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Saab encuentra en un fanático su salvación
Alex Mascioli, aficionado al automovilismo, dijo que hará todo lo posible para salvar a la firma sueca y que financiará a la empresa con cerca de 70 millones de dólares.
La marca automovilística sueca parece haber encontrado una vía de salvación. Después de haberse encomendado a inversionistas chinos, firmando acuerdos que no se han ejecutado por las dudas que suscita el futuro de la compañía. Saab ha encontrado a alguien dispuesto a ayudarles, pese a que las malas noticias le golpeen casi a diario.
El inversionista Alex Mascioli, conocido por su pasión por el automovilismo, ha asegurado que está dispuesto a utilizar todos sus recursos para salvar Saab, que se ha situado al borde de la suspensión de pagos después de que el administrador concursal anunciara ayer que pedirá al juez que finalice el proceso.
El brazo inversionista de Mascioli, North Street Capital, pretende inyectar en Saab 70 millones de dólares (unos 50.7 millones de euros), mediante la suscripción de un paquete de 2,389 millones de acciones ordinarias del capital de Swan por 10 millones de dólares (unos 7,24 millones de euros) y la concesión de un préstamo de 60 millones de dólares (unos 43,7 millones de euros).
Por su parte, el presidente y consejero delegado de Saab, Victor Müller, ha revelado que la empresa ha rechazado una oferta de compra por parte de las compañías chinas Youngman y Pangda, porque su aceptación habría supuesto el fin de la empresa.
"La oferta era inaceptable", asegura Müller, porque habría propiciado un cambio de control inconcebible y, según el directivo, "habría supuesto posiblemente el final de Saab".
Müller no ha precisado los términos económicos de esta oferta, toda vez que las empresas chinas siguen estando interesadas en Saab, firma en la que inyectaron 245 millones de euros mediante un acuerdo suscrito el pasado mes de julio que, de materializarse, les proporcionaría el 53.9% de Swedish Automobile (Swan), la matriz de Saab.
En todo caso, el presidente y consejero delegado de la firma escandinava asegura que existe un 'Plan B' para el caso de que las compañías chinas den marcha atrás a sus compromisos, pero sólo lo revelará si se da esta situación.
RDS