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40 años del disco compacto
El 17 de agosto de 1982 la compañía Philips presentó el primer disco compacto manufacturado para el mercado masivo. El pequeño disco de 12 centímetros era The Visitors, el octavo álbum de estudio de la banda sueca Abba y el último que lanzaron durante su primera etapa. El disco fue manufacturado en la planta de Philips en Hanover, Alemania, y una de las primeras de su tipo.
El disco compacto fue un desarrollo conjunto entre Sony y Philips. La japonesa Sony Corp, fundada como Tokyo Telecommunications, comenzó a mediados de 1960 a experimentar con los “discos de audio láser”. Uno de los primeros prototipos diseñados por Sony fue el X-12DTC y dos años después sus ingenieros presentaron un audio disco láser del tamaño de un disco de vinilo tradicional que podía almacenar 13 horas y 20 minutos de música. El problema es que fabricar cada disco le costaría a Sony 1 millón de dólares. Los ingenieros de la neerlandesa Philips también se encontraban desarrollando un sistema similar, aunque cada uno se encontraba con sus propios obstáculos. En 1979, las compañías decidieron unirse y se pusieron una meta de tres años para presentar lo que hoy conocemos como el CD.
El entonces presidente de Sony, Norio Ohga, convenció al director alemán Herbert Von Karajan de realizar la primera grabación digital. En mayo de 1981, Akio Morita, uno de los principales ingenieros de Sony, llegó a la Conferencia Internacional de la Industria Musical en Atenas, Grecia, patrocinada por la revista Billboard, y presentó junto con el maestro Von Karajan el primer disco compacto. El disco era una grabación de la Sinfonía Alpina de Richard Strauss hecha con la Filarmónica de Berlín y una de las primeras grabaciones digitales.
Norio Ohga y Akio Morita fueron los responsables de estandarizar la duración del disco compacto de 74 minutos y 12 segundos para poder acomodar la Novena Sinfonía de Ludvig Van Beethoven.
Los primeros reproductores para discos compactos fueron introducidos al mercado en noviembre de 1982, incluyendo el CD100 de Philips, primero en Japón y al año siguiente en Estados Unidos y Europa. Fue hasta 1985 que la banda Dire Straits se convirtió en uno de los primeros embajadores del formato con su álbum Brothers In Arms, acompañado por etiqueta de Digital Recording Disc, lo que significaba que el álbum era una grabación digital en su totalidad. El CD eliminaba el sonido físico del disco de vinilo, “el scratch”, como algunos le decían.
La introducción del disco compacto transformó la industria musical. A partir de ese momento los músicos pudieron aumentar el tiempo de la música que presentaban a sus audiencias y posibilitar una experiencia continua, sin la interrupción de cambiar el lado cada 20 minutos.
La llegada del disco compacto también ayudó a la industria a encontrar nuevas maneras para aumentar sus ingresos. El disco completo relegó al formato de vinil y las grandes discográficas hicieron fortunas reeditando las discografías de sus artistas más exitosos. Durante los noventa, los ingresos de las discográficas estaban impulsados en gran parte por los sobreprecios de los discos y álbumes con mucho relleno. El estándar que se estableció con el álbum como una obra de arte dejó de ser entre 8 y 10 canciones para que un disco tuviera hasta 18 o 20 canciones.
El reinado del disco compacto terminó en 1999 cuando un joven de 19 años llamado Shawn Fanning desarrolló un programa que permitía intercambiar música entre usuarios llamado Napster. Aunque el concepto había comenzado a desarrollarse a finales de los años setenta en Alemania mientras se buscaban mejores formas de transmitir voz más rápido y eficiente a través del teléfono, Napster se hizo posible gracias al internet.
Aunque mucho se ha hablado sobre el resurgimiento del formato, tal vez más como una cuestión de nostalgia analógica que otra cosa, las ventas de discos compactos hoy representan sólo una fracción de las ventas para los artistas. Entre el 2020 y el 2021, las ventas de discos registraron un crecimiento de 0.99%, al pasar de 40.2 millones a 40.6 millones, de acuerdo con las cifras de MRC Data y Billboard.
Sin embargo, el reporte más reciente de MRC registró que en el primer semestre del 2022, la venta de discos compactos cayó 10.7% de 18.9 millones a 16.9 millones. Para ponerlo en perspectiva, en el primer semestre de este año se han vendido 19.4 millones de discos de vinilo. Aunque nos traten de vender la narrativa de su resurgimiento, cada día son menos las tiendas físicas donde uno puede comprar un disco compacto.
El disco compacto llega a sus cuatro décadas como un formato que se rehúsa a desaparecer. Al igual que el disco de acetato y el casete, los discos compactos fueron relegados por las ventas de música digitales y luego el streaming. Sin embargo, al igual que todos los libros, las películas y los objetos analógicos, que nos ayudan a preservar la memoria y los recuerdos, es ese sentido de pertenencia que nos genera el objeto físico. Nadie los podrá borrar de tu servicio de streaming, no necesitas una suscripción ni el teléfono inteligente más reciente y una vez que lo compraste lo puedes escuchar las veces que quieras.
Los discos compactos, aunque unos ya estén rayados y posiblemente intocables, siguen almacenando nuestros recuerdos musicales, disponibles siempre al alcance del botón de play.