Lectura 3:00 min
Rappi priorizará inversión fuera de la CDMX por impuesto
Alejandro Solís, director de Rappi en México, dijo que este nuevo impuesto “al uso de las calles” afectará sobre todo a los restaurantes más pequeños, debido a que el costo de este tipo de servicios podría aumentar, lo que reduciría la demanda.
Rappi priorizará sus inversiones fuera de la Ciudad de México debido al nuevo impuesto de 2% para las plataformas digitales de mensajería que aprobó el Congreso local a propuesta del gobierno de Claudia Sheinbaum.
El nuevo impuesto “al uso de las calles” tomó por sorpresa a la compañía, según Alejandro Solís, director de Rappi en México. El cobro de 2% que las autoridades de la capital definieron como un derecho al aprovechamiento de la infraestructura de la ciudad afectará más a los pequeños comercios, entre los que se encuentran restaurantes y farmacias.
“Nos sube los costos de transacción. Hace que todas las órdenes de los pequeños comercios sean las más afectadas”, dijo Solís, para quien el cobro hará también que Rappi reubique sus inversiones hacia otras ciudades y otros países donde no se cobra este derecho.
Rappi es una empresa nacida en Colombia en 2015. Opera en 250 ciudades de nueve países de América Latina: México, Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Costa Rica y Uruguay. Ha recibido más de 2,000 millones de dólares de financiamiento, de los cuales 650 millones han sido destinados a México, que considera su mercado más relevante.
La adición del artículo 307 TER al Código Fiscal de la Ciudad de México, como parte del Paquete Económico 2022, prohíbe que las plataformas digitales de entrega a domicilio trasladen el cobro a los repartidores o a los consumidores. Pese a esto, el director de Rappi aseguró que no podrán hacer algunas órdenes porque su costo será más elevado.
“Esto va a impactar el costo de las comisiones que se le cobran a los comercios; el costo de lo que se le puede ofrecer a un repartidor y el costo a los usuarios”, dijo.
CDMX tiene menor prioridad
Rappi cubre 75% del territorio de la ciudad, por lo que aún falta por dar servicio a otro 25%, pero el impuesto hará que la compañía dé mayor prioridad a otras ciudades entre las 55 que opera en el país, como parte de la estrategia de negocio.
“Entre más caro de operar es, terminas con menos prioridad. Un país que tiene impuestos altos rechaza la inversión extranjera o de los propios empresarios. Una ciudad que eleva sus impuestos hace que sea mejor apostarle a otras ciudades”, dijo.
Las autoridades capitalinas han insistido en que este cobro no se trata de un impuesto o una contribución, sino de un derecho por el aprovechamiento de la infraestructura que supuestamente utilizan las empresas de mensajería y paquetería que operan a través de plataformas tecnológicas, pero según Solís, este cobro no se realiza en ninguno de los países en los que Rappi opera.
Asociaciones de industria y de juristas han advertido que, tal como está redactada la propuesta, este aprovechamiento se trata más bien de un impuesto a las empresas de comercio electrónico por usar las calles de la ciudad para transportar sus mercancías.
Además de la expansión de su servicio de reparto, los objetivos de Rappi en México para 2022 son el crecimiento de sus verticales fintech (Rappicard) y de viajes, que no se ven afectadas por el nuevo impuesto de la ciudad.
rodrigo.riquelme@eleconomista.mx