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3 desafíos para el 2030 hacia un mundo más sostenible
Actualmente, las mejores prácticas exigen informes sobre el uso y aplicación de los recursos y sobre todo, medir el impacto del capital.
Ya hemos hablado del rol de las finanzas en la era del desarrollo sostenible, de eventos catastróficos generados por el cambio climático, de los cuales ya somos testigos, de las enormes brechas sociales y de la alarmante pérdida de biodiversidad; pero hablar de retos implica identificar las oportunidades, las cuales emergen en tiempos disruptivos y de transformación.
Hoy la discusión sobre finanzas sostenibles se centra en el dialogo y el esfuerzo colaborativo, es momento que el sector privado amplifique su voz y establezca mecanismos permanentes de diálogo con entidades de gobierno, reguladores y supervisores de mercado, con el fin de avanzar en una agenda conjunta que persiga las mismas metas.
La conversación que actualmente plantea el Grupo de Trabajo de Finanzas Sostenibles del G20, establece tres prioridades en la agenda de los países para la próxima década. Hablemos ahora de Transición Justa, de Divulgación de Información y del Financiamiento a Soluciones Basadas en la Naturaleza.
1. Se habla de Transición, pero Transición Justa es el término correcto. Para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible a 2030, los países tienen de frente un reto de enorme envergadura, se requiere de una transformación real a nivel agenda pública, con un plan nacional de desarrollo que defina planes de transición en todas las industrias, acompañado de política pública financiera, incentivos y regulación al mismo tiempo.
La transición hacia una economía baja en carbono, menos intensiva en el uso de recursos naturales y más equitativa, requiere de una transición justa, donde no se deje a nadie atrás y se minimicen los impactos sociales y económicos. El camino de la transformación deberá seguir una ruta ordenada que tome en cuenta a los más vulnerables, que permita el aprovechamiento de oportunidades para todos los implicados, en los sectores público y privado, en todas las industrias, en las empresas, las comunidades y también en la sociedad civil.
Las instituciones financieras y en general los grandes inversionistas enfrentarán nuevos desafíos para saber identificar, evaluar y gestionar los riesgos sociales asociados a nuevos proyectos; así como la gestión eficiente de los riesgos de transición que pueden detonarse al enfrentarnos con una nueva regulación, nuevas tecnologías o cambios en las preferencias del consumidor. La innovación será clave para aprovechar nuevas oportunidades y no perder competitividad.
2. La Divulgación de Información de Sostenibilidad alineada a estándares globales y con el uso de tecnología digital es ya un reto. Es imperativo cuidar la integridad de los mercados con mayor transparencia y rendición de cuentas, hoy las mejores prácticas exigen informes sobre el uso y aplicación de los recursos, pero, sobre todo, medir el impacto del capital.
En el contexto actual, recabar información sobre sostenibilidad, que sea comparable, consistente y útil para la toma de decisiones es un gran reto, más aún que se encuentre disponible para los usuarios de esa información. Algunas empresas argumentan que generar dicha información implica costos excesivos, otras abogan por la información clasificada y estratégica. Lo cierto es que, aunque hay avances en divulgación ASG (ambiental, social y de gobernanza), hace falta información y la existente carece de estandarización.
En México, se han completado dos esfuerzos significativos, la Taxonomía Sostenible de México y las nuevas Normas de Información de Sostenibilidad (NIS) emitidas por el CINIF; se espera que ambas herramientas ayuden a pavimentar el camino para alcanzar la homologación del lenguaje y detonar información ASG de calidad.
Finalmente, un tercer reto es el desarrollo de Soluciones Basadas en la Naturaleza (NbS). ¿Es posible innovar desde el sector financiero para el desarrollo de vehículos de inversión o nuevas clases de activos que detonen la inversión en la conservación de nuestro capital natural?
Podríamos decir que este es uno de los desafíos más complejos de nuestra era que requiere de acciones determinadas y con la mayor urgencia. Ante la grave pérdida de biodiversidad, es imperante el diálogo entre el sector público y privado ya que los esfuerzos aislados no han dado resultados. Las autoridades en materia ambiental tendrán que actualizar normas y descubrir nuevos mecanismos de la mano del sector privado, para detonar mayor financiamiento hacia las comunidades, donde se encuentran los principales guardianes de la naturaleza.
*La columnista invitada es la directora general del Consejo Mexicano de Finanzas Sostenibles.