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Los Facebook Papers estallan antes del reporte trimestral de la red social
Facebook se vio afectado este lunes por informes mordaces de al menos una docena de medios de comunicación estadounidenses basados en documentos internos, apenas unas horas antes de la publicación prevista del informe de resultados de la empresa.
Facebook se vio afectado este lunes por informes mordaces de al menos una docena de medios de comunicación estadounidenses basados en documentos internos, apenas unas horas antes de la publicación prevista del informe de resultados de la empresa.
El gigante de las redes sociales enfrenta una tormenta de críticas desde que su exempleada Frances Haugen filtró estudios internos que muestran que la empresa conocía el daño potencial que provocaban sus sitios web, lo que llevó a legisladores estadounidenses a renovar la presión para su regulación.
Los informes de este lunes culpan al jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, de que la plataforma se doblega a los censuradores estatales en Vietnam, permite que el discurso de odio aumente a nivel internacional debido a deficiencias lingüísticas y sabe que su algoritmo alimenta la polarización tóxica en línea.
Los Facebook Papers son tan condenables, tan inquietantes, tan repugnantes, y deberían conducir a una rápida acción a nivel federal", tuiteó la profesora de derecho de la Universidad de Fordham Zephyr Teachout, refiriéndose al apelativo que se le ha dado a la filtración de información de la empresa.
Organizaciones periodísticas como los diarios The New York Times, The Washington Post y Wired se encuentran entre los que han recibido acceso al conjunto de documentos internos de Facebook que Haugen filtró originalmente a las autoridades estadounidenses y que fueron la base de una serie de mordaces artículos del periódico The Wall Street Journal.
Facebook calificó la información como una publicación parcial de sus estudios internos cuyo objetivo era el de crear una impresión negativa e inexacta sobre la red social, utilizada por miles de millones de personas.
La empresa tiene previsto publicar el lunes sus ganancias trimestrales, que se dispararon durante la pandemia por el uso en masa de herramientas online por parte de la gente, que buscó resguardarse en casa del virus.
Haugen, que declarará ante los legisladores británicos el lunes, ha dicho en repetidas ocasiones que la empresa antepone su continuo crecimiento y, por tanto, los beneficios, al bienestar y la seguridad de los usuarios.
Tras bambalinas
Facebook ya se ha visto afectado por grandes crisis, pero las revelaciones sobre lo que sucede tras bambalinas de la compañía ha alimentado un frenesí de informes mordaces y un renovado impulso de los legisladores estadounidenses para tomar medidas en la regulación de las redes sociales.
El artículo de The Washington Post publicado este lunes afirmaba que Zuckerberg había firmado personalmente una iniciativa del gobierno autoritario de Vietnam para limitar la difusión de las llamadas publicaciones "antiestatales".
Un informe de Politico calificó los documentos como un "tesoro para la lucha antimonopolio de Washington" contra la plataforma, revelando charlas internas de los empleados sobre el dominio global de Facebook.
Los críticos de Facebook se abalanzaron la semana pasada sobre un informe según el cual la red social planea cambiar de nombre, argumentando que podría estar buscando distraer de los recientes escándalos y controversias.
El informe del sitio web The Verge, que Facebook se negó a confirmar, decía que la compañía pretendía mostrar su ambición de ser algo más que un sitio de redes sociales.
Pese a las numerosas controversias que ha enfrentado Facebook, las autoridades de Estados Unidos no han creado una nueva y sustancial legislación para regular las redes sociales.
La compañía se ha recuperado de otros escándalos como el de Cambridge Analytica, una consultora británica que utilizó los datos personales de millones de usuarios de Facebook para dirigir anuncios políticos.
En ese caso, Zuckerberg acudió a Washington para pedir disculpas y la empresa acordó con los reguladores estadounidenses un pago de 5,000 millones de dólares.