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Ganaderos demandan rastro TIF en Puebla

Debido a que Puebla carece de rastros Tipo Inspección Federal (TIF), productores tienen que llevar 50% de su ganado a otros estados del país para la matanza, donde sí hay lugares que operan bajo esa norma o, de lo contrario, la carne no puede ser vendida a supermercados y empresas que elaboran alimentos.

Puebla, Pue. Debido a que Puebla carece de rastros Tipo Inspección Federal (TIF), productores tienen que llevar 50% de su ganado a otros estados del país para la matanza, donde sí hay lugares que operan bajo esa norma o, de lo contrario, la carne no puede ser vendida a supermercados y empresas que elaboran alimentos.

El presidente del Consejo Estatal Agropecuario, José Ignacio Lozano, comentó que a pesar de que la entidad es una de las más importantes del país en producción de cerdo o bovino, al situarse en tercero y quinto lugar nacional, respectivamente, la situación contrasta con la ausencia de rastros para el sacrificio del ganado en los 217 municipios.

De los 180 rastros que operan en la entidad, ninguno se ajusta a la normatividad federal, aun cuando se ha planteado al presente gobierno la necesidad de tener uno de tipo regional.

Comentó que la capital poblana, pese a tener un estudio de factibilidad para convertir su rastro municipal a tipo TIF, éste no se ha podido llevar a cabo por la falta de recursos, ya que se requieren 100 millones de pesos para transformarlo y para construir uno nuevo es necesaria una inversión de 300 millones.

Jalisco y Veracruz, los ganadores

Mencionó que la falta de un matadero que opere con altos estándares obliga a los ganaderos poblanos a ir a Jalisco, donde se tienen 24 rastros TIF, o a Veracruz, para sacrificar sus animales.

Sin embargo, acotó que sólo pocos deciden invertir más para que su carne pueda entrar a las tiendas de autoservicio del estado y ofrecerla a la agroindustria.

La mayoría la vende de manera informal en Oaxaca, Veracruz y el Distrito Federal, pues los gastos de traslado serían más si llevan a cortar la carne a otro estado y luego tenerla que distribuir a otros lugares del país. En mercados y carnicerías es donde termina el producto , comentó.

Refirió que la falta de un rastro federal los tiene en desventaja, pues los supermercados y las siete empresas procesadoras instaladas en Puebla tienen que comprar carne a productores de Jalisco, Nayarit y Sinaloa.

Confió que el próximo año se pueda dar luz verde a convertir el rastro de la Angelópolis, ya que ello representaría oportunidades para el sector ganadero que tiene la producción, pero no el lugar para el sacrificio de los animales.

miguel.hernandez@eleconomista.mx

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