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Economía, otra víctima del huracán
Un día después de que el huracán María golpeara Puerto Rico, inundando pueblos, derrumbando casas y dejando al menos a dos personas muertas, millones de personas en la isla se enfrentaron a la desesperanzadora idea de pasar semanas, quizá meses, sin electricidad.
Un día después de que el huracán María golpeara Puerto Rico, inundando pueblos, derrumbando casas y dejando al menos a dos personas muertas, millones de personas en la isla se enfrentaron a la desesperanzadora idea de pasar semanas, quizá meses, sin electricidad.
La tormenta tumbó toda la red eléctrica en el territorio estadounidense de 3.4 millones de habitantes, lo que dejó a muchos sin energía para iluminar sus hogares, cocinar, bombear agua o prender ventiladores, aires acondicionados o refrigeradores. Ahora algunos buscan tanques de gas para cocinar, acumulan agua de lluvia o se preparan mentalmente para sobrevivir en el calor tropical. Algunos incluso consideran dejar la isla.
La Asociación de Industriales de Puerto Rico (AIPR) advirtió la semana pasada sobre el impacto que produciría el huracán en la economía isleña, en particular, ante una eventual destrucción de la infraestructura de la estatal Autoridad de Energía Eléctrica.
Y así sucedió. Sin electricidad la baja en la producción podría detonar una recesión en la de por sí anémica economía puertorriqueña.
En varias ocasiones, el gobierno de Puerto Rico ha dicho que la deuda de la isla es impagable.
El gobernador Ricardo Rosselló fue el último político en recordarlo. El pasado mayo comentó que la deuda asciende a 70,000 millones de dólares. Obama no quiso realizar quitas.