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Petrolíferos inducen déficit comercial histórico

El saldo del primer semestre del año fue producto de un déficit récord de 15,909 millones de dólares en la balanza petrolera y un superávit de casi 3,000 millones en la balanza no petrolera.

Foto: Archivo

De enero a junio de este año, México registró un histórico déficit comercial de 12,944 millones de dólares, explicado en su totalidad por el desbalance en las transacciones petroleras del país.

Este saldo resultó de contrastar exportaciones por 280,771 millones de dólares e importaciones de 293,715 millones de dólares, ambas, cifras igualmente históricas, de acuerdo con cifras divulgadas ayer por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Ambos indicadores hilaron dos años de crecimientos, reflejo de una sólida recuperación del comercio global. Sin embargo, el valor de las importaciones está creciendo más aprisa, al mostrar un salto de 25%, en tanto que las exportaciones subieron 18.8 por ciento.

Del lado exportador, el componente petrolero es el de menor peso –7.3% del valor total de las ventas externas–, pero fue el más dinámico, con un avance de 59.9%; en tanto que el no petrolero –que abarca 92.7% de la facturación externa– creció 16.4 por ciento.

En el frente importador, las transacciones petroleras –con un peso de 12.4% en el valor de las compras externas totales– crecieron 48.9%, mientras que las no petroleras –con una cuota de 87.6%– subieron 22.2 por ciento.

“Las exportaciones e importaciones permanecen altas en la comparación anual, impulsadas por precios persistentemente altos y la recuperación continua del comercio global”, opinó en un reporte Juan Carlos Alderete, director de Análisis Económico del Grupo Financiero Banorte.

En lo que va del año, el encarecimiento de las materias primas, producto de factores como la invasión rusa a Ucrania o los cuellos de botella logísticos asociados a una recuperación económica desigual tras la fase aguda del Covid-19, ha impactado notablemente las cifras de comercio.

Para muestra, de enero a junio, el precio de la mezcla mexicana de petróleo –la principal exportación petrolera de México– se expandió 63.1% a una cotización promedio de 97.8 dólares por barril, de acuerdo con datos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

En tanto, el precio de la gasolina regular referencial del mercado estadounidense (la reformulada para su mezcla con oxigenantes o RBOB, por sus siglas en inglés) –la principal importación petrolera de México– subió 71.1% a 3.47 dólares por galón, según cifras de la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) del gobierno de Estados Unidos.

Este mayor dinamismo del precio de las importaciones petroleras con relación al de las exportaciones petroleras, aunado a la dependencia de México de los combustibles importados (que abastecen casi seis de cada 10 litros que se demandan en el país, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía al mes de mayo) ha producido un creciente deterioro de los términos de intercambio en la balanza comercial petrolera.

Desequilibrio que explica el déficit general

El reflejo de lo anterior es un déficit histórico de la balanza petrolera de 15,909 millones de dólares, producto de exportaciones por 20,599 millones e importaciones por 36,508 millones de dólares.

Este desbalance es 36.7% superior al del 2021, que era hasta el momento el más abultado. Es notable que el déficit petrolero explica la totalidad del déficit comercial de México, ya que la balanza no petrolera del primer semestre del año tuvo un superávit de 2,965 millones de dólares.

El saldo (negativo) de la balanza (total) ha venido creciendo en los últimos cinco meses debido a los elevados incrementos en las importaciones (+4.56% mensual, en promedio), que en momentos han estado relacionados con el impulso de la recuperación del consumo, pero más recientemente parecen responder al ajuste de precios sufrido por los combustibles, lo que no es del todo positivo”, opinó Marcos Arias, analista económico del Grupo Financiero Monex.

Para el economista, de mantenerse esta tendencia de avance del déficit comercial, las presiones sobre el tipo de cambio y las finanzas públicas ganarán fuerza en los próximos meses, debido al impacto que pueda tener en el déficit en cuenta corriente.

octavio.amador@eleconomista.mx

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