Cabilderos, listos para batalla presupuestaria

Los cabilderos de las industrias de servicios de salud y defensa se aprestan a toda velocidad para una gran campaña de promoción y relaciones públicas, en respuesta al pacto alcanzado sobre el techo de endeudamiento, que podría significar cientos de miles de millones de dólares en recortes para dos de los sectores más poderosos del país.

El acuerdo pactado en el Congreso para evitar la moratoria incluye recortes obligatorios de 1.2 billones en la próxima década o 120,000 millones por año si el Congreso no se pone de acuerdo sobre un plan más amplio de reducción del déficit antes de diciembre. La mayoría de los recortes tiene en la mira a proveedores del Pentágono y Medicare.

La propuesta, como está acordada, ha prendido alarmas entre contratistas de la defensa, compañías hospitalarias y otros que potencialmente perderían miles de millones si el Congreso no se define sobre un plan distinto. El primer objetivo de la naciente campaña de cabildeo es el supercomité bipartidista que será designado este mismo mes, cuya misión será encontrar un punto intermedio para la implementación de los recortes.

El mensaje central de ambas industrias será muy parecido: cualquier reducción presupuestaria masiva dañaría las prioridades nacionales y afectaría la generación de empleos.

Será un trabajo intensivo y de tiempo completo el poder explicar con claridad nuestras posiciones , expuso Richard Pollack, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Americana de Hospitales (AHA, por su sigla en inglés), cuya membresía perdería unos 50,000 millones de dólares al año en aportaciones de Medicare. Nuestros hospitales están presentes en cada distrito electoral. Nuestros pacientes son demócratas y republicanos. Por ello, nos preocupa mucho dónde desembocará todo esto , destacó.

El acuerdo está estructurado de tal forma que busca obligar a la conciliación partidista poniendo sobre la mesa dos altas prioridades: Medicare para los demócratas y gastos de defensa para los republicanos. La idea es que, al enfrentar recortes draconianos, los legisladores se verán obligados a encontrar ahorros para cerrar la enorme brecha presupuestaria.