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Lecta confirma su salida a Bolsa española en junio

La papelera reducirá su deuda para hacer más atractiva la operación, que se ejecutará a finales de junio. Los actuales accionistas –CVC y otros fondos de capital riesgo– pretenden hacer caja por unos 200 millones de euros, según las primeras estimaciones.

Un nuevo revival bursátil ya está listo. Torras, que fue la cabecera del grupo KIO (Kuwait Investment Office) en España, vuelve a la Bolsa, renombrada, ampliada y saneada. La papelera fue excluida de negociación en 1990, y en 1999 el fondo británico CVC, capitaneado en España por Javier de Jaime, la compró para integrarla en Lecta. Se completaba así el grupo, tras haber adquirido la italiana Garda y la francesa Condat.

Rothschild es el asesor global, UBS y Credit Suisse los coordinadores, y también están BBVA, Deutsche Bank, Unicredit, CaixaBank y Kepler Chevreux. El folleto será aprobado en el equivalente a la CNMV de Luxemburgo – la Commission de Surveillance du Secteur Financier (CSSF) al igual que ocurrió con eDreams Odigeo en 2014– pero cotizará en la Bolsa española.

Lecta, con sede en Luxemburgo, es el tercer mayor productor de papel estucado para Europa con una cuota del 16%, por detrás de la sudafricana Sappi, con un 25%, y de la finlandesa UPM (16 por ciento). CVC controla el 61.1% del capital, mientras que el 38.9% restante está en manos de otros private equities –Adavale Global, MidOcean e ICG– y del equipo directivo. Fuentes financieras aseguran que la intención de los actuales socios es vender a prorrata y hacer caja por entre 200 y 250 millones de euros, aunque este importe es aún preliminar.

El pasado 10 de mayo Cinco Días publicó la intención de la empresa de debutar en Bolsa, y hoy ha comunicado su intención de cotizar (intention to float o ITF, en la jerga). Lecta explica que emitirá acciones para recaudar 315 millones de euros que utilizará para amortizar deuda. Amortizará el 100% de los bonos por 225 millones que lanzó en 2016, que pagan el 6.375% anual y que vencen en 2016, y también repagará hasta el 35% de los 375 millones que emitió en la misma fecha. Estos últimos abonan un 6.5 por ciento.

La deuda neta de la papelera era de 651 millones a cierre de 2016. La compañía también ha reducido de forma consistente su plantilla, desde 2006 al pasar de los 4,691 trabajadores a cierre de ese ejercicio hasta los actuales 3,300.

Con esta reducción de deuda pondrá levantará el freno a sus beneficios, que está en sus costes financieros: el año pasado alcanzaron los 89 millones de euros. Ya el año pasado el grupo redujo sus pérdidas después de impuestos un 44,8%, hasta anotarse 11.7 millones de números rojos a cierre de ejercicio.

La empresa también empleará 40 millones de euros para afrontar los costes de la salida a Bolsa y el bonus de los directivos, que estará ligado al precio de las acciones que se fije en la oferta. La mitad de este premio será en forma de acciones.

La empresa ha comunicado que, para el primer semestre del año, espera verse beneficiada de algunos factores en comparación con la primera mitad de 2016, como una posible reducción en los precios del látex, después de que en los tres primeros meses del año subieran un 33 por ciento. Así, calcula que en mayo y junio los precios retrocedan un 20 por ciento.

Además, confía en sacar partido del impacto de la nueva capacidad de pulpa y la reducción de los costes fijos, de un 3% en el primer trimestre de 2017 frente a lo registrado en el mismo periodo de un año antes.

Lecta ha comunicado que los pedidos continúan siendo fuertes, después de que en los tres primeros meses del año sus ventas crecieran un 4.8%, hasta 376.3 millones de euros, aunque su beneficio bruto de explotación (ebitda) se redujo un 5.3%, hasta 30.2 millones. El beneficio neto fue de 4.5 millones en comparación con los 0.4 millones del primer trimestre de 2016.

La compañía quiere sacudirse la imagen de papelera al uso y se guarda en la manga el as del crecimiento. En 2016, elevó su beneficio bruto de explotación (ebitda) un 14,1%, hasta los 125,1 millones, propulsado por el negocio de los denominados papeles especiales. En esta definición se incluye todo lo relacionado con el embalaje y las etiquetas de paquetería, en pleno auge con el comercio electrónico. Esta área supuso el 33% del ebitda el año pasado, frente al 26% de 2015, y ahora se sitúa en el entorno del 40%. Las ventas de esta suerte de cajón de sastre crecen a un ritmo elevado: un 7% en 2016 y un 11% en 2015.

Su intención es continuar creciendo en ese segmento realizando más inversiones e incluso operaciones de compra en este segmento, que es el que ofrece mayores márgenes.

estrategias@eleconomista.mx

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