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Opinión

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Amigo presidente Trump...

Con esas palabras inicia la comunicación de Andrés Manuel López Obrador, quien en dos meses dejará de ser Presidente de México, al candidato republicano a la reelección, Donald Trump.

Y, sí, son todavía 62 días en la presidencia que López Obrador quiere que su amigo Trump no olvide y lo mande a su rancho del retiro de forma anticipada.

Porque está claro que en estos dos meses finales del mandato formal de López Obrador tiene todavía mucho margen de maniobra para consolidar una herencia muy negativa que podría combinarse con un plan, también muy negativo, en caso del triunfo del candidato republicano.

El mercado cambiario nos anticipa una aversión al riesgo que ya deja ver en la cotización del peso frente al dólar, preocupaciones mucho más allá de las decisiones de política monetaria en Estados Unidos.

México enfrentaría algunas de las peores consecuencias de las políticas públicas que implementaría Donald Trump durante un segundo mandato. Y si bien ya conocimos que el calor de la campaña política se atempera en el ejercicio del poder, también nos queda claro que el amigo Trump tiene planes más radicales para un segundo mandato.

Ahí quedarán resonando las palabras de Trump frente a los cristianos: salgan a votar, porque en cuatro años ya no tendrán que hacerlo nuevamente. Suenan como las palabras que en su momento pudieron pronunciar el amigo Maduro o el amigo Putin.

El amigo Trump tiene planes de hacer esto por el país de su amigo López Obrador:

Emprender el programa de deportación masiva más grande de la historia de Estados Unidos para llevar a territorio de nuestro país a mexicanos o no mexicanos.

Imponer aranceles a los automóviles de marcas chinas que se fabriquen en México, en sus planes también está aplicar aranceles a mercancías chinas, que podrían ser bienes intermedios para manufacturas mexicanas de exportación.

Si aplica estas medidas arancelarias, además de afectar las ventas mexicanas, podría dar un golpe al sueño del nearshoring que tienen como esperanza las autoridades mexicanas.

Plantea el republicano reducir impuestos corporativos a una tasa de 15% desde 21% actual, lo que claramente es un incentivo para que el nearshoring quede eliminado por el reshoring, directamente a territorio estadounidense.

Y como colofón, el amigo Trump quiere nombrar organizaciones terroristas a los cárteles del crimen organizado mexicanos y, por lo tanto, abrogarse el derecho de combatir a esos eventuales terroristas en suelo mexicano.

La carta de López Obrador a su amigo Trump donde da explicaciones hasta infantiles de lo productiva que es la relación bilateral, con el conocido aderezo de los otros datos, es totalmente innecesaria de un Presidente a un candidato.

Es reforzar la vieja anécdota del republicano sobre la sumisión del gobierno saliente de este país a sus exigencias y que se resume en esta cita de Donald Trump sobre su negociación con el gobierno de López Obrador: “Nunca había visto a nadie doblarse así”. Palabras del amigo Trump.

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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