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¿Qué retos enfrentan las empresas que accedan al nearshoring?
El BID y la Banca de Desarrollo serán las encargadas de otorgar el financiamiento a las empresas privadas.
Con el fin de impulsar a la economía de la región del sur-sureste del país, el gobierno federal presentó un plan de financiamiento y estímulos fiscales para las empresas privadas que decidan mudarse a la zona y de esta manera reubicar las cadenas globales de valor, lo que se conoce como nearshoring.
Para ello, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgará entre 1,800 y 2,800 millones de dólares de financiamiento privado. Cabe señalar que estos recursos son adicionales a los 200 millones de dólares para las micro, pequeñas y medianas empresas que se canalizarán a través de Nacional Financiera y la Secretaría de Economía.
Adicionalmente, el gobierno federal anunció que también se está diseñando un paquete de estímulos fiscales en las actividades comerciales y en los impuestos sobre la renta (ISR) y el valor agregado (IVA) con el objetivo de incentivar que más empresas trasladen sus actividades productivas al interior de los 10 polos de desarrollo que se instalarán en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec a partir de 2023.
Especialistas consultados coinciden en que si bien México es uno de los países con mayor atractivo para el nearshoring por las ventajas competitivas que tiene, como la ubicación geográfica y los diversos tratados de libre comercio con los que cuenta, hay aspectos que se deben considerar.
Cabe señalar que de acuerdo con datos del BID, América Latina y el Caribe podrían aumentar sus exportaciones anualmente a Estados Unidos en 78,000 millones de dólares en el corto y medio plazo gracias al nearshoring y México sería el país de América Latina con mayores oportunidades, ya que podría sumar 35,300 millones adicionales solo teniendo en cuenta la exportación de bienes.
Retos
En entrevista para El Economista, el contador Roberto Colín, integrante de la comisión técnica fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México, señaló que si bien la reubicación de las cadenas de valor puede parecer una medida favorable para fortalecer a la economía de una región también hay aspectos que las empresas deberán considerar, entre los que destacan:
- Capital Humano. La empresa que decida relocalizarse debe tomar en cuenta el perfil de la fuerza laboral que requerirá para su operación. “El primer gran reto para las empresas que decidan cambiarse es el capital humano y en algunas zonas la situación de pobreza es tan aguda que los niveles académicos de la zona pueden no ser los que se están buscando, lo que implicaría entonces un traslado de personal”.
- Logística. Que la nueva ubicación geográfica esté acorde con sus nuevas necesidades de operación y traslados, que el lugar tenga los mismos o mejores canales de transporte para distribuir su mercancía. “Sabemos que las empresas se ubican en la parte que más les conviene y al mover las cadenas de suministro se debe analizar la disponibilidad del transporte para poder hacer este cambio”.
- Tiempo del financiamiento. Si bien el Banco Interamericano de Desarrollo ha hecho publicó el monto del financiamiento, falta ver las condiciones. “Hay que ver las condiciones del financiamiento. qué tanto les conviene, en cuánto estará la tasa de interés así como el plazo que estarán ofreciendo para pagar.
De acuerdo con el especialista, el nivel de los estímulos fiscales que se ofrezcan también será fundamental para que las empresas accedan a su relocalización.
“La intención de reactivar esa zona del sureste es buena, sin embargo el mudarse implicará grandes retos, por lo que los estímulos fiscales tendrán un peso relevante”, opinó.
“Las industrias que pueden ver atractivo este plan son aquellas que hacen de exportaciones hacia América del Sur o que ya tienen comercio de ese lado del país, incluso para la industria tecnológica pudiera resultar atractivo para llegar a nuevas regiones, también será atractivo para aquellas empresas que tenga una alta carga fiscal en el lugar en el que actualmente se encuentran y que al mudarse tengan el beneficio de que se les reduzca”.
Inflación
Por su parte, Leticia Armenta Fraire, doctora en Economía y profesora investigadora del Tecnológico de Monterrey, coincide en que potenciar las inversiones hacia el sur-sureste es una buena medida para ayudar a la impulsar a la economía de la región y que además se puede contribuir a ayudar a contener la inflación.
“Las fuentes de la inflación que estamos sufriendo tienen que ver con falta de producción de los diferentes productos que la sociedad requiere, entonces estos estímulos ayudan porque son una manera de disminuir los costos de las empresas”, opina.
“Este tipo de estímulos son los que nos pueden ayudar a que la inflación realmente pueda comenzar a contenerse, entonces los estímulos fiscales anunciados cae muy bien porque lo que permite es que estos costos se reduzcan y de esta manera se estimula la producción”.
La especialista también considera que aunque el programa es atractivo para diferentes sectores, las empresas se van a mover dependiendo del giro que tengan y de los recursos que necesiten para desarrollarse.
“Por ejemplo si una empresa necesitan contratar ingenieros espaciales, por más que se le den estímulos, se condonen impuestos o se les ofrezcan un terreno gratis, si la región no cuenta con ese capital humano difícilmente se van a mover, operativamente es inviable”, explica.
“Entonces por más estímulos que existan la empresa no van a realizar ningún movimiento, tiene que ser algo favorable para que esta cadena productiva se mueva”.
Finalmente consideró que la pieza que está faltando, es el localizar a este grupo de empresarios que están interesados en recibir esos apoyos y que por su propia vocación productiva les sea favorable.
alba.servin@eleconomista.mx