Tiroteo en Oregon despertó el debate de las armas en EU

El presidente Obama estaba visiblemente frustrado la noche del jueves 1 de octubre mientras ofrecía la última de una serie de respuestas a un tiroteo en Estados Unidos.

El núcleo de su discurso fue un llamado a la acción. Apretar el control de armas, dijo, requería que los estadounidenses, de forma individual si eres es un demócrata o un republicano [o] un independiente cuando decidas votar por alguien, hagas una determinación que si esta causa continua de muertes inocentes debe ser un factor relevante en tú decisión. Si piensas que esto es un problema, entonces debes esperar que tus funcionarios electos reflejen esos puntos de vista .

En otras palabras: vota por los políticos que van a cambiar la ley.

No obstante, su frustración de ese jueves no se compara al lado de su furia el 17 de abril del 2013, cuando fue al Jardín de Rosas de la Casa Blanca para responder a una maniobra obstruccionista del Senado que eliminó el aumento de la verificación de antecedentes que había recibido, según sondeos, un amplio apoyo del público.

Éste fue un día bastante vergonzoso para Washington , dijo, antes de emitir una llamada similar a la anterior. A todas las personas que apoyaron esta legislación (impulsada por cuerpos de seguridad y propietarios de armas responsables, demócratas y republicanos, madres urbanas, cazadores rurales, quienquiera que sean), es necesario hacer que sus representantes en el Congreso sepan que están decepcionados y que si no actúan en esta ocasión lo recordarán cuando lleguen las elecciones , dijo Obama.

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Al llegar las elecciones de noviembre del 2014, el Partido Republicano que suministra casi cada voto para proteger la verificación de antecedentes obstruccionista tomó el control del Senado y amplió su mayoría en la Cámara, que es tan grande como en cualquier punto desde la Gran Depresión.

Si los patrones del pasado se sostienen, vamos a ver una explosión de la atención a la promulgación de nuevas leyes de armas en los próximos días, aunque parece como si el fervor por abogar por un cambio político a raíz de los tiroteos ha disminuido. Se hará referencia a que más de 90% de los estadounidenses apoya la verificación de antecedentes para los compradores de armas, lo cual es cierto. La cifra ha aumentado desde el 2013 en sondeos de la Universidad de Quinnipiac, Connecticut.

El público apoya la verificación de antecedentes, pero se opone a las leyes de armas más estrictas. Esto hace que el trabajo de los opositores a la verificación de antecedentes se haya hecho más fácil: señala que es un reglamento de armas más estricto.

Un sondeo de CBS News en agosto dio un paso más, preguntando si los estadounidenses apoyaban fortalecer o aflojar las leyes de armas. La mayoría de la gente apoya leyes más estrictas, pero un grupo de tamaño considerable se complace en mantener las leyes tal como son.

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Además de eso están dos grupos de defensores: los que han impulsado nuevas leyes de armas y los que se oponen a esa medida. Este último grupo está representado por la National Rifle Association (NRA), y los Gun Owners of America.

A menudo se argumenta que la NRA tiene un dominio absoluto en el Congreso gracias a sus donaciones de cabildeo y de campaña. Si bien la organización y su brazo político están, evidentemente, activos, eso es probablemente una subestimación del activismo contra las leyes de armas. En el 2013, el Pew Research Center reveló datos que demuestran lo que es probablemente un punto obvio: los opositores del control de armas a menudo, pero no siempre, son movilizados por los grupos en pro de las armas tienen más probabilidades de estar políticamente involucrados y votar sobre la cuestión.

Hay una serie de factores que también entran en juego. La NRA es vilipendiada por la izquierda, pero respeta a la derecha. De hecho, es una de las organizaciones políticas más populares del país, reforzando su peso político. Los derechos de las armas se han convertido en uno de los temas más polarizados en la política, por lo que es más difícil para los republicanos y los representantes demócratas romper con sus partidos en los votos.

Romper con el partido no necesariamente paga dividendos inmediatos. De los cuatro demócratas que rompieron con su partido para oponerse a la medida del 2013, tres de ellos dejaron el cargo. Dos de ellos fueron destituidos.

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La imagen es la siguiente: un Congreso controlado por los republicanos en la que el apoyo republicano para los derechos de armas es una prueba de fuego, y los defensores de los derechos de armas están más dispuestos que los opositores a tomar la acción política. Eso es sobre un electorado que generalmente está a favor de una nueva legislación para las armas, pero no siempre con el mismo fervor.

El mensaje de Obama a los defensores del control de armas en el 2013 y la semana pasada fue el mismo: Necesitamos cambiar al Congreso. Ése es el último y más grande obstáculo. Para cambiar al Congreso, Obama necesita que la gente vote por los defensores del control de armas en los estados y distritos rojos.

Una de las pocas cosas que es más polarizante sobre control de armas es el propio Obama, lo que significa que uno de los peores mensajeros posibles para inspirar a los republicanos a votar en contra de su partido en el tema de las armas es Barack Obama.

Philip Bump escribe sobre política en The Fix para The Washington Post.

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