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Los inversionistas quieren recuperar los derivados de crédito

Los grandes actores de Wall Street quieren reactivar el mercado de derivados al que se culpa de agravar la crisis financiera, ya que la industria busca formas de reforzar el comercio de bonos corporativos.

Los inversionistas han apostado con fuerza por los bonos en los últimos años, frente al telón de fondo de las agresivas políticas de los bancos centrales que han reducido marcadamente los tipos de interés. La avalancha sobre los bonos ha causado una profunda incomodidad entre los reguladores y la industria, y muchos temen que una vez que los tipos de interés estadounidenses empiecen a subir, los inversionistas venderán sus participaciones, provocando una estampida.

Los esfuerzos por limitar la volatilidad del mercado de bonos, caracterizada por el "enfado en torno a la retirada de los estímulos" durante el verano de 2013, se han centrado en dar más facilidades para comprar y vender bonos en el mercado. Sin embargo, los bancos han abandonado su papel tradicional de intermediarios en las transacciones de bonos y derivados de crédito, debido a las normas de capital más estrictas introducidas a raíz de la crisis financiera, lo que hace aumentar la preocupación ante la posibilidad de que los mercados financieros afronten un serio reto una vez que los tipos de interés den un giro al alza.

Ahora, Wall Street centra sus esfuerzos en reforzar los contratos de cobertura frente al impago de crédito (CDS) sobre nombres individuales, un contrato de derivados que controla el riesgo de impago sobre el emisor de un bono subyacente. Este mercado fue el centro de la ira de los reguladores después de la crisis y fue culpado de contribuir a inflar la burbuja crediticia.

Los CDS han perdido el respaldo de bancos e inversionistas en los últimos años, y su volumen es en la actualidad inferior a un tercio del techo registrado en 2008, lo que refleja un descenso en la capacidad para negociar bonos, según los datos del Banco de Pagos Internacionales.

Un ejecutivo de hedge fund señala que tarda al menos tres veces más en comprar y vender bonos en grandes volúmenes que hace diez años.

El estrecho vínculo entre los derivados de crédito y los bonos, y su problema común de liquidez, hace que muchos en la industria busquen una solución para frenar esta tendencia.

"Hay operadores que han abandonado este mercado, debido principalmente a las limitaciones de capital", explica Michael O'Brien, director de comercio global de Eaton Vance. "Asegurarse de que operar siga siendo viable me parece pan comido".

La menor liquidez de los mercados de deuda ha llevado a que los grandes gestores de capitales tengan en ocasiones dificultades para comprar un bono concreto que desean. Un contrato de derivados de crédito ofrece un método alternativo para ganar exposición a una compañía concreta, sin necesidad de atesorar sus bonos.

"Los CDS sobre nombres individuales ofrecen una forma clara y eficiente de mostrar una exposición al crédito que la estructura actual del mercado secundario de bonos corporativos no nos permite", explica Supurna VedBrat, responsable de comercio electrónico y estructura del mercado de BlackRock.

Pero la desaparición de los CDS no ha hecho más que agravar la sequía de liquidez en el mercado de crédito, y los operadores exponen que una alternativa de derivados líquida beneficiará la compra y venta de deuda corporativa.

Contenido de la Red Iberoamericana de Prensa Económica

fondos@eleconomista.com.mx

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