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Ante un entorno incierto, se requiere evaluar constantemente el apetito de riesgo crediticio: ConUnión

Benjamín Sacal, presidente de ConUnión, analiza los desafíos de coyuntura, la implementación de la IFRS 9 y la adopción de Inteligencia Artificial en el sector de las Uniones de Crédito

Benjamín Sacal, presidente del Consejo Mexicano de Uniones de Crédito (ConUnión)Cortesía

CANCÚN, QRoo. El sector de las Uniones de Crédito en México enfrenta un entorno lleno de desafíos debido a la actual coyuntura política y económica. La llegada de Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer presidenta de México, junto con la consolidación de una mayoría calificada en el Congreso, genera un panorama mixto para el país, así lo consideró Benjamín Sacal Gimbel, presidente del Consejo Mexicano de Uniones de Crédito (ConUnión) en entrevista con El Economista.

Durante la XVII Convención Nacional de Uniones de Crédito, que tiene como lema “Conectando ideas para afrontar retos futuros”, Sacal explicó que se espera la continuidad en algunas políticas públicas, lo que podría otorgar estabilidad a largo plazo. Sin embargo, “esta misma mayoría legislativa ha incrementado la percepción de riesgo entre los inversionistas debido a la posibilidad de cambios profundos en la legislación e incluso en la Constitución”.

Benjamín Sacal, quien también es el director general y miembro del Consejo de Administración de la Unión de Crédito El Águila, dijo que las reformas recientemente aprobadas incluyen modificaciones al poder judicial y a los organismos autónomos. Estas reformas, pueden tener implicaciones significativas para la seguridad jurídica y la estabilidad económica del país. “Para las Uniones de Crédito, estos cambios se traducen en un entorno más incierto, donde es crucial evaluar constantemente el apetito de riesgo crediticio y adaptar la estrategia operativa para proteger la solvencia y rentabilidad de las sociedades”.

Consideró que los organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, ya anticipan una desaceleración en el crecimiento económico para 2024 y 2025, con tasas de crecimiento del PIB que podrían no superar el 1% anual real. “Esta perspectiva obliga a las Uniones de Crédito a ser más cautelosas en la evaluación de riesgos, tanto a nivel individual como en la elaboración de planes de negocio. Será fundamental fortalecer el capital de las Sociedades para afrontar los desafíos económicos y mantener una rentabilidad sólida”.

Proyectos

Sacal dijo que la función principal de las Uniones de Crédito es potenciar el desarrollo y crecimiento económico de sus socios, “siendo el brazo de apoyo para los servicios financieros que requieren, no sólo el acceso al crédito y brindar opciones de ahorro e inversión, sino también toda la gama de servicios adicionales que cada una de las Sociedades puede ofrecer”.

Dijo que con la CNBV y UBVA existe un continuo diálogo para tener participación en mesas de trabajo que permitan hacer una revisión de la normativa y la Ley de Uniones de Crédito, buscando mantener un enfoque hacia nuestro objeto primordial y reforzar la resiliencia del sector por muchos años más. “En este esfuerzo, se busca incorporar inclusión financiera y las herramientas tecnológicas a nuestras Uniones, claro, con ciertas limitantes que nos continúen diferenciando dentro del sector de Entidades Financieras No Bancarias reguladas”.

Insistió, en la participación con FIRA en el programa de fondeo con riesgo mutualizado donde cada Unión de Crédito tiene su mercado y no compiten por socios. “Esto permite que podamos trabajar de la mano y obtener mayor fondeo con mejores condiciones en conjunto que de manera independiente”.

Con Nafin/Bancomext el sector está trabajando en el programa de colocación por medio de red de agentes en toda la República Mexicana, bajo reglas de negocio de cada Unión de Crédito, prospectan, origina, y filtran oportunidades que las coloquen en nuevos canales. “Esto genera un potencial de escala de negocio, mejorando indicadores de nuestras sociedades, y resultando en una oportunidad de requerimiento de fondeo en mancuerna de la banca de desarrollo”.

El impacto de la IFRS 9

El presidente de ConUnión consideró que uno de los mayores retos que tiene el sector es la implementación de la IFRS 9, “es un cambio crucial que transformará la forma en que las Uniones de Crédito gestionan sus riesgos. Este estándar contable, que ya aplican las instituciones de crédito, se enfocará en evaluar y medir los riesgos bajo una perspectiva de pérdida esperada, no solo la incurrida. Esto implica que las Uniones deberán adaptar sus sistemas operativos para procesar información más detallada y constituir reservas de manera proactiva”.

Insistió en que la adopción de la IFRS 9 representa un reto operativo significativo, ya que impacta la manera en que se procesan y reportan los riesgos. “Se requerirá una actualización de los sistemas internos y un cambio en la forma en que se identifican y gestionan los riesgos crediticios. Para muchas Uniones de Crédito, esto también significa reestructurar sus equipos de trabajo y capacitar a su personal en el manejo de estas nuevas normativas”.

La integración de la IFRS 9 y la Inteligencia Artificial en nuestras operaciones no solo redefinirá la gestión de riesgos, sino también la manera en que apoyamos el desarrollo económico de nuestros socios", Benjamín Sacal, presidente de ConUnión.

Inteligencia Artificial

Benjamín Sacal, egresado de Trinity University en San Antonio Texas, con una licenciatura en Administración Financiera y Economía y cuenta con una maestría ejecutiva en Finanzas del ITESM y una maestría (MBA) de la Universidad de Texas en Austin, consideró que a la par de estos cambios regulatorios, el sector de las Uniones de Crédito también debe enfrentar el reto de la modernización tecnológica. “En un entorno donde la digitalización de servicios es cada vez más necesaria, la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA) se presenta como una herramienta fundamental para escalar las operaciones y mejorar la eficiencia”.

Destacó que la inversión en plataformas tecnológicas, el uso de aplicaciones y otras herramientas digitales es esencial para mejorar los servicios y procesos de las Uniones de Crédito. La regulación ya permite la inclusión de medios electrónicos para los servicios financieros, pero esta oportunidad también viene acompañada de nuevos retos en materia de ciberseguridad. Las Uniones deberán asignar recursos significativos para garantizar la seguridad de los datos y la integridad de las transacciones, preservando así la confianza de sus socios.

Además, la adopción de IA puede transformar radicalmente la forma en que las Uniones de Crédito evalúan el riesgo y gestionan sus operaciones diarias. La automatización de procesos, como el análisis de crédito y la evaluación de riesgos, no solo reducirá los costos operativos, sino que también permitirá a las Uniones ofrecer servicios más personalizados y eficientes a sus socios.

Estrategias

Mencionó que a pesar de los desafíos, las Uniones de Crédito están posicionadas para desempeñar un papel fundamental en el desarrollo económico de México, especialmente en el contexto de la relocalización de empresas y la integración de cadenas productivas. Estas instituciones financieras pueden ser un motor de crecimiento para las pequeñas y medianas empresas que buscan integrarse en nuevas cadenas de valor y mejorar su competitividad.

Sacal consideró que es crucial aprovechar las oportunidades que ofrece el entorno actual para crecer, no solo para mantenerse. Esto implica diseñar estrategias de crédito que apoyen el desarrollo económico de los socios y fomentar la colaboración con organismos como FIRA, NAFIN y Bancomext para obtener mejores condiciones de financiamiento.

“El fortalecimiento del sector dependerá de la capacidad de las Uniones de Crédito para adaptarse a los cambios regulatorios, modernizar sus operaciones y gestionar los riesgos de manera efectiva”, concluyó Benjamín Sacal, presidente de ConUnión.

Coordinadora de Operación Editorial de Suplementos y Ediciones Especiales de El Economista. Licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió una especialización en Periodismo Económico en la Universidad de Miami, auspiciada por la Fundación Reuters. Ganadora del premio por la "destacada cobertura en finanzas verdes", entregado por la BMV y el Consejo Consultivo de Finanzas Verdes. Ha sido analista de mercados, editora de finanzas y creadora de ranking de negocios, responsabilidad social y mercados, y ha trabajado en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, Reforma, Excélsior, Mundo Ejecutivo, Expansión, Fortuna, Infosel y Economática.

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