.

Varios países, entre ellos Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Canadá y México, buscan diversificar sus cadenas de suministro fuera de China.

En mayo de 2022, por ejemplo, el presidente surcoreano Yoon Suk-Yeol afirmó que Corea del Sur necesitaba reducir la dependencia económica de ese país respecto a China diversificando las importaciones y formando alianzas en la cadena de suministro.

Un informe del Congreso de Estados Unidos destaca que los responsables políticos de algunas economías avanzadas ya han empezado a promulgar nuevas disposiciones que reforzarían la supervisión gubernamental de las cadenas de suministro.

Por ejemplo, en mayo de 2022, el gobierno de Japón aprobó una ley de seguridad económica que, entre otras disposiciones, exige a los responsables políticos la elaboración de planes de resistencia para determinados recursos estratégicos.

Poco antes de la aprobación de la ley, un análisis comercial del gobierno japonés descubrió que los productos chinos tenían una participación superior a 50% en 1,133 categorías de importaciones japonesas, lo que representaba 23% de las importaciones de Japón en 2019, un nivel de dependencia de China casi dos veces mayor que el de Estados Unidos utilizando la misma medición.

En Estados Unidos, la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China recomendó establecer una Unidad de Cartografía de la Cadena de Suministro dedicada a determinar los requisitos, establecer las prioridades y coordinar los esfuerzos para cartografiar, supervisar y analizar continuamente las cadenas de suministro más críticas, incluidos, entre otros, los semiconductores, las tierras raras, los medicamentos que salvan y mantienen vidas y sus ingredientes farmacéuticos activos, y las piezas de fundición y forja.

La unidad se encargaría de desarrollar medidas de rendimiento interoperables para supervisar y evaluar la resistencia actual de la cadena de suministro de Estados Unidos y los esfuerzos de mitigación de riesgos, incluida la recopilación de datos sobre las dependencias de la cadena de suministro de Estados Unidos de proveedores chinos directos e indirectos, priorizando las cadenas de suministro críticas para la defensa.

La semana pasada, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que Estados Unidos, Canadá y México planean formar un comité centrado en la “sustitución de importaciones” originarias de Asia, una frase que no aparece, sin embargo, en la declaración conjunta en la X Cumbre de Líderes de América del Norte, en la que participaron además el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

En América del Norte, China abasteció 18.5% de las importaciones de productos de Estados Unidos, 19.9% de las correspondientes de México y 14.1% de las de Canadá.

La misma Comisión recomendó además el establecimiento de una Unidad de Movilización de Defensa responsable de coordinar y establecer prioridades para la evaluación de las necesidades de armas, municiones, suministros y otros equipos necesarios para equipar y apoyar a las fuerzas estadounidenses y para ayudar a los amigos y socios de la región Indo-Pacífica en un posible conflicto con la República Popular China, incluidos los conflictos de duración variable.

Propuso asimismo incluir en sus evaluaciones los efectos de posibles interrupciones en el comercio entre Estados Unidos y China sobre la movilización de la defensa y la disponibilidad nacional de materiales, productos y suministros críticos.

roberto.morales@eleconomista.mx

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