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Petroleras colaboran con comunidades
La AMEXHI presentó “La Energía de un Pueblo”, trabajo en el que repasa diferentes historias de colaboración entre la industria petrolera y las comunidades donde hay actividad petrolera; protección de las especies en peligro de extinción, entre los proyectos.
Las actividades de exploración y producción de hidrocarburos, ya sea en provincias marinas o tierra adentro, dejan huellas. Desde el 2014, un total de 11 empresas privadas, que llegaron tras la reforma energética ejecutan más de 50 proyectos que impactan a comunidades en 24 Estados de la República en el ámbito social y ambiental, para que su legado al país vaya más allá de la extracción de hidrocarburos y las inevitables externalidades ambientales que esta actividad encarna.
“En solo siete años, independientemente de la etapa en la que se encuentre cada uno (sea exploración, desarrollo o producción), las empresas han desplegado proyectos que cumplen distintos objetivos: impulsar al talento de quienes quieren dedicar su carrera profesional al sector energético, empoderar a las mujeres y madres de familia para materializar un negocio propio o profesionalizar sus habilidades, fortalecer los servicios básicos y de salud, acelerar la recuperación económica, procurar la conservación del medio ambiente, la protección de las especies en peligro de extinción y la preservación del patrimonio cultural, entre muchos otros”, según la Asociación Mexicana de Empresas de hidrocarburos (Amexhi).
Entre los proyectos relacionados con la educación, está “Escuelas que Aprenden” de la ganadora del farmout en aguas profundas en asociación con Pemex, la australiana BHP, que se implementa en Tampico, Ciudad Madero y Altamira, Tamaulipas, en el que a través de un trabajo conjunto, se diseñó una estrategia pedagógica integral basada en técnicas innovadoras y en buenas prácticas.
Se dirige a estudiantes de educación básica y media superior de 18 escuelas (una primaria, trece secundarias y cuatro bachilleratos), a cuidadores primarios y a docentes y directivos de educación básica y media superior de 17 escuelas (ocho secundarias y nueve preparatorias) de las comunidades de Altamira, Tampico y Ciudad Madero.
Existe también el Programa de gestión social para el desarrollo sustentable de la franja costera del municipio de Paraíso, Tabasco, donde la estadounidense Chevron se dirige a la población infantil, facilitando la interacción de padres, hijos, docentes, pescadores y autoridades en acciones de sensibilización y trabajo colectivo que promueven valores históricos, económicos, ambientales y familiares para el desarrollo sostenible de la laguna. Para ello, se realizaron dos concursos de dibujo: uno sobre la riqueza natural y otro sobre los servicios ecosistémicos de la laguna de Mecoacán. También se dictaron 17 talleres itinerantes en lugares abiertos con 305 niños y 41 adultos de seis escuelas de nivel primaria y secundaria.
La malaya Petronas, a través de su presencia en México mediante su subsidiaria PC Carigali, desarrolla el programa Let’s Talk English en Coatzacoalcos, Veracruz, en el que se seleccionó un grupo de 84 estudiantes, los cuales fueron evaluados a través de un examen en línea y de entrevistas realizadas por profesores del British Council. El resultado de esta evaluación fue un grupo de 55 alumnos que, a su vez, fueron entrevistados en inglés por el equipo de Relaciones Institucionales de PC Carigali Mexico Operations. La intención, además de permitir a los universitarios tener una experiencia similar a la de una entrevista laboral, fue la de conocer su actitud y motivación para formar parte del programa basándose en los valores corporativos de la empresa.
En aspectos relacionados con la economía de las familias, resalta el denominado “Acceso a una vida digna”, del consorcio entre argentinas Hokchi Energy, en Tabasco, en el que se busca generar las condiciones para que un niño de la localidad tenga acceso a una vida digna, con igualdad de oportunidades en cuanto a salud, educación y recreación.
Como proyectos de preservación medioambiental, está el de la mexicana Jaguar Energy, que consiste en el apoyo a la preservación del jaguar en México y se lleva a cabo en Yagul, Tlacolula de Matamoros, Oaxaca. Además, la participación en la liberación de los jaguares Celestún Petén y Nicté Ha en Solferino, Quintana Roo.
“El desarrollo estaría incompleto si no se traduce en el crecimiento de las comunidades y en un impacto positivo y sustentable de las actividades de la industria. Así lo prevé el marco jurídico mexicano al incluir la perspectiva social, a través de instrumentos como el pago de contraprestaciones por concepto de ocupación y uso de la tierra, y un porcentaje de los ingresos derivados de proyectos que alcancen la extracción comercial, sean provenientes de contratos o de asignaciones”, dijo respecto a estos programas Rogelio Hernández Cázares, expresidente de la CNH.