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ASG, estrategia con mayor popularidad

Los mercados han comprobado que los factores hacen la diferencia entre una inversión que se limita a ganancias en el corto plazo y la transformación en el largo plazo.

La conferencia de las partes (COP) 26 que tuvo lugar entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre en Glasgow (Escocia, Reino Unido) fue considerada como la última oportunidad para evitar los impactos negativos más graves del cambio climático, asimismo, evidenció que lo más probable es que las políticas de los gobiernos actuales conduzcan a un calentamiento global de entre 2.7 y 3.1 °C para finales de siglo, muy lejos de la trayectoria de 1.5 °C que se tenía contemplada. Este es uno de los temas que tiene preocupado al mundo y que se busca atacar a través de acciones para financiar la economía.

Además de los criterios medioambientales, las estrategias ASG, contemplan lineamientos sociales y de gobierno corporativo que son el nuevo enfoque a la hora de tomar decisiones en la creación de los portafolios de inversión principalmente de los inversionistas institucionales y que se va permeando hasta los inversionistas individuales.

Los especialistas entrevistados coinciden en que la industria de gestión de activos basada en estrategias sustentables e inversiones responsables, crece de manera significativa en los últimos años y lo que este dinamismo significa para el futuro.

Según el reporte 2020 de GSIR (Global Sustainable Investment Review), producido por la Global Sustainable Investment Alliance (GSIA), los activos bajo gestión profesional basados en estrategias de esta naturaleza, suman al cierre del 2020 35,300 billones de dólares, mostrando un crecimiento del 15% en los dos últimos años (2018-2020 ). Esto representa ya, el 36% de los 98,400 billones de dólares de los activos globales bajo gestión profesional en base a las definiciones y clasificación de esta organización.

La estrategia de inversión de mayor popularidad, es la de la incorporar los factores ASG. A toda esta dinámica es de llamar la atención también el impresionante desarrollo y dinamismo del crecimiento de los Bonos etiquetados a nivel global, mismos que acumulan ya un valor de alrededor de 1,500 millones de dólares (tan sólo los bonos verdes emitidos ya suman 948,000 millones de dólares al tercer trimestre del 2021, lo cual representa menos del 2% de los más de 100 billones de dólares que vale el mercado de bonos a nivel global, según los reportes de CBI (Climate Bonds Initiative UK).

Los especialistas insistieron en que es previsible que las inversiones ESG y los bonos etiquetados sigan creciendo de manera significativa en los siguientes 5 años (a tasas superiores del 10% anual), y probablemente sea el área de mayor crecimiento de la industria financiera a nivel global, así como en el ámbito a nivel local.

Mencionaron que en los próximos años se observará un crecimiento muy significativo de los Bonos Etiquetados, así como la proliferación de vehículos colectivos de inversión, vía fondos mutuos, ETF’s e incluso un mayor número de productosderivados como notas estructuradas y futuros de inversión relacionados a factores de riesgo ASG.

Los inversionistas institucionales asignan ya hoy día, un enorme valor a la segregación de los fondos, el etiquetado en el uso y aplicación de los mismos, así como el marco de reporteo anual conforme a estándares internacionales, respecto de de los objetivos de impacto ASG positivo planteados en los prospectos de inversión de cada una de las emisiones.

Cero emisiones

Uno de los puntos que están revolucionando el actuar de algunos países es que se debe acelerar la eliminación del carbón, frenar la deforestación y además, apresurar la transición hacia economías más verdes, es buscar los mecanismos del mercado de carbono de los países que forman parte de las negociaciones en el Acuerdo de París.

Diversas empresas están creando sus estrategias de cero emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), incluso en sectores, que antes no formaban parte de ese enfoque se están comprometiendo por la determinación que tienen los inversionistas institucionales que son quienes mueven el capital para el financiamiento.

Por ejemplo, la sector de acero está comprometiéndose a la producción de este material con emisiones casi nulas, la opción preferida en los mercados mundiales. Este cambio tiene el potencial de abrir nuevas oportunidades de inversión en un sector que antes se consideraba insostenible.

patricia.ortega@eleconomista.mx

Coordinadora de Operación Editorial de Suplementos y Ediciones Especiales de El Economista. Licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió una especialización en Periodismo Económico en la Universidad de Miami, auspiciada por la Fundación Reuters. Ganadora del premio por la "destacada cobertura en finanzas verdes", entregado por la BMV y el Consejo Consultivo de Finanzas Verdes. Ha sido analista de mercados, editora de finanzas y creadora de ranking de negocios, responsabilidad social y mercados, y ha trabajado en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, Reforma, Excélsior, Mundo Ejecutivo, Expansión, Fortuna, Infosel y Economática.

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