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El nuevo Nuevo León: tres gobernadores y una crisis política que escala

Esa entidad del norte del país, termina la semana con un jefe del Ejecutivo estatal constitucionalmente electo, que solicitó y ya le concedieron licencia para ausentarse de su función a partir del 2 de diciembre próximo; un encargado de despacho, que se apresta a cumplir la misión encomendada y un interino, designado por el Congreso y que incluso ya rindió protesta y solo espera el día de iniciar su gestión.

El lunes 23 de octubre, el gobernador de Nuevo León Samuel García, solicitó al Congreso local su licencia temporal por seis meses para poder contender por una candidatura presidencial. Foto: Reuters.

El constante jaloneo político protagonizado por el gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda y las fracciones legislativas del PRI y PAN en el Congreso del estado, inició un episodio que se encamina a una crisis constitucional en un escenario donde hay tres gobernadores: uno constitucionalmente electo, que solicitó y ya le concedieron licencia para ausentarse de su función, a partir del 2 de diciembre próximo; un encargado de despacho, que se apresta a cumplir la misión encomendada y un interino, designado por el Congreso y que incluso ya rindió protesta al cargo, que asumiría dentro de 34 días.

El lunes 23 de octubre, el gobernador Samuel García Sepúlveda, envió al Congreso del estado, “con carácter de urgente”, su solicitud de “licencia temporal por 6 meses, los cuales se deberán de computar antes del día de la elección presidencial”.

En la misma solicitud, informó que el secretario general de Gobierno, Javier Luis Navarro Velasco, se quedaría como encargado del despacho.

El miércoles 25 de octubre, el Congreso del estado aprobó la licencia solicitada para separarse de su encargo por seis meses, a partir del 2 de diciembre del presente año y eligió como gobernador interino a José Arturo Salinas Garza, quien hasta ese día se desempeñaba como magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León.

El 26 de otubre pasado, el gobernador se inconformó con la designación, pues señaló que, dado que se trata de una persona que hasta el día de su designación era magistrado es inelegible.

Para el académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Juan Jesús Garza Onofre, Nuevo León está en la antesala, o sino es que ya está, en una crisis constitucional provocada y agravada por García Sepúlveda, la cual inició con una jugarreta del mandatario elegido constitucionalmente, al designar a un encargado del despacho, cuando la constitución que él mismo impulsó, señala que, en un caso como ese, el Congreso debe nombrar un interino.

Sin embargo, el Congreso “también a manera de chicanada” le da la vuelta al asunto y nombra como interino a José Arturo Salinas Garza, quien es un panista de toda la vida, pero que hasta el 25 de octubre pasado era presidente del Poder Judicial del estado, añadió.

Desde la perspectiva del doctor en Derecho, eso abre la puerta a una, muy probable, judicialización del caso y seguramente será la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien decida quién tiene la razón.

“Samuel García puede llevar el caso a la Corte, alegando que el Congreso del estado le tomó la protesta a un nuevo gobernador, cuando él sigue siendo gobernador, porque no ha aceptado la licencia”.

El problema es que se trata de un asunto que puede demorar en resolverse, entre otras razones, por los paros iniciados por trabajadores del poder Judicial, ante la decisión del Congreso de la Unión de eliminar 13 fideicomisos que administraba la SCJN y el Consejo de la Judicatura Federal.

Lo que sí puede ocurrir mas o menos pronto, es que el mandatario estatal gane una suspensión en lo que la SCJN decide el fondo del asunto, indicó Garza Onofre.

Para el especialista, lo paradójico del episodio es que, fue el propio Samuel García, quien reformó la Constitución estatal, a la que llamó la nueva constitución del nuevo Nuevo León. “Cambió lo que quiso, metió artículos, metió cosas, creó nuevas cosas, pero al final del día, el tema de la licencia no vio venir y ahora, si quiere irse de candidato a la presidencia, tiene que asumir las consecuencias políticas de respetar la Constitución”. “Tiene tres doctorados y no le sirvieron para un carajo”.

Tres escenarios que explican proceder de Samuel García

Por su parte, el analista Luis Mendoza Oviedo planteo tres hipótesis que pudieran explicar el proceder del gobernador neoleones.

La primera, que realmente piense que tenga posibilidades de construir una candidatura altamente competitiva y pueda ganar la presidencia de la República en 2024; sin embargo, ese planteamiento se puede refutar con la realidad que señala que no hay elementos que hagan pensar que eso va a ocurrir. Si bien ganó la gubernatura de Nuevo León a pesar de que inició la campaña abajo en las encuestas que miden la intención del voto, lo que realmente impactó en el electorado esa ocasión, fue el involucramiento de la candidata de Morena a la gubernatura, Clara Luz Flores, con la secta NXIVM, cuyo líder, Keith Raniere, fue acusado y condenado por tráfico de personas y pornografía infantil.

La segunda es que en realidad el mandatario trate de construir un capital político a mediano plazo y “ganar perdiendo” las elecciones presidenciales de 2024.

En ese escenario lo que realmente buscaría Samuel García es incrementar el liderazgo de Movimiento Ciudadano en Nuevo León, con la idea de conseguir que en la elección de 2024 ese partido gane la mayoría en el Congreso y entonces, regresar a gobernar con un congreso a modo. Su sexenio termina en 2027.

Además, eso le daría una posición de mayor relevancia a NL, respecto de la que tiene Jalisco, al interior del partido naranja.

Eso lo lograría, construyendo un discurso de que México necesita un presidente norteño.

La intención hace recordar el caso del exgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, quien participó como candidato independiente en las elecciones presidenciales de 2018.

Además, contrario a “El Bronco”, que contaba con una muy baja aceptación, Samuel García goza de la aprobación de alrededor de 70% de los neoleoneses.

Su incursión como candidato a la presidencia en 2024, le ayudaría a aumentar su capital político, el cual podría utilizar más adelante y, tal vez, podría generarse una dinámica en donde Movimiento Ciudadano se coloque en una mejor posición, durante el siguiente sexenio, si los mexicanos se cansan de la polarización actual entre un bloque oficialista y el bloque de posición del PRI, PAN y PRD.

Una tercera hipótesis planteada por Mendoza Ovando es que se trate de una jugada más para desviar la atención de los ciudadanos de Nuevo León del escrutinio público del desempeño del gobernador, tal como lo hacen varios políticos latinoamericanos, que apuestan a saturar de temas y escándalo, con el fin de que el ciudadano se sature de y no se detenga en analizar uno.

Para el analista, lo cierto es que, si Samuel García mantiene su intención de separarse del cargo, primero, tiene que negociar con el Congreso para solucionar el problema de quién se quedará en el despacho, mientras él se ausenta, pero también corre el riesgo de quedar mal con todo mundo.

En el mejor escenario, lo complicado para el mandatario es que, incluso terminando el proceso electoral mejor posicionado políticamente y en una suerte de “celebridad política de nicho”, tendrá que resolver cómo le va a hacer para convertirse en una figura de relevancia política a escala nacional.

Garza Onofre recalcó que Samuel García no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección presidencial de 2024, pero tanto para el mandatario como para Movimiento Ciudadano, resulta atractivo competir en esa elección por el presupuesto de campaña que obtendrían.

En su opinión, el mandatario está dando un paso muy riesgoso, no solo por el hecho de perder la posibilidad de controlar seis meses el gobierno del estado, con todo lo que eso puede implicar, además de que hay que recordar que cuando “El Bronco” regresó a Nuevo León, luego de la campaña por la presidencia, al final terminó en la cárcel.

En ese sentido recordó que, de acuerdo con una reciente encuesta en el estado, alrededor de 52% de los ciudadanos opinó que no estaba de acuerdo con que dejara la gubernatura para convertirse en candidato a la presidencia.

Además, dijo que habría que pensar que, tarde o temprano, MC tendrá que entender que, ese tipo de peleas, tan rudas e innecesarias, como la que hoy esta dando el gobernador con el Congreso, no pueden sostenerse si no se tiene un partido político sólido en la legislatura.

A largo plazo puede ser contraproducente para MC, porque sus integrantes podrían quedar desenmascarados como que no son “los buena ondita”, que dicen ser o los que dicen hacer las cosas de manera distinta.

diego.badillo@eleconomista.mx

Periodista mexicano, originario de Amealco, Hidalgo. Editor del suplemento Los Políticos de El Economista. Estudié Sociología Política en la Universidad Autónoma Metropolitana. En tres ocasiones he ganado el Premio Nacional de Periodismo La Pluma de Plata que entrega el gobierno federal. También fui reconocido con el Premio Canadá a Voces que otorga la Comisión Canadiense de Turismo, así como otros que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Perú.

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