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Ficrea, ¿otra falla de la CNBV?

El pasado 19 de diciembre, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores aprobó la revocación de la autorización para operar como sociedad financiera popular a Ficrea. La razón, desvío de recursos de los ahorradores por 2,700 millones de pesos, de acuerdo con cálculos de la CNBV.

Esto me remite al pasado 23 de julio, cuando también la Comisión revocó la licencia a Banco Bicentenario, para operar como institución de banca múltiple. Finalmente, un nuevo golpe de confianza al sistema financiero mexicano. Primero, una institución del sector bancario; ahora, del sector de ahorro y crédito popular.

En los últimos 12 meses contados a partir de agosto del 2013, Ficrea reportó cifras verdaderamente notables en términos de crecimiento en captación, cartera de crédito total y margen financiero, principalmente, a partir de marzo del 2014.

De hecho, la cartera crediticia avanzaba a una TACC, últimos dos años, de 9.7% mensual, para incrementar a agosto del 2014 a una TACC de 10.1%; crecimiento sustancial dado el periodo corto de tiempo. Situación similar, aunque más moderada, ocurrió con la captación tradicional, pasando de una TACC de 9.5 a 9.7 por ciento. En el caso del margen financiero, tras reportar niveles mensuales no superiores a 10 millones de pesos, hasta febrero de este año, a partir de marzo el margen financiero pasó de 7.9 millones a 71 millones de pesos, reflejo del crecimiento en cartera crediticia.

Esto, junto con una disminución en el Índice de Eficiencia, pasando de niveles de 65% promedio a 59.5%, entre marzo y agosto, además de un Índice de Morosidad controlado, no superior a 2.5%, permitió que la rentabilidad, medida a través del ROE, alcanzara 30.7% a agosto del 2014, cuando el promedio de los últimos tres años era de 17.6 por ciento. Acorde con estas estadísticas, la institución generaba 0.30 pesos por cada peso aportado por sus accionistas, es decir, alta generación de valor, aunque también fue generadora de dudas en torno a su operación.

Por ello, ¿qué ocurrió para que fuera liquidada?, como lo mencionó la CNBV, una transferencia irregular de fondos que realizaba la administración de Ficrea hacia las empresas relacionadas, obligando a firmar a los prestatarios dos contratos, uno con Ficrea por un crédito bancario y el otro con alguna de las tres empresas relacionadas por un arrendamiento puro. Al final, el primer contrato reflejaba que la sofipo estaba otorgando créditos, mientras el segundo les permitía transferir recursos a una empresa no supervisada por la CNBV.

La CNBV intervino al detectar las irregularidades que llevaba a cabo Ficrea y que ponían en riesgo el patrimonio de los ahorradores, argumentando que esto permitió evitar mayores problemas a los ya afectados y evitar realizar fraudes a clientes potenciales, sin embargo, esto no debe ser suficiente.

La importancia del sistema financiero en cualquier economía no es medible, a tal grado que la quiebra de una institución bancaria puede poner en riesgo, incluso, la viabilidad de una economía, como lo vimos en la última crisis financiera. Es cierto, el tamaño de Ficrea, acorde con el tamaño del sistema financiero mexicano es mínimo, sin embargo, era la segunda sofipo de mayor tamaño en su rubro por monto en activos y sobre todo pertenecía al sector de crédito y ahorro popular, también conocido como banca social, creado con la finalidad de lograr una mayor inclusión financiera entre la población mexicana no considerada por la banca tradicional.

Por ello, la liquidación de esta entidad afecta la reputación de su sector, y la confianza del ahorrador mexicano en este tipo de instituciones, lo que pudiera limitar a la larga la capacidad de otorgamiento de crédito por parte de este tipo de instituciones, e incluso de otras como las socaps, si consideramos que una de sus principales fuentes de financiamiento son los depósitos en ventanilla, lo que obligaría a fondearse a través de recursos con un mayor costo mermando así su rentabilidad.

Por ello, la CNBV debe contar con las herramientas y el personal necesario para llevar a cabo la supervisión del sistema financiero mexicano con los más altos estándares regulatorios, con sanciones más severas y requisitos más estrictos al otorgar alguna licencia para operar.

Si queremos que la cartera de crédito alcance 40% del PIB para el 2018 debemos comenzar porque la confianza de los ahorradores en el sistema financiero no se vaya desgastando con este tipo de eventos por demás lamentables.

*Carlos Ugalde es subdirector de Análisis ?en Signum Research.

carlos.ugalde@signumresearch.com

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