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Geopolítica

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EU subestima a los usuarios de heroína sistemáticamente

Washington quiere socavar la capacidad de ciertas organizaciones de recolectar datos para el tratamiento de adicciones.

Si usted se ha sorprendido y asustado por los informes recientes del gobierno sobre el creciente número de estadounidenses adictos a la heroína y las muertes relacionadas con su uso, prepárese para recibir más malas noticias: El problema es aún peor de lo que indican los datos oficiales.

Considere la pregunta de cuántos estadounidenses tienen un trastorno diagnosticable de uso de heroína. La cifra de 591,000, citada prácticamente todos los días en los medios de comunicación y en los debates políticos, proviene de la Encuesta Nacional de Hogares sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH, por sus siglas en inglés).

Esta encuesta proporciona información precisa para muchos indicadores relacionados con el uso de sustancias y la salud mental, pero tiene dos defectos graves que conducen a subestimar dramáticamente la prevalencia del trastorno por uso de heroína. En primer lugar, excluye a las personas encarceladas y a las personas que viven en la calle, quienes tienen índices muy altos de consumo de drogas.

En segundo lugar, se basa en auto-informes: Mientras que la mayoría de la gente se siente cómoda diciendo a los inspectores del gobierno sobre su uso de tabaco, alcohol y marihuana, muchos, comprensiblemente, temen reconocer el uso de heroína.

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El grado en que la NSDUH subestima la prevalencia del trastorno por uso de heroína es enorme. En el 2010, un equipo de investigadores combinó los datos de la NSDUH con los de otros estudios para determinar que la NSDUH sólo podía identificar 60,000 de los 1 millón de estadounidenses que consumían heroína diariamente o casi a diario.

Como la mayoría de los usuarios, diarios o no, de heroína cumplirían los criterios de diagnósticos para el trastorno por uso de heroína, la estimación más reciente de la NSDUH de 591,000 individuos probablemente ni siquiera capturó la profundidad del problema en el 2010, antes de que explotara el problema actual de la heroína.

El verdadero nivel de desorden del uso de la heroína hoy podría ser fácilmente el doble o incluso tres veces la estimación de la NSUDH, pero nadie puede realmente saberlo. En la medida en que el Congreso ha restringido el gasto federal, muchas agencias gubernamentales se han visto obligadas a limitar su capacidad de investigación.

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Los programas nacionales que recopilaron datos sobre el uso de sustancias de las personas que ingresaban en las cárceles y de los pacientes de las salas de emergencias se excluyeron del presupuesto del 2014 y 2011, respectivamente.

Las cifras de sobredosis de heroína reportadas por el gobierno también subestiman la gravedad de la epidemia. Los certificados de defunción completados por los forenses de los condados son la fuente de datos para las estimaciones del gobierno estatal y federal del alcance de la epidemia de sobredosis. El profesor Christopher J. Ruhm de la Universidad de Virginia recientemente demostró que muchos certificados de defunción en casos de sobredosis no especifican el fármaco o las drogas involucradas. Para corregir este problema, estimó que la verdadera tasa de mortalidad de heroína en los Estados Unidos es 22% por encima de las cifras oficiales del gobierno.

Pedir a las agencias estatales y del gobierno federal que inviertan más en mejores sistemas de recolección de datos relacionados con la heroína puede parecer pedante y nerd, tal vez incluso una distracción de la necesidad desesperada de más esfuerzos de tratamiento y prevención. Pero sin esa inversión, el gobierno y la nación seguirán ciegos frente a la epidemia de heroína, incapaces de determinar si las políticas actuales están haciendo que el problema mejore, empeore o no hace ninguna diferencia.

AMP

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