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Panamá investigará presuntos abusos sexuales de funcionarios a migrantes
El Ministerio de Seguridad aseguró en un comunicado que si hay indicios o denuncias formales, "el gobierno de Panamá llevará a cabo las investigaciones pertinentes hasta las últimas consecuencias".
El gobierno de Panamá investigará presuntos abusos sexuales de funcionarios panameños a migrantes irregulares para facilitar su traslado hacia Costa Rica, después de que un relator de la ONU publicara estos supuestos casos en un diario español
El Ministerio de Seguridad aseguró en un comunicado que si hay indicios o denuncias formales, "el gobierno de Panamá llevará a cabo las investigaciones pertinentes hasta las últimas consecuencias".
La reacción del gobierno panameño se produce después de que el diario español El País publicara un documento de la ONU en el que se recogen "graves vejámenes que habrían sido cometidos por parte de funcionarios del Servicio Nacional de Migración y del Servicio Nacional de Fronteras".
Según el documento, funcionarios de la Estación de Recepción de Migrantes de San Vicente, en la provincia de Darién, fronteriza con Colombia, solicitaron "intercambios sexuales a las mujeres y niñas" que carecen de dinero para "afrontar los costes del transporte" desde ese centro hasta la frontera con Costa Rica.
Según El País, también hay denuncias por "trabajos forzados" para poder pagar los 40 dólares que cuesta esa travesía.
Sin embargo, el gobierno panameño indicó que no existe "ninguna" denuncia formal.
Las autoridades competentes han atendido "toda denuncia presentada" por los migrantes y "en ninguna de estas ha habido mención de la participación de funcionarios públicos panameños" en estos presuntos hechos, indicó la nota oficial.
El gobierno panameño también rechazó "los señalamientos que tratan de desvirtuar la labor humanitaria".
La selva del Darién se ha convertido en un corredor para la migración irregular que, procedente de Sudamérica, trata de llegar a Estados Unidos a través de América Central.
Esta frontera selvática entre Panamá y Colombia, de 266 km de largo y 575,000 hectáreas de superficie, es una ruta plagada de peligros, como animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales.
Pese a ello, y según datos del gobierno panameño, en 2022 pasaron por el Darién 248,000 personas, una cifra que pulverizó los registros del año anterior, cuando 133,000 migrantes realizaron la travesía.
En su mayoría son venezolanos, aunque también hay ecuatorianos, haitianos y cubanos, además de africanos y asiáticos.
Para paliar la situación, el gobierno panameño, en conjunto con distintas agencias de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, ha levantado varios campamentos para la atención humanitaria a los migrantes.