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Perspectivas económicas para México hacia el 2024
Se estima que al cierre del 2023 la economía haya crecido en 3.2% y para el año siguiente sea de sólo 2.6 por ciento.
El 2024 se vislumbra como un año que genera gran interés en materia económica, especialmente por lo que implicará mantener el equilibrio de las finanzas públicas, cuidar que la inflación continue con la tendencia a la baja y seguir impulsando el crecimiento económico del país frente al interés político de quienes gobiernan para asegurar el voto a través de los amplios programas sociales a costa de un enorme déficit en las finanzas públicas, aunado a un entorno económico internacional en donde todavía el crecimiento económico de las principales naciones no se consolida.
Escenario internacional complejo
De acuerdo con el informe semestral de Perspectivas publicado por la OCDE a finales de noviembre pasado, dicha organización ha reducido nuevamente las estimaciones de crecimiento para la zona europea, que prevé cierre este 2023 con un crecimiento de sólo 0.6%, en tanto que para 2024 estima que apenas sea de 0.9%. Es importante mencionar que una economía clave como la de Alemania todavía registra crecimiento negativo.
A diferencia, la economía de los Estados Unidos ha observado un comportamiento más dinámico a lo esperado y se espera cierre el presente año con un crecimiento de 2.4% y que disminuya a 1.5% en 2024. Esta ralentización es producto de las elevadas tasas de interés, las cuales se estima comiencen a recortarse a mediados del próximo año. Este crecimiento de nuestro principal socio comercial ha permitido que las exportaciones mexicanas en los primeros nueve meses del presente año se incrementen en 2.1%, con respecto al mismo periodo del año anterior, consolidando a nuestro país como su principal socio comercial, seguido de Canadá y China.
Por su parte, las economías emergentes continuarán encabezando el crecimiento económico mundial, con un incremento del 2.9% al cierre del 2023, en donde el organismo estima disminuya a 2.4% para el próximo año. En este contexto, sigue preocupando la caída del mercado inmobiliario de China. Aunado a lo anterior, en el plano geopolítico la guerra entre Rusia y Ucrania continúa incidiendo en el mercado mundial de granos por el bloqueo a las exportaciones de esta última nación. A su vez, Europa sigue padeciendo los elevados precios del gas en este crudo invierno que ya comienza, en donde algunas naciones del bloque han encontrado la forma de adquirir gas ruso mediante operaciones de triangulación a través de Turquía, obviamente con precios más elevados.
La economía mexicana en el año electoral
En los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para 2024 presentados por la SHCP el pasado mes de septiembre, se estima que al cierre del 2023 la economía haya crecido en 3.2% y para el año siguiente sea de sólo 2.6%. El mismo documento prevé que la inflación cierre en 4.5% en el año que está por concluir y sea de 3.8% durante el 2024. LA OCDE en su último informe prácticamente coincide con estas estimaciones e inclusive las eleva, debido a los beneficios que en su opinión ha generado el nearshoring, el dinamismo del consumo por la generación de empleos y las inversiones realizadas por los grandes proyectos de infraestructura.
El rubro que llama especialmente la atención en los CGPE es el referente al déficit del balance presupuestario, ya que de una estimación al cierre del 2023 de -3.3% se incrementa a -4.9% para 2024. Algunas instituciones como el FMI estiman que el mismo sea de -5.4%, destacando que si bien impulsará el crecimiento económico incidirán en una mayor demanda agregada con el consecuente incremento de precios.
Como sabemos, los déficits se cubren con mayor endeudamiento y este actualmente tiene un gran costo, especialmente el de la deuda interna, con tasas de interés superiores al 11%. A lo anterior, tenemos que agregar la delicada situación financiera de PEMEX, que como se abordó en un artículo anterior, es cada vez más preocupante, por el latente riesgo de insolvencia para cubrir su abultada deuda externa.
El año electoral en puerta y por el interés natural del actual partido para mantenerse en el poder y lograr la mayoría absoluta en el congreso, ha obligado a una política fiscal expansiva. Los programas sociales se incrementarán considerablemente por lo que significan en cuanto a votantes cautivos. De esta manera, el gasto público se verá fuertemente presionado al no considerarse nuevos impuestos ni incrementos en los vigentes, así como por la urgencia para concluir los proyectos de infraestructura emblemáticos de la actual administración.
Por ello, a estas alturas, es difícil dimensionar hasta donde llegaría realmente el déficit del sector público.
Finalmente, es conveniente destacar que, si bien la mayoría de las principales variables económicas se proyectan de manera satisfactoria, como el tipo de cambio, la inflación, la llegada de inversión extranjera, así como las divisas por turismo y envío de remesas, debemos dar especial seguimiento para que el déficit proyectado a través de un mayor endeudamiento sea ejercido con transparencia y responsabilidad y no caer en los mismos vicios que tanto se criticaron de los gobiernos anteriores.
* José C. Femat es economista con postgrado en Historia y Desarrollo Económicos. Rodolfo Salazar es economista con postgrado en Administración y Finanzas.