En la región prefieren tener un gobierno autoritario pero eficiente: Michelle Bachelet

Entre 2018 y 2022, la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, fue la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos hasta 2022, por esta razón y el haber ocupado otros cargos como ser ministra de salud, y la primera ministra de defensa mujer en América Latina, está en la carrera para ser la próxima secretaria general de la ONU.

Sobre este tema, y los retos que tienen los gobiernos de América Latina para solucionar problemáticas como la migración, la corrupción y la falta de confianza en la democracia, Bachelet habló en La FM de RCN Radio.

¿Cómo ve la situación política de América Latina?

Estoy preocupada por América Latina porque veo cierto debilitamiento en las democracias en el mundo en general, pero en particular en América Latina. Hay riesgos porque las democracias no están resolviendo los problemas de la gente, la gente está frustrada con las instituciones y partidos políticos, está desilusionada, no tienen gran perspectiva de futuro, no ven que la democracia le estén mejorando la vida, eso es un riesgo para la democracia.

El Latinobarómetro muestra que en la región, comparado con estudios anteriores, menos personas valoran la democracia como sistema fundamental, incluso algunos llegan a decir que prefieren un gobierno autoritario pero eficiente. Entonces para las democracias en nuestra región y del mundo esto tiene que ser relevante, tienen que ser eficientes y generar la respuesta que la gente está esperando.

Los políticos y los líderes no pueden prometer en campaña lo que no van a hacer, tienen que prometer lo que van a tratar de hacer y si no resulta poder explicarle al país, pero no hacer promesas que saben que después no van a poder cumplir.

Lo segundo es seguir muy cerca de las personas, una de las críticas es que con líderes locales la gente va a pedirle que resuelva el problema y no los reciben. Yo soy una persona que ha estado en el mundo de la política para mejorarle la vida a las personas, no por el poder, entonces en política uno tiene que cumplir con la gente es la única manera de garantizar la democracia, que permite que haya derechos humanos entonces es super importante.

¿Cada vez hay más tolerancia a los regímenes autocráticos en la región?

Se está viendo en algunas partes y esos modelos están siendo vistos con mucho interés por el resto de la región. Un modelo es el del presidente Nayib Bukele, que con su medida de securitización ha arrestado 70,000 personas, según los datos oficiales de ellos ha bajado la tasa de homicidio, la gente se siente segura.

Pero no ha sido lo único que ha hecho, ha suspendido el Congreso en su momento, sacó jueces. En la historia de América Latina teníamos la sensación de que las democracias se quebraban cuando habían golpes de estado, pero hoy en día lo que vemos son líderes que son elegidos democráticamente pero que una vez que llegan al poder, se instalan y empiezan a hacer medidas que son antidemocráticas.

Entonces esa tentación es grande, porque si usted le pregunta probablemente a muchos habitantes de América Latina ese modelo les parece muy interesante desde el punto de vista de la seguridad, pero no se dan cuenta el riesgo de que al final esos líderes se transforman en caudillos que quieran permanecer en el poder por mucho tiempo y que lo puedan hacer debido al debilitamiento de las estructuras y las instituciones democráticas.

¿Qué hacer para enfrentar el fenómeno de la corrupción?

Yo comparto que hay corrupción en todos los países, sin embargo, los grados de penetración son muy diferentes y yo he visto países donde efectivamente al parecer se habla incluso de narcopolítica, de que algunos narcos o vinculados son hasta electos parlamentarios o alcaldes y están penetrando las estructuras democráticas y eso es súper grave.

En Chile sin duda ha habido corrupción, pero no existe ese grado de penetración, pero lo que tenemos que hacer es prevenir que eso pase. Por eso en cada gobierno definimos estructuras, comisiones contra la corrupción e identificamos un conjunto de situaciones de riesgo y pasamos leyes para generar un castigo ejemplar para que este tipo de situaciones no lleguen a pasar.

Siempre está la tentación lamentablemente y lo que uno tiene que hacer es estar muy atento y tener un poder judicial independiente para supervisar, vigilar y enjuiciar a aquellos que son culpables, lo que no puede suceder es que haya impunidad, porque eso hace que se siga repitiendo. No es fácil pero es obligatorio que haya una fuerte determinación en contra de la corrupción.

¿Qué hacer para manejar la migración?

Si tuviera la solución tal vez me gano un premio Nobel, pero tengo algunas cosas claras de lo que se debe y no se debe hacer. En los datos que tengo, 7.5 millones de personas se han desplazado últimamente, una gran cantidad de venezolanos pero también hay ecuatorianos, la mayoría de personas que se desplazan, como 80% o más quedan en la misma región no van a otros lugares del mundo.

Primero quiero decir que la movilidad humana es un derecho humano y ha existido desde que existe la humanidad, de hecho yo soy Bachelet, mis bisabuelos eran franceses, y cuando una epidemia y perdieron todas las viñas, se fueron a Chile a buscar un mejor futuro.

Entonces la migración en sí no es un problema, el problema es cuando es irregular, desordenada y masiva, porque evidentemente no hay país preparado, por ejemplo, en Colombia pasó que las ciudades cercanas no tienen ninguna capacidad local de poder otorgar salud, educación, vivienda a cantidades masivas de migrantes.

Entonces lo que hay que hacer y que no se ha hecho suficientemente es que tiene que habe conexión entre los países. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile ha tratado con Bolivia y con Perú de juntarse y ver una solución a un problema que afecta a todos, pero no siempre hay voluntad de todos los gobiernos y ningún país por si solo va a resolverlo, una muralla tampoco, cuando pone más dificultades la gente migra igual pero por lugares más peligrosos.

Hay que buscar fórmulas con los otros gobiernos, un ejemplo es que en Centroamérica se trató de hacer un programa con Cepal y Estados Unidos, trabajó con Guatemala, Honduras y El Salvador para identificar por qué las personas migran, y no era por malos gobiernos sino por pobreza con gobiernos de distintos signos políticos, y también por la violencia y el crimen organizado, entonces no hay respuestas fáciles.

¿Latinoamérica está dando un nuevo giro a la derecha?

Ha habido fracasos y buenos gobiernos de derecha e izquierda, pero sí tengo la impresión de existe cierta tendencia en el mundo hacia la derecha, no necesariamente porque hayan gobiernos de izquierda que sean malos, sino porque hay una cierta tendencia a la extrema derecha, porque la derecha da un mensaje muy simple ante problemas muy complejos, y pareciera que tiene la respuesta cosa que no la tiene, son temas tan complejos que nadie la tiene totalmente, pero los seres humanos cuando ven que algo no les gusta, no están contentos o satisfechos, buscan alternativas.

Efectivamente hay una cierta tendencia a movimiento a la derecha, pero eso no es necesariamente consolidado, va a depender de que los gobiernos hagan lo que tienen que hacer, generar los resultados de lo que la gente espera.

¿Va estar en la cabeza de la ONU?

He tenido varios retos en mi vida, es una tarea muy importante y muy difícil tal como está el mundo hoy en día, pero lo que puedo decir es que voy a estar permanentemente tratando de contribuir a la paz, a la seguridad, a los derechos de las mujeres, de los niños y de todas las personas, a trabajar por un medio ambiente adecuado hacer todo lo posible para que el cambio climático no mate a la humanidad.

Yo voy a estar en las nobles causas siempre, ¿desde donde?, se verá, no lo sé, no es algo que yo haya tomado ninguna decisión al respecto, porque creo que ese tipo de pregunta hay que reflexionar con mucha calma y con mucho cuidado.