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Republicanos agujeran Obamacare pero no lo aniquilan
El ritmo de afiliación se incrementó respecto del año anterior pese a los esfuerzos por revocarla.
Antes de que el Congreso iniciara un receso por festejos de fin de año, los republicanos finalmente cumplieron su determinación de hacer grandes agujeros a la Ley Asequible de Salud, conocida como Obacamare revocando el mandato individual, que obligaba a las personas a comprar un seguro de salud si no querían enfrentar una multa. El gobierno de Trump dejará también de pagar miles de millones de dólares en subsidios a las aseguradores prometidos durante el gobierno de Barack Obama.
Pero al mismo tiempo, el apoyo público a la ley perennemente polémica parece estar en su punto más alto. Hasta el momento, casi 9 millones de personas se han inscrito para el 2018 en el programa de seguros de gastos médicos superando con creces las expectativas.
Durante los primeros 18 días de plazo para inscribirse —se abrió el día 1 de noviembre—, el número de solicitantes se sitúo en 2.3 millones, por encima de los 2.1 que se registraron en los 26 primeros días del curso pasado.
“El número es más elevado de lo que cualquiera esperaba y debe considerarse un éxito”, dijo Larry Levitt, de la fundación no partidista Kaiser Family.
Este año, el gobierno de Trump redujo a la mitad el periodo de inscripción al terminarse el 15 de diciembre y no el 31 de enero.
También redujo el presupuesto para publicidad y el financiamiento de asesores que ayudaban a la gente en el complicado proceso de inscripción, que va más allá de escoger un plan de salud, ya que entre otras cosas, los clientes deben calcular su ingreso del año que entra para poder recibir ayuda financiera.
Sin embargo, el gobierno también aligeró los pasos de inscripción al, por ejemplo, facilitar el camino para que las aseguradoras y agentes inscriban a los clientes.
Esta realidad dual coloca a este legado de la era Obama en stand by. Los demócratas esperan que durante las elecciones de medio mandato del 2018 puedan sacarle jugo político a las medidas tomadas por la administración Trump. Si los demócratas ganan la mayoría en cualquiera de las cámaras del Congreso, la ley estaría protegida.
Dado que las encuestas recientes muestran que la atención médica sigue siendo una de las principales preocupaciones de los votantes, ambos partidos tienen un incentivo para ejercerla como un tema electoral.
Los demócratas confían que los esfuerzos de los republicanos por destruir la ley de salud del 2010 los ayude a reclamar su identidad como el partido de la clase media y la clase obrera estadunidense.