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Jair Messias Bolsonaro asume la presidencia de Brasil
Bolsonaro llega al poder de la mano de un enorme rechazo del electorado contra la extendida corrupción política, la elevada violencia en las calles y los problemas de la economía.
Brasilia.- Jair Messias Bolsonaro, político de extrema derecha, juró este martes como presidente de Brasil, con la promesa de luchar contra la corrupción, los crímenes y usar políticas económicas ortodoxas para desatar el crecimiento del país.
Bolsonaro, excapitán del ejército y abierto admirador de la dictadura militar que vivió Brasil entre 1964 y 1985, llegó al poder de la mano del enorme rechazo de los votantes contra la extendida corrupción política, la elevada violencia en las calles y los problemas de la economía.
El ultraderechista fue electo en segunda vuelta en octubre con un programa de lucha contra la corrupción y la criminalidad.
Bolsonaro, de 63 años, y su vicepresidente, el general retirado Antonio Hamilton Mourao, pronunciaron su "compromiso constitucional" en el Congreso brasileño, para un mandato de cuatro años, de 2018 a 2022.
La ceremonia de transición en la presidencia de Brasil inició con un desfile de Jair Bolsonaro por la Explanada de los Ministerios en Brasilia, cuyo centro fue cercado con grandes medidas de seguridad.
Acompañado de su esposa y desfilando en un auto descapotable, Bolsonaro lloró durante el desfile hacia el Parlamento, donde se encontró con los jefes del Senado y de la Cámara Baja, antes de realizar un pronunciamiento como presidente.
Miles de personas, vestidas con camisetas de color verde y amarillo se reunieron en las calles de la capital brasileña para dar la bienvenida a Bolsonaro, un exmilitar de extrema derecha que prometió una transformación radical de la mayor economía de América Latina.
Organizada bajo medidas de seguridad extremas por el atentado sufrido durante la campaña electoral, la toma de posesión del presidente electo de Brasil contó con misiles antiaéreos dirigidos por láser y controles draconianos al centro de Brasilia.
Los misiles, que son capaces de derribar un avión a siete kilómetros de distancia, así como radares militares para detectar aeronaves volando a baja altitud, fueron desplegados en la Explanada de los Ministerios, en el corazón de Brasilia.
Se trata de la primera vez que se usan estos dispositivos para la pose presidencial, la de mayores medidas de seguridad de la historia, según las Fuerzas Armadas del país, como consecuencia del atentado sufrido por Bolsonaro en septiembre.
Bolsonaro sufrió el pasado 6 de septiembre un atentado con cuchillo que casi le costó la vida y que exigirá una nueva operación a finales de enero para reconstruirle el intestino y normalizar su tráfico intestinal.