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Biva cumple un lustro en un mercado que poco ha crecido
Múltiples factores, como la pandemia del Covid-19, no permitieron que el sector bursátil mexicano creciera con la llegada de un nuevo competidor; sin embargo, se requieren reformas de fondo.
Hace cinco años nació la Bolsa Institucional de Valores (Biva) con la premisa de ayudar a aumentar la profundidad del mercado y el número de empresas listadas, al abrir la competencia en un mercado que desde entonces poco ha crecido y se ha desarrollado.
Desde el 25 de julio de 2018 sigue enfrentándose a un mercado pequeño, con poca oferta y demanda de valores. Incluso, hoy las autoridades impulsan una iniciativa de Ley para detonar el crecimiento que tanto se ha buscado para el mercado de valores. Esta ya fue probada en el Senado de República y turnada a la Cámara de Diputados.
Cuando Biva inició operaciones, hace cinco años, había 146 empresas listadas en el mercado accionario, hoy se reportan 139 emisoras. La plaza bursátil se enfrentó a un periodo no sólo de falta de Ofertas Públicas Iniciales (OPI) de acciones, sino también a la solicitud de empresas que han decidido salirse o deslistarse de la Bolsa de valores.
Por el lado de las transacciones, el importe operado en promedio diario pasó de alrededor de 16,000 millones de pesos -reportados a finales de 2018- a aproximadamente 22,500 millones de pesos actuales, 40.6% más.
Biva consideraba factible atraer a 50 emisoras en cinco años -entre 2018 y 2023- pero enfrentó una serie de obstáculos, muy probablemente no calculados, que le dificultaron el camino y el cumplimiento de dicho objetivo.
“Lo que nosotros estamos apostando y, que es una decisión de política pública, es que el mercado debería de crecer, primero por las condiciones de tamaño de país que tenemos, las oportunidades que existen afuera, el atractivo de México, pero todo lo que está haciendo Biva para crecer el mercado, hemos tenido resultados importantes, tan importantes como financiar más de 420,000 millones de pesos y traído a 28 empresas nuevas”, sostuvo María Ariza, directora general del centro bursátil, en una entrevista realizada a finales de abril de este año.
Durante este quinquenio, Biva anotó logros como conseguir la única Oferta Pública Inicial tras tres años de sequía y con apenas dos años de operaciones como la segunda Bolsa de valores en México. Desde entonces, ninguna nueva empresa ha listado acciones en ninguna de las dos plazas bursátiles.
En estos años, 67 empresas han realizado alguna emisión de deuda, acciones e instrumentos de capital en dicha plaza. Bajo este último vehículo, dos fibras inmobiliarias se han listado, Soma y Agrofibra, esta última la primera en su tipo dedicada a los bienes raíces agroindustriales. También han llegado tres Fibras de Energía e Infraestructura (Fibras E): Orión, Mx y Xinfra.
Mientras que algunas empresas han cambiado el listado de instrumentos de la BMV a Biva, como Nexxus Capital, Liv Capital, Credit Suisse y FHipo, este último es un fideicomiso de originación hipotecaria.
Biva ha ganado gradualmente participación de mercado, alcanzando un 16% del pastel -hasta junio de este año- desde el 4% con el que terminó el 2018, tras sus primeros meses de operación.
A través de la llamada Ley de Mejor Ejecución ha luchado por conseguir un “piso parejo” para competir en un mercado en el que por décadas mantuvo el monopolio la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
“El problema es que cuando abres espacio para una nueva competencia en una industria en donde nada más hay un jugador, si tú no pones regulación que permita que haya la participación de este nuevo jugador y un piso parejo va a ser muy difícil que este nuevo participante logre crecer”, dijo en una entrevista previa María Ariza.
Biva inició con la reducción de las cuotas de listado y mantenimiento para emisoras del mercado de deuda y capitales. Lanzó un plan con el que redujo los costos en el mercado accionario 50%, en el mercado de deuda un 30% y en instrumentos de capitales un 40%, respecto a los precios de su competidor.
Un cambio en el mercado bursátil fue el aumento en el número de cuentas de inversión, pasaron de 241,000 a poco más de 5.4 millones reportadas a abril de 2023, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB).
Retos en su travesía
En cinco años le ha tocado vivir un cambio de administración federal, la guerra de Rusia contra Ucrania que desató una fuerte volatilidad en los mercados globales y la pandemia que derivó en inestabilidad que ha llevado a lidiar, por varios meses, con altas tasas de interés e inflación récord en el mundo.
Especialistas comentaron que la existencia de dos bolsas de valores promueve la competencia, pero el crecimiento del mercado de valores no depende del número de plazas que operen. Para lograr este objetivo se necesitan cambios estructurales de fondo.
“Más que hablar del número de bolsas óptimo es crear la carpintería para aumentar la profundidad de un mercado que cada día es más relevante”, dijo Raúl Martínez-Ostos, presidente del Consejo de Administración y director general de Barclays México.
Agregó que “se ha hablado mucho de crecer y creo que no es una carrera 100 metros, es una estrategia de mediano y largo plazos”.
Heriberto Sandoval, asesor independiente de inversiones, explicó que a cinco años, la existencia de Biva “no ha sido lo esperado, porque su objetivo era fomentar la colocación de empresas; por el contrario, el mercado se ha reducido por el desliste de emisoras”.
No obstante, destacó el papel que ha desempeñado la plaza en la difusión y promoción de la educación financiera y bursátil.
Carlos Hermosillo, analista independiente, opinó que Biva “ha originado algunos cambios en el mercado porque se pueden negociar acciones en dos bolsas distintas. (Pero) la mayor disponibilidad de duplicar el número de mercados ha tenido poca incidencia en el volumen de operaciones”.
En 2013 se presentó el proyecto de la nueva Bolsa a las autoridades y en 2017 recibió el título de concesión.