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El meteorito y su regalo financiero
La gran explosión proveniente del espacio exterior aún reverberaba el sábado en la ciudad rusa de Chelyabinsk, mientras los vidrieros remplazaban las ventanas rotas.
Moscú. La gran explosión proveniente del espacio exterior aún reverberaba el sábado en la ciudad rusa de Chelyabinsk, mientras los vidrieros remplazaban las ventanas rotas, los buzos buscaban en vano fragmentos de meteorito en el fondo de un lago, los médicos atendían a los heridos, los residentes encontraban nuevas formas de dudar de las autoridades y al parecer todo el mundo voleaba expectante hacia Moscú por un flujo de efectivo tras la catástrofe.
El gobernador regional, Mijaíl Yurevich, sintió la necesidad de negar que algunos residentes habían roto sus propias ventanas para calificar a la ayuda financiera. Pero incluso si eso fuera cierto, sería poca cosa comparada con la compensación en puerta.
La noche del viernes, el Gobernador había anunciado que en toda la ciudad 200,000 metros cuadrados de vidrio tenían que ser remplazados.
Yurevich estimó el daño total en alrededor de 33 millones de dólares, pero varios funcionarios sugirieron que la cifra aumentará.
Las circunstancias de fuerza mayor son siempre un regalo para las autoridades , afirmó Gleb Pavlovsky, un consultor político en Moscú.
Pocas horas después de que el meteoro cruzara el cielo, Dmitry Rogozin, un viceprimer ministro, presionó por planes para un sistema de defensa terrestre para proteger contra meteoros futuros, asteroides y cometas y sus explosiones sónicas.
Hasta el viernes por la noche, según Pavlovsky, los científicos del gobierno estimaron de los costos de dicho sistema en alrededor de 2,000 millones de dólares, pero en la mañana del sábado, después de que Moscú despertó , el precio proyectado se duplicó.