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Opinión

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Alinear estrategias de negocio con los 17 ODS de la ONU

A unos días de que se cumpla el tercer aniversario de la expedición de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es factible advertir algunos avances significativos, como también algunos retos inmediatos para su implementación. Como es sabido, la Agenda 2030 convoca la participación activa de diversos actores, al menos cuatro de ellos son fundamentales: gobierno, empresa, academia y sociedad civil. ¿Cómo se mide el éxito? En los negocios, sólo hay una manera real: los resultados. Entonces, ¿cómo es que medimos el éxito de ser responsable socialmente? La respuesta es que todavía no hay un sistema de contabilidad social desarrollado y aceptado. Sin embargo, muchas compañías consideran sus programas de RSE como un éxito, dentro y fuera de los negocios.

Respecto al gobierno que tiene la responsabilidad de articular los esfuerzos nacionales y ser el gran promotor, se tienen avances significativos en los tres niveles: federal, estatal y municipal con la adecuación del marco legal, la instalación de comités estatales y apertura de oficinas especializadas. Por otra parte, las organizaciones de la sociedad civil contribuyen de manera particular con su trabajo focalizado en determinadas problemáticas que afectan positivamente de manera local a diversas comunidades. La Academia está integrando no sólo a través de las escuelas de negocio e ingenierías, sino también con las demás disciplinas a que alumnos, profesores e investigadores coloquen en el horizonte de su actuación profesional los propósitos de los Objetivo de Desarrollo Sostenible.

Sin embargo, se puede percibir que el sector empresarial es el que ha mostrado una mayor dinámica y avance estructurado en materia de ODS, ya que su involucramiento se da de manera pragmática por varias razones, entre ellas, diversas compañías cuentan con su área de sostenibilidad o responsabilidad social con personal que se han adentrado a conocer las 169 metas y los 230 indicadores y pueden realizar el ejercicio de alinear las estrategias del negocio a los ODS en los que la empresa principalmente tiene incidencia.

Pero sucede que los avances de alineación a los ODS dentro del sector empresarial son desiguales, hecho que tiene que ver con la dimensión de cada compañía. Así, la gran empresa es la que dedica más recursos para ese fin mientras que las pymes tienen un progreso más lento, pero no quiere decir que se excluyan, sino que serán estimuladas para involucrarse con los ODS “desde arriba”.

Uno de los compromisos de la Red Mexicana del Pacto Mundial de las Naciones Unidas es alentar y colaborar en el ejercicio de mapear y alinear los negocios con sus respectivos ODS, atraer a su cadena de valor y partes interesadas para que instrumenten sus propias acciones y detonen las alianzas intersectoriales consecuentes.

A tres años de la adopción de los ODS se advierten ya beneficios de la vinculación de los 10 Principios de esta red con aquellos, lo que ha permitido:

Identificar futuras oportunidades de negocio y por tanto dirigir recursos de inversión hacia nuevos retos. Se abren nuevas posibilidades para generar nuevos servicios y productos, incorporar a las cadenas productivas a otros actores tradicionalmente alejados o a quienes no se habían considerado como aliados.

Diversas empresas que están aventajadas en la alineación negocio / ODS estiman que han mejorado el valor de la sostenibilidad empresarial, han encontrado nuevos incentivos y recursos para ser aún más eficientes en la gestión de su actividad.

La vinculación de los 10 Principios con los ODS fortalece las relaciones de las empresas con las partes interesadas. Las compañías generan nuevas expectativas en los planes de sus gobiernos en todo el mundo y están ayudando al reducir riesgos legales y reputacionales. Asimismo, algunas compañías declaran que la confianza se ha incrementado y la adhesión al Pacto Mundial además de identificarles cómo férreas empresas, en su lucha contra la corrupción, van estableciendo mejores condiciones de diálogo con las autoridades gubernamentales.

Asimismo, la relación de los 10 Principios y los ODS influyen positivamente en una integración mundial más profunda respecto al uso de los recursos naturales y se están emprendiendo iniciativas planetarias basadas en cambios en la forma de generar diversos productos y su disposición final. A grandes problemas, grandes alianzas que se apoyan en la innovación para enfrentarles.

Existe un relevante beneficio adicional, la estabilización de sociedades y mercados donde las compañías contribuyen a alentar sistemas financieros con prácticas de transparencia e instituciones sin corrupción. Este hecho contribuye significativamente a dar un rostro humano a la actividad empresarial.

Por supuesto, las sinergias intersectoriales promueven un lenguaje común entre empresas, gobiernos, sociedad civil y la academia basadas en una actuación donde todos los actores ganan.

De esta manera, Pacto Mundial es un gran catalizador para que las empresas apoyadas en los 10 Principios integren las oportunidades que se avizoran hacia el año 2030.

*Director de la Red Mexicana del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.

emilio.guerra@pactomundial.org.mx

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