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Surge agua de grietas tras sismo en BC

El sismo de 7.2 grados del domingo originó una serie de géisers que inundaron varias casas y dejó a miles de habitantes sin un lugar seguro para vivir.

Guadalupe Victoria.- Después de los sacudones violentos, se abrieron grietas en la tierra y en los pisos de cemento, las que se agrandaron rápidamente y empezó a brotar el agua.

Así fue como las siete casas de la familia Briseño, todas en la misma cuadra, cayeron en ruinas, obligándolos a dormir en sus autos por tiempo indefinido.

Esta fue una de las historias más dramáticas de las pérdidas sufridas en el epicentro del sismo de magnitud 7,2 que remeció la zona el Domingo de Pascua. Las autoridades mexicanas estiman que el terremoto destruyó cientos de viviendas y dejó a miles de personas sin un lugar seguro para vivir.

Pasados dos días, muchos temen entrar a sus casas o lugares de trabajo.

``La tierra se abrió, como un lápiz cruzando una hoja de papel, como una franja cruzando el piso'', dijo Diona García Briseño, la mayor de cinco hermanos, que perdió la casa donde vivía con su esposo y dos hijos, de 18 y 10 años.

García Briseño, de 38 años, vio la tierra abrirse y el agua brotar, luego de salir corriendo de su casa. Tras el remezón, ingresó a la vivienda para ver que su piso de cemento se había convertido en un torrente de agua lodosa que salía del subsuelo. El agua siguió manando durante unas seis horas.

``No salía con mucha fuerza, pero era algo contante'', dijo.

Unas 25.000 personas en la ciudad de Mexicali y en los poblados agrícolas que la rodean no han regresado a sus casas, por el temor de que sus casas puedan derrumbarse, dijo el martes Alfredo Escobedo, jefe de Protección Civil del estado de Baja California.

Escobedo estimó que entre 200 y 300 casas fueron destruidas por el sismo, principalmente en los poblados, pero las autoridades no tienen una cifra exacta. Muchas de esas viviendas, como la de la familia Briseño, están llenas de lodo y agua que salió del subsuelo, señaló el funcionario.

El asfalto se arrugó en las calles en torno de la aldea rural llamada Oaxaca, con grietas de varios metros de ancho. De éstas brotó agua, que en algunos casos se secó y en otros formó grandes charcos.

Raúl Lepe, de 45 años, señaló una grieta de nueve metros (30 pies) de largo, en un terreno baldío, de la que salieron ``pequeños volcanes de agua'', detrás de su tienda de ropa. El piso de su casa tuvo fisuras, por lo que Lepe debió dormir en su camioneta, hasta que un inspector revisara la vivienda.

La agricultura siempre ha sido el motor de la economía local. Los hombres de la familia Briseño mantienen sus hogares trabajando seis días a la semana por el equivalente de 65 dólares en una región donde se cultivan cebollas, rábanos, espárragos y pepinos.

Los vecinos de Guadalupe Victoria, la población más próxima al epicentro, están habituados a los terremotos, pero no estaban preparados para uno de semejante magnitud.

Instalan centros de distribuición

Autoridades de los tres niveles de gobierno, en coordinación con el Ejército Mexicano, instalaron centros de distribución de despensas en los Ejidos Nayarit y Oaxaca, y en el poblado El Faro, del sur del Valle de Mexicali.

El residente del Ejido Oaxaca, Benito Vázquez, indicó que lo que más les urge es que se restablezca el servicio de agua potable, ya que no cuentan con el vital líquido y comprarlo les sale muy caro, luego del sismo del pasado domingo.

Mencionó que las autoridades pidieron tiempo para restablecer el servicio; sin embargo, reiteró la urgencia y necesidad de contar con agua potable.

En el Ejido Oaxaca, el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, le comunicó a 300 familias que serán reubicadas a otras regiones.

Temen efecto dominó

Por su parte, expertos estadunidenses advirtieron que el temblor que se registró el domingo pasado en el sur de la ciudad mexicana de Mexicali, podría tener un efecto dominó en las fallas geológicas en ambos lados de la frontera.

Debra Kilb, del Instituto de Oceanografía Scripps en La Jolla, California, dijo que el sismo de 7.2 grados en la escala de Richter podría redistribuir la tensión y la energía entre fallas geológicas.

Explicó que el temblor del domingo pasado se registró sobre la falla de la Laguna Salada, la cual se conecta con la de San Andrés -que mide unos mil 200 kilómetros- y ésta con otras fallas a lo largo de California.

La falla de San Andrés nace en la zona de Eureka en California, pasa cerca de San Francisco y continúa hasta cruzar la frontera y desembocar en el Valle de Mexicali, en la región donde este domingo ocurrió el movimiento sin precedentes en más de un siglo.

El Instituto Scripps analiza modelos de posibles modificaciones a la distribución de tensiones y energías en la región.

El temblor del domingo pasado ha tenido unas 600 réplicas hasta este martes. De acuerdo con científicos, estos reacomodos podrían sentirse durante varias semanas.

El Instituto de Tecnología de California informó que se prevé al menos una réplica que alcance los 6.0 grados Richter.

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