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Los coletazos del Brexit

Dos semanas después del referéndum que impactó a los mercados por su inesperado resultado, seguimos viendo los efectos de segundo orden de un posible evento sistémico de consecuencias globales: la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Además de la volatilidad en los mercados financieros globales, desde el 24 de junio han ocurrido varios eventos políticos, sociales y económicos importantes.

El viernes, después de conocer el resultado del referéndum en el transcurso de la madrugada, la libra esterlina se depreció 8.05% y cotizó por debajo de 1.28 dólares por libra esterlina, posicionándose en niveles mínimos de la posguerra.

Este nivel de cotización no se había visto desde la mitad de la década de los 80, cuando el dólar se apreciaba con fortaleza, hasta que se firmó el Plaza Accord (acuerdo que tenía como fin depreciar al dólar) y finalizó con el Louvre Accord (para finalizar el primer acuerdo).

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ha tratado de administrar de la mejor manera la situación pos-Brexit, con las herramientas a su alcance: informó que habrá una serie de estímulos monetarios, como un recorte en tasas de interés y una reducción en el encaje legal, es decir, las reservas que el sistema bancario debe mantener en el Banco Central, con lo que, se estima, se liberarán aproximadamente 150,000 millones de libras esterlinas para préstamos.

El problema es que cuando la incertidumbre es tan grande, ningún empresario en su sano juicio tomará un préstamo para invertir en un país con un futuro tan inseguro.

Como esperábamos, la incertidumbre política se ha incrementado: el primer ministro anunció su renuncia, lo que implica que el puesto será ocupado por una mujer, la primera desde Margaret Thatcher; más de la mitad de los miembros del Shadow Cabinet (gabinete del Parlamento perteneciente al partido de la oposición) renunciaron.

También, contra todas las expectativas, el principal partidario del resultado obtenido (el antiguo alcalde de Londres, Boris Johnson), que se perfilaba como el posible sucesor de David Cameron, expresó su nula intención de dirigir a la nación por un rumbo de incertidumbre que él mismo contribuyó a crear.

Después de que se descartó la candidatura de Michael Gove, se aseguró que el Reino Unido tendrá una mujer liderando a la nación por segunda vez.

Las candidatas son Theresa May (ministra del Interior) y Andrea Leadsom (ministra de Energía), ambas partidarias de la campaña por salir del europeísmo. Se espera un resultado a favor de May, pero como hemos visto en las últimas semanas, no hay que descartar las posibilidades para Leadsom.

¿Bremain?

Los ciudadanos que votaron por la permanencia empezaron a realizar protestas por toda la nación y ya existe una petición en el parlamento, con más de 3 millones de firmas, para anular el resultado del referéndum e incluso, muchos ciudadanos que votaron por salir expresaron su arrepentimiento.

Los líderes de Escocia e Irlanda del Norte informaron sobre sus intenciones de realizar otro referéndum para buscar la unión con Irlanda y así poder permanecer en el bloque político europeo.

¿Qué esperamos? El Consejo Europeo informó que aún no empezaran las negociaciones de salida hasta que el Reino Unido invoque el Artículo 50 del Tratado de Lisboa.

Todavía existe la posibilidad de que predomine la razón en el Parlamento (quien ratifica o declina la decisión) y ya sea que convoque a un segundo referéndum o que, directamente, descalifique la decisión.

Como expresó claramente un miembro del Parlamento: la soberanía del Reino Unido reside en el Parlamento y sólo esta institución puede tomar una decisión de esta magnitud , como sabemos, la mayor parte de los miembros del Parlamento Británico se opone al Brexit, aunque ir contra la supuesta voluntad popular tendrá un costo político importante que habrá que administrar.

Por todo esto, aún es probable que nunca se convoque el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que prevé el mecanismo de salida de la Unión Europea.

Recordemos que, una vez que se convoque, Gran Bretaña tendrá dos años para negociar su retirada de la Unión. Todo esto, sin duda, traerá una gran incertidumbre, pero confiamos en que predomine la razón y los mercados puedan olvidarse en los próximos meses de esta importante fuente de volatilidad.

*Héctor O. Romero es director general y Cecilia Capetillo es analista bursátil de Signum Research.

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