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Pérdida cambiaria detona peor segundo trimestre de Pemex en 20 años

La depreciación de 10% del peso produjo una merma de 159,684 millones de pesos, pero también pesaron los mayores gastos y costos de ventas de la empresa, que influyeron en una caída del margen EBITDA a su peor nivel desde el último trimestre del 2020.

Pemex ha explicado que los rendimientos en cambios se consideran una partida virtualReuters

Se desfonda el súper peso y en Petróleos Mexicanos (Pemex) ya se padeció el efecto. Durante el segundo trimestre del 2024, la estatal petrolera registró una pérdida neta de 255,937 millones de pesos, frente a una ganancia de 25,493 millones de pesos durante el mismo lapso del 2023.

La merma estuvo motivada principalmente por una notable pérdida en cambios de 159,684 millones de pesos, informó la empresa estatal este viernes al presentar su segundo reporte trimestral del 2024.

Una depreciación del 10.2% del peso mexicano frente al dólar estadounidense durante el segundo trimestre fue el detonante del deterioro contable, que contrastó con la ganancia cambiaria de 105,359 millones de pesos del mismo período del 2023, cuando el tipo de cambio tuvo una variación positiva de 14.6 por ciento.

En el pasado, Pemex ha aclarado que las pérdidas y ganancias cambiarias son partidas virtuales que no impactan su flujo, pero al margen de ello, el resultado trimestral de la estatal es el peor, al menos, desde el 2003, año a partir del cual la empresa reporta sus resultados en su sitio web.

Por otro lado, las pérdidas cambiarias explican solo una parte del detrimento financiero de la empresa petrolera, que carga con la pesada losa de la deuda heredada por la administración pasada y con el difícil mandato de lograr la autosuficiencia del país en el mercado de combustibles.

La otra parte tiene que ver con mayores costos y gastos, ya que las ventas trimestrales apenas cayeron 1.1% a 409,528 millones de pesos, de modo que la empresa apenas experimentó una variación en sus ingresos.

En cambio, el costo de ventas se incrementó 10.9% a 364,381 millones de pesos, mientras que su balance de otros gastos creció 24.2% a 47,353 millones de pesos.

En esta última partida se observan incrementos importantes en rubros como los gastos administrativos, que crecieron 11.4% a 43,728 millones de pesos. Los gastos de operación también tuvieron un alza significativa de 53.7% a 81,929 millones de pesos.

Estas alzas contribuyeron a tirar en 72.8% el ingreso de operación de la estatal a 5,860 millones de pesos. Es decir, antes de aplicar los gastos financieros —que se dispararon por la ya mencionada pérdida cambiaria— Pemex llegó ya con un rendimiento debilitado.

Luego, producto de la pérdida en cambios, la estatal registró gastos financieros totales por 202,873 millones de pesos (esto incluye además de la pérdida cambiaria, el costo financiero y el costo de los instrumentos derivados), con lo que su rendimiento antes de impuestos y derechos fue de 197,013 millones de pesos en rojo.

A pesar de que el pago de impuestos se redujo 15.3% a 58,924 millones de pesos derivado de la baja en el Derecho de Utilidad Compartida (DUC) —que este año es de solo 30% frente al 40% del 2023—, Pemex quedó con un resultado neto negativo de 255,937 millones de pesos.

Baja la rentabilidad

Nuevamente, dejando de lado lo ocurrido con la subida del tipo de cambio —que en junio promedio 18.2 pesos por dólar frente a los 16.8 pesos de marzo—, en el trimestre hubo signos de un deterioro de la rentabilidad de Pemex.

En línea con lo ya expuesto en relación con su estado de resultados, la empresa informó que su flujo de ingresos antes del pago de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA, por sus siglas en inglés) fue de 56,000 millones de pesos, esto es 39% inferior a la del primer trimestre del año y a la del mismo trimestre del 2023.

El flujo EBITDA es una medida comúnmente utilizada para medir la rentabilidad de una empresa, ya que muestra cuánto dinero genera la empresa a través de sus operaciones principales y permite comparar el flujo con el de otras firmas, independientemente de sus costos financieros y carga fiscal.

El margen EBITDA de Pemex de abril a junio pasado fue de 14%, lo que también marcó un deterioro desde el 23% del primer cuarto del año y del segundo trimestre del 2023. Junto con la lectura del cuarto trimestre del 2023 (que también fue de 14%), se trata del menor nivel desde el último trimestre del pandémico 2020 (7 por ciento).

Un comparativo presentado por la propia Pemex en su presentación de resultados ante analistas, indica que el margen EBITDA de la estatal consolidado a primer semestre del año fue de 18%, con lo cual se ubicó por debajo del promedio de 21% registrado por un conjunto de 10 empresas listadas por la empresa.

En esa selección, Pemex fue la penúltima superando únicamente a la española Repsol, que tuvo un margen EBITDA de 11 por ciento.

En el extremo opuesto, las cinco empresas con la mayor generación de valor fueron Petrobras, con un margen de 52%, seguida por Equinor (39%), Chevron (23%), Shell (22%) y Eni (21 por ciento).

Baja deuda

En otra arista del reporte trimestral de Pemex, la empresa consiguió reducir su deuda financiera, que se contrajo 6.3% a 99,392 millones de dólares. Este pasivo en dólares no bajaba de los 100,000 millones de dólares desde tercer trimestre del 2019, cuando se ubicó en 99,627 millones de dólares.

Pemex también destacó el avance de la participación de las ventas internas en sus ventas totales como una fortaleza. Al primer semestre la cuota pasó de 71 a 76 por ciento, debido a la menor exportación de crudo.

“Para la empresa pública del Estado, las ventas internas son una fuente de ingresos no solo estable sino permanente, que contribuye en su fortalecimiento financiero”, destacó Pemex.

octavio.amador@eleconomista.mx

Editor de Empresas y Negocios en El Economista

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