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Geopolítica

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Las 10 consecuencias económicas de una Cataluña independiente

Según Credit Suisse, Cataluña podría perder hasta 20% del PIB y quedaría debajo de la renta per cápita media del resto de España.

El proceso de independencia puesto en marcha por la Generalitat de Cataluña tendría, de llevarse a cabo, importantes consecuencias políticas y económicas tanto para el hipotético nuevo Estado como para el resto de España y para la UE. Nadie duda de que una Cataluña independiente podría sobrevivir con una población equivalente a la de Suiza, un territorio del tamaño de Bélgica y un PIB equiparable al de Noruega. Pero la mayoría de los analistas y bancos de inversión coinciden en que la ruptura tendría dramáticas repercusiones que, por un tiempo indefinido, podrían condenar a Cataluña a un aislamiento económico y un empobrecimiento sin precedentes. Según Credit Suisse, incluso sin tomar en cuenta los riesgos de huida de capital o los costes de adoptar una nueva moneda, Cataluña podría perder hasta 20% del PIB y se quedaría por debajo de la renta per cápita media del resto de España.

1.- Salida del euro y ausencia del BCE

La consecuencia más inmediata sería la salida de la Unión Monetaria Europea, a la que Cataluña, como parte de España, pertenece desde 1999.Para Cataluña, el euro se convertiría en una moneda extranjera cuya utilización podría encarecer sus exportaciones y mermar peligrosamente su competitividad.

2.- Sin supervisión bancaria europea

Cataluña también quedaría fuera de la unión bancaria puesta en marcha por la zona euro.

3.- Sin fondos estructurales y fuera del BEI

La Comisión Europea ha reiterado que la escisión de un Estado miembro de la UE dejará a la región escindida fuera de la Unión Europea, con la consiguiente pérdida del derecho a los cuatro fondos estructurales y de inversión europeos: el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder); el Fondo Social Europeo (FSE), el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). La salida de la UE también implicaría para Cataluña el descuelgue del Banco Europeo de Inversiones (BEI), así como del Mecanismo Europeo de Estabilidad.

4.- Impacto en los mercados y en la prima de riesgo

Si alguna enseñanza ha dejado la crisis es la de que los mercados se han especializado en desaconsejar todo aquello que suene a desequilibrio y a inseguridad. Y un buen ejemplo ha sido Cataluña, que ha incumplido sistemáticamente los objetivos de déficit y deuda impuestos por el Ejecutivo, lo que le ha obligado a recibir ayuda permanente del Estado para pagar sus servicios públicos.

5.- Dudas sobre la financiación, el déficit y la deuda

En el 2013, Cataluña cerró con un déficit público de 1.97%, cuatro décimas por encima de lo pactado con Hacienda, y la deuda superó los 57,000 millones, lo que supone 29.9% del PIB. Unas cifras que no son comparables ni homologables con 3% de déficit y 60% de deuda que establece la Unión Europea como límite para sus países miembros. Lo que parece evidente es que, fuera de la UE, la ingente deuda pública obligará a generar más déficit.

6.- La caída del comercio y de los aranceles

Una independencia de España y una salida de la zona euro le obligaría a Cataluña a pagar un sobrecoste por los aranceles, ya que dejaría de beneficiarse de las ventajas de pertenecer a una zona económica con libre circulación de mercancías, que a su vez tiene firmados acuerdos de libre comercio con otras naciones. El pago de esos sobrecostes haría mucho menos competitivas las exportaciones catalanas frente a las de otras autonomías en España y en Europa.

7.- Menos atractivo para la inversión extranjera

Aunque no esté ligado con el proceso de independencia, la falta de pago a proveedores (Cataluña ha estado encabezando el ranking de regiones morosas que se han tenido que adherir a los sucesivos planes de pago a proveedores) ha levantado muchas suspicacias entre los proveedores sanitarios extranjeros sobre las garantías de cobro. Tradicionalmente han tenido que esperar entre 300 y 500 días para cobrar sus facturas. Al 30 de septiembre del 2014, Cataluña debe 116 millones y su plazo de pago es de 191 días, frente a los 30 días que marca la ley.

8.- El riesgo de las deslocalizaciones

La búsqueda de costes más baratos ha provocado una fuga masiva de capital extranjero de Cataluña desde el inicio de la crisis. En los últimos años han cerrado sus fábricas multinacionales extranjeras como Piaggio, Panasonic, General Electric o Bayer, impulsados por una mano de obra más barata en el este de Europa y en Asia. Lo sucedido a raíz de la consulta soberanista en Cataluña obedece más a la inseguridad jurídica ante el escenario de tener residencia fiscal en un país de nueva creación con todas las incertidumbres que ello acarrea.

9.- ¿El fin de la gallina de los huevos de oro del turismo?

En principio, una salida de la zona euro no tendría ningún impacto visible sobre el turismo, aunque el principal problema sería conservar una red de infraestructuras de la magnitud que soporta ahora, como el aeropuerto del Prat. Independizarse supondría dejar de beneficiarse de los fondos y las ayudas de España para esas infraestructuras, cuya conservación se vería perjudicada y cuyo deterioro podría empañar la imagen del turismo catalán.

10.- El coste de crear un nuevo país y del reingreso en la UE

El día después de la independencia, el Gobierno catalán tendría que hacer frente a una serie de costes ingentes para garantizar los servicios que presta y para proseguir en la senda del abaratamiento de los costes energéticos.

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