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Mala idea, amenazar a Bernanke: Casa Blanca
La Casa Blanca respondió a las críticas del gobernador Rick Perry, quien dijo que si el presidente de la Fed hubiera impreso más dinero para apuntalar la economía "lo trataríamos muy mal en Texas".
Des Moines.- La retórica franca del gobernador Rick Perry bien conocida en Texas pasó a un primer plano durante su campaña electoral.
De visita en Iowa, el republicano dijo que el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke habría cometido un acto de "traición" si hubiera decidido "imprimir más dinero para apuntalar la economía". El gobernador agregó que si Bernanke lo hubiese hecho "lo trataríamos muy mal en Texas".
Perry agregó que él aspira ser un presidente que es "apasionado de Estados Unidos, que ama Estados Unidos". Al ser preguntado si quería sugerir que el presidente Barack Obama no ama a su propio país, el gobernador respondió: "Eso se lo deben preguntar a él".
El asesor de la campaña de Obama, Robert Gibbs sacó a colación anteriores comentarios de Perry sobre la secesión de Texas e insinuó que podría sentirse inclinado a decir mentiras sobre el lugar en que nació el presidente.
AMENAZAR, MALA IDEA: CASA BLANCA
La Casa Blanca rechazó las duras palabras de Perry, advirtiendo que no era buena idea amenazar al jefe de la Reserva Federal estadounidense.
Hablando con periodistas durante la visita del presidente Barack Obama a la zona central del país, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que era inadecuado que el contendor republicano se refiriera a Ben Bernanke de forma amenazadora.
"Ciertamente pienso que amenazar al presidente de la Fed no es una buena idea", indicó Carney. "Cuando uno es presidente o candidato presidencial, hay que pensar en las palabras que se usan", agregó.
Carney dijo que era importante para los esfuerzos del banco central asegurar que la estabilidad de precios y la solvencia económica sean reconocidos como temas independientes de la política partidista. "La independencia de la Fed es importante", declaró.
Los republicanos en Washington y en el campo electoral combaten cualquier nuevo programa de grandes gastos que pueda ampliar el déficit estadounidense y elevar la deuda del país.
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