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Tras disparar a opositores, Siria libera prisioneros
Fuerzas de seguridad abrieron fuego contra manifestantes; hay 14 muertos.
El Cairo. En un aparente esfuerzo por calmar los ánimos después de haber ordenado a sus tropas disparar contra los manifestantes, el presidente de Siria, Bashar al-Assad, liberó este domingo a cientos de prisioneros políticos y ordenó la retirada de la población en el suroeste del país donde se inició la revuelta la semana pasada.
El fin de semana, las manifestaciones contra el régimen se ampliaron de Daraa a otros poblados y ciudades, en la mayor amenaza al Mandatario de 45 años desde que llegó al poder en el 2000. Las fuerzas de seguridad dispararon gas lacrimógeno y, en algunos casos, abrieron fuego contra los manifestantes, dejando al menos 14 muertos, según testigos y activistas.
El sábado, la capital de Damasco permanecía tensa pero silenciosa. Los manifestantes incendiaron las oficinas del partido en el poder en diversas ciudades, según reportes de Associated Press que citaron informes del gobierno, de testigos y de activistas. En Latakia, una ciudad de diversidad religiosa en la costa mediterránea, la multitud incendió llantas y lanzó ataques contra automóviles y tiendas, con un saldo de varios muertos, según la AP.
Hay mucha irritación y tensión , dijo Abd El-Karim Rihawi, titular de la Liga de Derechos Humanos de Siria, quien agregó que Assad debe implementar reformas inmediatamente. Todavía tiene tiempo y creo que, si aplica cambios, podría contener el enojo de la gente .
Videos de YouTube, que han sido ampliamente circulados en nternet, sugieren que el miedo que la gente tenía de las fuerzas de seguridad se ha convertido en irritación. En uno de los videos, un grupo de manifestantes en Daraa rasga un enorme retrato de Assad, algo impensable hasta hace poco. Otro, de la ciudad de Homs, muestra la destrucción de un retrato del padre del mandatario, Hafez al-Assad.
En la tarde del sábado, al menos 260 prisioneros fueron liberados de la prisión militar Sednaya en Damasco, mientras en otras ciudades como Daraa y Sanamein, los pobladores enterraban a sus muertos.
En los 40 años del régimen de la familia Assad, las fuerzas de seguridad sirias han utilizado una eficiente maquinaria de represión. En 1982, Hafez al-Assad destruyó la ciudad de Hama para reprimir una revuelta islámica en una operación que dejó entre 17,000 y 40,000 muertos. Según analistas, Bashar enfrenta la opción de emular a su padre o aceptar las exigencias de los manifestantes que incluyen la liberación de todos los presos políticos, eliminar la Ley de Emergencia y permitir la libre congregación. Hasta la fecha, los manifestantes no pretenden derrocar al Presidente.